EL LLANTO DEL TIRANO
Por Martha Pardiño
Muy bueno el artículo de Andrés Reynaldo Lágrimas Negras [Perspectiva, 10 de enero]. Los rumores de los accesos de llanto del tirano --viejo, enfermo y depauperado, babeante y balbuciente-- es muy probable que sean causados por el almanaque, como dice esa hermosa poesía de Rubén Darío, ``cuando quiero llorar no lloro y a veces lloro sin querer''.
No llora el tirano por las vidas que ha destruido; no llora por todos los muertos que tiene en su conciencia; no llora por las madres que han perdido a sus hijos por el solo delito de no pensar como él; no llora por haber roto los sueños y el futuro de los jóvenes cubanos; no llora por haber separado cruelmente a las familias cubanas; no llora por haber destruido a Cuba.
Simplemente llora porque se mira al espejo y ve a un viejo decrépito, que no puede dar órdenes, que no puede presentarse en público sin ser el hazmerreír del mundo entero. Llora el tirano porque ya no puede presenciar los asesinatos que otrora ordenaba con tanto entusiasmo. Llora porque sabe que los cubanos quieren ser libres. Llora porque sabe que le llegó la hora a él y a sus temibles camaradas de echar a correr. Llora, en fin, porque Cuba pronto va a ser libre.
Se pregunta Andrés Reynaldo a quién quiere Fidel. Yo le respondo humildemente que Fidel ama a Fidel.
martha.pardino@dadeservice.com
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