BARACUTEY CUBANO

Por Robert A. Solera
Miami. noviembre 3, 2007


Cuando parecía que el nivel de cretinadas en el catauro de los alabarderos del Tirano Castro había llegado a su máxima cota, la “SuperMosca” –como lo calificó un caricaturista imaginativo—Felipe Pérez Roque -–que no es un Pérez cualquiera-- rebuznó en la Asamblea General de Naciones Unidas, el alto e “inoperante” organismo creado para sustituir a la difunta Liga de las Naciones: "Cuba [está] dispuesta a renunciar a su soberanía y la bandera'', quitándole la última hoja de parra a una “revolucion” traicionada, vilipendiada y ultrajada por una banda de delincuentes que ha secuestrado la soberania, patrimonio único de los cubanos y no de la gavilla de engreidos, presidida por el Delincuente en Jefe, Castro, quienes se abrogan todos los derechos y ninguna de las obligaciones que conllevan el ejercicio del poder.

Sabemos de las ambiciones hegemónicas del cuasi-tirano Hugo Chávez, quien en paseo napoleónico por Cuba hizo saber a quienes tuvieron oídos para oir, sus ambiciones de unir a Venezuela, que lo sufre en diario bregar, con Cuba, que hoy es sombra de lo que ayer fue, tras casi 50 años de estupideces, cretinadas y de “administracion” de una nación que fue envidia de América y hoy tiene que soportar el escarnio de ser comparada con la más atrasada comarca del Continente, mientras sus hijos se dispersan por el orbe en un intento de aspirar, aunque sea, una bocanada de aire fresco en libertad.

¿Hablará Pérez Roque a nombre de los que aspiran a conservar el poder a ultranza? ¿O sólo será un balón de ensayo de la nomenclatura cubana para pulsar la reacción ante semejante exabrupto?

Sin duda la nomenclatura cubana no se ha distinguido ni por su sapiencia, su honor ni su patriotismo, que oculta tras una nebulosa marxistoide la maldad que alienta y enmascara al régimen fascista que hoy domina nuestra adolorida Patria, pero este intento pudiera ser la gota que desborde la copa de la paciencia de los cubanos, no sólo hambrientos, literalmente, sino de una libertad que les ha sido esquiva por casi medio siglo.

¡Que ironía! Luchando contra el “imperialismo” yankee por más de un siglo, acusando a los que discrepan de sus locuras de cipayos y vendidos, de plattistas y vendepatrias, y llegar al ocaso de su ilegal y usurpado poder, vendiendo la Patria al mejor postor, semejante a lo hecho por Esaú, quien vendió su primogenitura por un plato de lentejas!

!Qué vergüenza!

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