lunes, noviembre 12, 2007

FRUSTRADAS CARICATURAS DE CASTRO: Hugo Chávez y Daniel Ortega

Nota del Blogguista
La versión de la TV española es la que más detalles aporta; está posteada en este blog.
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FRUSTRADAS CARICATURAS DE CASTRO: Chávez y Ortega

Por Iria González-Rodiles

Probablemente, sintieron vergüenza de tan lamentables aliados socialistas. Dice mucho, sin palabras, el lugar que se ocupe en cualquier evento. Y las delegaciones de Cuba, Bolivia, Nicaragua y Venezuela, se sentaron, en la Cumbre Iberoamericana, celebrada en Chile, en los asientos laterales más cercanos a la alta jerarquía española.

Tremendo chasco. Dos de los más próximos resultaron los más lejanos, a fin de cuentas. ¿A quién quisieron imitar Hugo Chávez y Daniel Ortega? Quizás ambos intentaron reproducir el comportamiento del ausente dictador cubano, pero ni siquiera se parecieron a una caricatura, ni a una copia pálida de quien, al menos, posee una impertinencia ilimitada muy propia, casi innata, original e incorregible.

Mientras fluían las insolencias de Hugo Chávez –contra el presidente José María Aznar, la diplomacia y las empresas españolas— los rostros de los representantes cubanos, Pérez Roque y Carlos Lage, oscilaban entre el desasosiego y la estupefacción. Tal vez ambos recordaban las maledicencias habituales de su Jefe, Fidel Castro, como cuando calificara de “viejo chocho” a Mao Tse Tung, de “Butterfly” a Abdelazis Buterflika, de “führercillo” a Aznar, o de un listado de improperios a cuantos presidentes se sucedieron en los Estados Unidos, entre otros innumerables ejemplos.

Hugo Chávez quedó impresentable; también Daniel Ortega. Al margen de su gobierno socialista y de su desacertada política hacia Cuba, hay que reconocer que Zapatero quedó estelar; el Rey Don Juan Carlos, genial.

CNN informa sobre la discusión



A simple vista, en las imágenes transmitidas se observa la prepotencia de Hugo Chávez, quien, con el obvio ejercicio de la impunidad –tan atractivo para los dictadores— hablaba sin parar, sin dar tregua, aún cuando su micrófono estaba cerrado porque su turno había concluido, y, por lo tanto, sin la anuencia de la Presidenta. Imponiéndose de tal forma, se asemeja a la histórica diplomacia bravucona y fanfarrona del régimen cubano. Chávez se extralimitó a tal grado que el Rey tuvo que impugnarlo con un “¿por qué no te callas?”, aunque se merecía un radical “¡cállate!”.

Y es que para emitir un criterio político, para probar lo que se considera una verdad no se necesitan insultos. Todo lo contrario. Argumentos. Y si se trata de una reunión con el rango de los participantes en las Cumbres, con más razón. De ellos, se espera el orden, el equilibrio, el debate fructífero y profundo, aún en medio de las mayores diferencias en sus posiciones políticas.

Chávez se queja de un supuesto apoyo al golpe de estado que le dieron y olvida que él mismo protagonizó uno antes. Chávez se proclama presidente elegido democráticamente, aunque careció de opositores en las últimas elecciones y mientras reparte palizas masivas, a diestra y siniestra, contra las manifestaciones que el pueblo venezolano realiza para evitar que Venezuela se convierta al totalitarismo y Chávez en su gobernante vitalicio. No es un buen modelo para incluirse o considerarse dentro de la democracia.

Era uno de los propósitos fundamentales de esta Cumbre abordar la problemática social de América Latina. Pero los supuestos “defensores” de los pobres –como Chávez y Ortega— olvidaron la principal misión de quienes dirigen los destinos del mundo, en sus respectivos países, para enfrascarse en una discusión solariega, inútil, de marcada nostalgia por el dictador ausente.

From: Iria Gonzalez-Rodiles
Fonte: Identificada en el texto
http://www.cubalibredigital.com