miércoles, diciembre 19, 2007

POLITICOS TICKETMASTER

Tomado de El Nuevo Herald.com


Políticos ticketmaster

Por Miguel Cossio

Cuánto pagaría usted por oír un discurso? Supongo que nada. Aunque siempre hay gente dispuesta a botar el dinero. Si fuera uno de Fidel Castro o Hugo Chávez diría que ni por más que le pagaran.

Sin embargo, la política ha devenido en una de las ramas más lucrativas del espectáculo, del show business contemporáneo.

Los políticos nunca mueren. Nunca terminan de exprimir el bolsillo ajeno. Creen que tienen derecho a cobrar por su palabra sabia y sobre todo honesta. Después de dejar sus cargos, muchos se dedican a vender sus libros y discursos y quieren asegurarle que si usted los oye sabrá lo bueno que eran cuando estaban en el poder y lo malo que son los nuevos. Si los escucha, comprenderá qué consejos deberían seguir sus sucesores y cómo hay que resolver los grandes problemas de la humanidad. Porque, por culpa de otros, a ellos no les salieron bien las cosas.

The Sunday Times ha revelado que el ex primer ministro británico Tony Blair se está embolsando entre uno y dos millones de dólares mensuales por hablar, dependiendo del número de intervenciones. El mes pasado Blair recibió casi medio millón, quién sabe cuánto es en yuanes, por un discurso de veinte minutos que le espetó a los chinos, naturalmente traducido al mandarín.

El 14 de enero, Blair se presentará ante cinco mil admiradores en el anfiteatro Gibson, cerca de Los Angeles. El boleto más caro costará $2,418. Incluirá foto, sonrisa y apretón de mano con el ex premier.

A Bill Clinton también le va de maravillas con sus charlas. Gracias a su popularidad, ha sido nominado junto a Barack Obama y Jimmy Carter para los premios Grammy en el capítulo Mejor Album Hablado. En el 2006, Clinton ganó diez millones de dólares, cifra muy lejana a las ambiciones de otros mandatarios que se han metido en el giro de la política como espectáculo.

Hace poco el ex presidente mexicano Vicente Fox protagonizó su propio road show con el libro La Revolución de la Esperanza, que cuesta $15 y que nadie lee en México.

El caso más paradigmático de este fenómeno lo encarna el ex primer ministro de Italia Silvio Berlusconi, quien se mueve constantemente de los medios a la política y de ésta a los medios.

Otro que ha saltado a los medios es Al Gore, quien ganó un Oscar por su documental Una verdad incómoda.

Mijail Gorbachov también se gana el plato de sopa rusa con la lengua. Gorby ha llegado al extremo de alquilarse como modelo de Louis Vuitton, junto a Catherine Deneuve y Andre Agassi. Y su compatriota Vladimir Putin dio ya muestras de sus potencialidades mediáticas al exhibir la musculatura, quizás pensando cómo se vería en las portadas de las revistas del corazón.

¿Cómo se explica que la política se haya convertido tan rápidamente en un negocio de ida y vuelta? Mientras figuras del cine y la televisión, como Ronald Reagan, Arnold

Schwarzenegger y ahora Fred Thompson, han incursionado en la política, reconocidos políticos se meten en las candilejas del espectáculo. En uno y otro campo imperan las leyes del mercado y la comercialización de la imagen pública.

Desde que en 1956 el afamado sociólogo norteamericano Charles Wright Mills describió la elite del poder, los mecanismos de vinculación de los políticos con los medios y con los espacios dedicados al espectáculo han experimentado un crecimiento exponencial, algo que ni siquiera el canadiense Marshall McLuhan llegó a explicar en su totalidad.

Los medios pasaron de ser el mensaje a convertirse en un trampolín financiero para un selecto grupo de políticos hábiles, que en su momento desempeñaron un papel protagónico en episodios relevantes de la política internacional.

Así Tony Blair, Diana de Gales, Paul McCartney, J. K. Rowling y las Spice Girls pertenecen al mismo círculo que funde íconos de los medios, el espectáculo y la política.

Aquí, en nuestra región, junto a los desplantes y disparates de Hugo Chávez, María Isabel Rodríguez, la ex esposa del venezolano, acapara los reflectores con sus críticas y confidencias acerca de su ex marido.

Hay quien atribuye las extensas pausas discursivas del boliviano Evo Morales a su soltería. En mi opinión, ambas carencias obedecen a su pobreza intelectual. Ahí está el caso del nicaragüense Daniel Ortega, famoso tanto por la corrupción como por el activismo en todas las facetas de su cónyuge, doña Rosario Murillo.

Fidel Castro fue el primer político latinoamericano que explotó los medios para engañar al mundo. Sus largos discursos radiales y televisivos figuran todavía en los libros de los récords Guinnes. Y más que Tony Blair, Bill Clinton, Silvio Berlusconi y todos los políticos del planeta, Fidel logró a través de los medios convertir a Cuba en su hacienda personal. Claro, en un país normal y alejado del poder, el comandante se hubiera muerto de hambre viviendo de dar discursos.

Entonces, ¿por qué la gente paga para escuchar a un político? Acaso atraída por la misma razón de pedirle un autógrafo a Tom Cruise cuando habla de la cienciología o de comprar una camiseta de David Beckham.

Todo cuanto nos pueden decir los políticos fuera del poder pertenece al pasado, a lo que no fue y a sus nuevas promesas acerca de las soluciones que nunca dieron. Pague usted, si quiere. Yo no.

Director Editorial y de Noticias

América TeVe Canal 41