EL CONDÓN CUBANO
EL CONDÓN CUBANO
Wenceslao Cruz Blanco
Corresponsal de Misceláneas de Cuba en Madrid, España
Madrid, 09-08-2007. Cada cierto tiempo escuchamos sloganes procedentes del castrismo como “Ahora sí que vamos a construir el socialismo”, sloganes que parecen nuevos porque cambian algunas palabras o se inventan nuevos “logros” para afianzar la idea de que no sólo son promesas para el apaciguamiento del profundo malestar de la población. La revolución cuenta con un nuevo logro: el condón vigor. Y no ha escatimado medios para su divulgación.
Olvidadas ya Ubre Blanca, la mejor vaca lechera del mundo, los proyectos como el cordón –que no condón- de La Habana o la zafra de los 10 millones, ahora el estado cubano, tras casi medio siglo de férreo control político, económico y social, ya está en disposición de garantizarle un preservativo a cada ciudadano.
El condón dentro de la revolución ha tenido muchos usos, algunos paladares en Cuba utilizaron preservativos derretidos para las pizzas, en sustitución del queso. Fue una época de tanta hambre en Cuba que enfermedades como la neuritis óptica y el poco entrenamiento de las papilas gustativas del cubano le impedían notar el cambiazo. Se conoce que hasta hígados procedentes de cadáveres proliferaron en el mercado negro cubano.
Recuerdo un documental sobre la donación de condones que se hizo a cierta tribu del norte de África con el objetivo de parar el alarmante contagio del SIDA entre sus habitantes. Debido a tabúes religiosos y culturales la donación se llevó a cabo sin acompañarla de una información más explícita, esto provocó que el preservativo se utilizara como un lacito adornando el miembro procreador de los hombres de la inexperta tribu. Es evidente que no disminuyó el contagio, posiblemente aumentó debido a la ansiedad femenina por probar ese nuevo “adorno” masculino que nunca habían visto.
Esto no ha pasado ni pasará con nuestra tribu cubana, la “moral” socialista de la revolución, base inspiradora quizás de proyectos socialistas como la creación de la asignatura Educación para la Ciudadanía en España, ha permitido que hasta los infantes se mofen de un animado en el que aparezca un bebé en el pico de una cigüeña procedente de París. El niño cubano recibe una “educación” sexual detallada en los colegios, y hablarles de Santa Claus o de los Reyes Magos sólo podría arrancarle risas y burlas a niños que no conocen a otros Reyes Magos que no sean los hermanos Castro. Perdida la inocencia deseable en los niños se preparan muy temprano para ser los herederos de la revolución cubana, o sea, los futuros “pingueros” y “jineteras” que le sacarán el dólar y el euro al turista para poder subsistir.
Es seguro que el área turística se llevará el mayor porciento de la producción de los nuevos condones revolucionarios, no me extrañaría que hasta repitan sloganes parecidos a los anteriores. Una producción de 10 millones de preservativos semanales permitiría a Cuba estar a la cabeza en este importante “renglón económico”. Y en su posterior comercialización internacional podrían estar tintados de rojo, con un lubricante a base de PPG (versión cubana del viagra, que pasó directamente de experimentarse en ratas a la población) y una imagen del icono más rentable: el Che.
En España el gobierno de Zapatero quizás aporte su granito de arena a la comercialización de tan prometedor producto. Los socialistas españoles ya no sólo promoverán la creación de plazas y estaciones de Metro con el nombre de “Che Guevara” en Badalona y en otros ayuntamientos que gobiernan. Ahora podrían repartir a cargo de los presupuestos del estado un producto auténticamente socialista: el condón cubano.
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