BARACUTEY CUBANO

Nota del Bloguuista
Hubo un embargo internacional contra la Sudáfrica, el Chile de Pinochet; hubo fuerte sanciones de la Comunidad Europea contra Sudán, etc.. ¿ Por qué contra la tiranía castrista no se han implementado intervenciones internacionales como las anteriores ?.

Por Soren Triff

Robert Mugabe, el octogenario dictador de Zimbabwe, acaba de celebrar el Día de los Héroes en medio de una ola de violencia tras un control drástico de precios, el encarcelamiento de unos 7,000 empresarios y profesionales y uaa represión contra la oposición que, como consecuencia, está lanzando a unos tres mil refugiados diarios a Sudáfrica. ¿Le recuerda la Cuba en 1959? Pues ese parece ser el modelo de transición que la Unión Europea ha diseñado para Cuba.

Las sociedades crecen con la estabilidad, incluso con la estabilidad que proporcionan las dictaduras, pero los dictadores interpretan el acomodamiento social como amenaza a su poder y por eso en vez de conducir al país hacia una forma de organización social más compleja, utilizan la violencia para retroceder nuevamente a la economía de supervivencia. Eso es lo que ha hecho Mugabe y eso es lo que los europeos y los líderes democráticos africanos no han podido impedir.

Los gobernantes cubanos siguen ese camino. Ellos ven el bienestar de la población como amenaza a su poder, a la ''seguridad del estado''. Desde 1994 el régimen ha tenido dificultad en deportar a la burguesía que él mismo genera. Hacia finales del 2004 y principios del 2005 el régimen convivió por primera vez con una promoción de miembros de la clase media que comenzaría a presionar para mejorar su bienestar.

El régimen retiró el dólar en el 2004 y combate fieramente a la burguesía burocrática (a los profesionales y funcionarios del régimen), a la burguesía empresarial (los trabadores privados) y a la burguesía que se sostiene con las remesas de divisas. Ahora renueva el espectro del ''periodo especial'', lo que significa el regreso a la economía de supervivencia y para lograrlo está dispuesto a elevar el nivel de violencia contra la población.

Parece contradictorio que Mugabe y Raúl Castro promuevan el caos dentro de sus mismos regímenes. Pero la lógica del guión es simple. Ellos agudizan el conflicto civil, culpan al enemigo exterior y al enemigo interno, y se presentan como víctimas; luego ejercen nuevamente la violencia, exterminan a los inconformes, aterrorizan a la población, se presentan como los agentes del orden y reciben ayuda internacional.

Con esto usualmente recuperan la legitimidad internacional que los países acreedores y fronterizos otorgan a quienes sostienen el ''control de la calle'' y mantienen el conflicto dentro de las fronteras.

Las dictaduras del grupo Africa Caribe Pacífico (ACP) son parte de la maquinaria del mercado global secundario que sostiene modos capitalistas retrógrados, incluidas las empresas estatales europeas. Estas dictaduras contribuyen a sostener un capitalismo obsoleto vestigial y empresas estatales asociadas con la ''seguridad nacional'' o la ''soberanía nacional'' europeas y estadounidenses, como la industria agrícola y de armamentos.

Si este mercado se ''libera'', los pueblos se convertirían en productores-consumidores miembros del mercado primario mundial, pero los productos obsoletos y subsidiados occidentales perderían un mercado seguro que ofrece la ilusión de ser productos y empresas competitivas.

Europa y Estados Unidos tienen que resolver un dilema en Zimbabwe y en Cuba. Si liberan las fuerzas productivas de esos países, ganarían miembros del mercado primario, pero perderían clientes del mercado secundario de productos obsoletos. La clave consiste en decidir qué es un estado fracasado y cuando se justifica la intervención internacional.

Los voy a ayudar. Un estado fracasado es el incapaz de procurar y defender el bien común de un pueblo soberano, no sólo el que pierde el ''control de la calle''. Mientras Occidente no resuelva este dilema es responsable también de sostener la maquinaria de represión autoritaria en estos países para mantener el ``control de la calle''.