BARACUTEY CUBANO

APOSTANDO POR RAÚL
Por Iliana Curra

El vejete tirano agoniza. Quizás ya, ni eso. Pudiera estar congelado en alguna gaveta de la morgue haciendo los trámites para su viaje al Infierno, o quien sabe. El punto es que, políticamente, ya no existe.

Ahora todos apuestan por Raúl, el heredero del trono, a quien algunos politólogos, cubanólogos y expertos del tema, lo venden como una figura excepcional: pragmático, llorón y familiar.

Raúl Castro, la sombra de su hermano Fidel, ha sido siempre el segundo de todo. Para nadie es un secreto que tomaría el mando en el momento preciso sin tanta proclama, ni información. Todo ese show propagandístico ha sido para dejar bien sentado que, el vejete comandante en jefe, está vivo y Fidel vivo permite mantener la aparente tranquilidad entre la claque del régimen, y de esa forma tomar tiempo para controlarlo todo.

Pero ya los dialogueros, los voceros alternativos y los defensores de la tiranía tienen sus planes para el futuro inmediato de Cuba: hay que sentarse con Raúl, porque Raúl escucha, otra de sus divulgadas virtudes. Aunque ya en su discurso del 26 de julio aclaró que, solo hablaría con la próxima administración norteamericana, dando por sentado que será demócrata. Para eso, las continuas arengas para naturalizarse y obtener el poder del voto de los alternativos revolucionarios en espacios radiales pagados, así como la eventual postulación de candidatos que constantemente intentan denigrar la imagen de los congresistas cubano-americanos que abogan por mantener las presiones económicas contra la tiranía de los hermanos Castro.

Otro esfuerzo mayor hacen los auto-titulados “opositores moderados” dentro de la isla, quienes hasta ya notan los “cambios” en la sociedad cubana, y ¿por qué no?, hasta ciertas “aperturas” que los llevan a expresar la necesidad de hablar con el nuevo favorecido del poder en Cuba, cuando en ese país, las únicas aperturas son las puertas de las cárceles para encerrar el pensamiento.

Pero a Raulito hay que levantarle el embargo, darle créditos y permitir los viajes a la isla. A fin de cuentas, es todo un experto en economía que se acaba de enterar que la leche no alcanza y ha decidido que, algún día, todos los cubanos tendrán un vaso de leche, ¡tremendo logro de la revolución! Y entonces vemos a los exaltados académicos, ex-generales, y todos los que, de una forma u otra, vivieron al amparo de ese régimen, abogar por el diálogo con el nuevo dictador, pues ya el vejete no cuenta y ha quedado como el Stalin radical para dejar paso a su hermano, el Raúl-Krushov, quien hará cambios, siempre a favor de su dictadura, pero cambios al fin. Migajas son migajas.

Los cubanólogos proponen proyectos, viajan a Washington y se comunican entre todos porque tienen que luchar a brazo partido para ganar la contienda electoral que se avecina. El nuevo presidente norteamericano tendrá que ser demócrata para, de esa forma, sentarse a conversar con Raúl Castro, tan sordo como su hermano, pero sabe hacer pucheros y llorar cuando le conviene. Es todo un general de ejército que tiene que quedarse en el poder con solo hacer unas pequeñas reformas económicas y muchas promesas para un futuro lejano, los incautos aplaudirán frenéticamente y los presos políticos seguirán pateados, los niños con sus pañoletas queriendo ser como el Ché, y los cubanos de a pie que no aceptan al régimen tendrán que seguir inflando balsas para cruzar el estrecho de la Florida, aunque sea para morirse libres.

Y es que la libertad, la que se merece esa nación cubana, quedará pendiente de por vida cuando se establezca un raulismo tropical con entradas de remesas, mucho dinero por concepto de viajes, pero los exiliados, los verdaderos exiliados no podrán entrar a su país porque los mismos métodos estalinistas quedarán como parte de esa Cuba sometida donde solo habrán cambios cosméticos para simular que las cosas son diferentes. La simulación es parte intrínseca de un sistema que ha obligado a su propio pueblo a ese método. ¿Qué trabajo le dará al prolongado régimen hacer lo mismo?

Todos aquellos que apostan por Raúl, ya deben estar enviando clandestinamente maletas de colorete, creyones de labios y todo lo necesario para embadurnar el mandato del general de ejército. Un toque de maquillaje será lo único necesario para engañar al mundo sin mucho esfuerzo. A fin de cuentas, la mayoría de las naciones democráticas han aplaudido la tiranía y, cuando más, han volteado su rostro para no ver las atrocidades cometidas allí. Así que estarán satisfechos y, junto a los súper expertos en el tema de Cuba, apostarán también por Raúl. Así todo quedará sosegado y en paz ¡Y que viva la estabilidad!.