ASAMBLEAS DE LAMENTACIONES
Nota del blogguista
Aquello de 1992 se llamó oficialmente, si mal no recuerdo, el llamamiento o parlamento obrero; en el pueblo se le dió el nombre de EL LAMENTO OBRERO. Para lo único que sirvió ese llamamiento y lo que en ese momento se dijo, fue para prescindir laboralmente de aquellos que se habían pronunciado ( recuerdo a Francisco ¨Frank ¨Robaina, sobrino del afamado veguero de Pinar del Río ) más fuertemente y cuya labor podía ser desempeñada por alguien más confiable; a eso se le llamó Proceso de Optimización. Las reformas de 1994 fueron dadas por la revuelta habanera, conocida como ¨El Maleconazo ¨, el 5 de agosto de 1994 y no por lo dicho en esas reuniones.
ASAMBLEAS DE LAMENTACIONES
Por Oscar Mario González
La Habana
Cubanet
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José F. Sánchez
Analista
Jefe de Buró
Cuba
Dept de Investigaciones
La Nueva Cuba
Octubre 18, 2007
Cada día se habla menos de las reuniones organizadas por el Partido Comunista que se vienen celebrando en centros laborales, de estudio y comunidades de vecinos.
En realidad, tales eventos nunca merecieron mayor interés por parte de una población inmersa en el desaliento y en esta permanente modorra, que por ser tan añeja, sume a la población en un estado de inercia e indiferencia; que enerva voluntades y sitúa al individuo en una posición donde le da lo mismo chicha que "limoná".
Los que más se calientan la cabeza con el asunto son los intelectuales, disidentes, opositores, "segurosos", y oficiales del ejercito. El hombre común y corriente que anda tras los frijoles y el picadillo de soya para darle de comer a los muchachos no gasta neuronas en tales asuntos.
No es la primera vez que se le pide al cubano abrir la boca fuera de la consulta del dentista. Algo similar se hizo en l992. En aquella época suscitó mayores expectativas en tanto era reciente la caída del campo socialista. Los resultados de todas aquellas deliberaciones y lamentaciones son de sobra conocidos. Aquello dio menos aceite que un ladrillo. Aunque resulta cierto que en l994 se iniciaron algunos amagos de mercado libre y surgieron más de doscientos mil cuentapropistas, la mayoría han sido defenestrados. Ahora también podrían aparecer algunas pinceladas de capitalismo en el lienzo nacional. Pero nada más. Eso no es lo que Cuba necesita.
La convocatoria del gobierno en esta ocasión es más insistente. Raúl Castro ha urgido a la ciudadanía para que hable con "valentía" y "sinceridad". Pero también ha alertado para que no se hagan "muchas ilusiones" porque según él los miembros del gobierno "no son magos". ¡Qué lástima!
También dijo que hablaran "sin miedo de todo lo que quisieran". Y es aquí donde veo la principal dificultad que encaran estas reuniones. Porque la gente tiene un terror de medio siglo acumulado que no es imaginario sino concreto, tangible y manifiesto en múltiples ocasiones, y cuya evidencia más sobresaliente fue en la primavera de 2003, cuando se repartieron más de mil quinientos años de prisión entre setenta y cinco patriotas cuyo único delito fue hablar y escribir con sinceridad y valentía. O sea, lo mismo que se le está pidiendo al ciudadano ahora.
No en balde los temas más reiterativos en estas asambleas son el transporte, la vivienda, la alimentación y los insuficientes salarios. Otras cuestiones, cierto es, se han tocado pero sólo por parte de los más osados (derecho a Internet, potenciación del mercado libre y algún estímulo a la inversión extranjera). Todo ello, claro está, dentro del sacrosanto esquema socialista-revolucionario del siglo XXI acaudillado por los Castro. Y hasta ahí llegó el río. De "ahí palante" no hay más pueblo. Ahí se cayó el dinero. Porque todos sabemos que mas "pallá" esta el mono y usted puede jugar con la cadena pero no con el animalito. ¡Dígamelo a mí!
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