BARACUTEY CUBANO

Por Iria González-Rodiles

Se nombraba La Isla castrada, título que se me ocurrió durante mi labor periodística independiente en Cuba. Pero decidí cambiarlo cuando, como por arte de magia, apareció en un minúsculo sitio de la inmensa red de redes. Entonces opté por El paraíso castrado. En ambos casos, los títulos surgieron de una excelente frase de La nada cotidiana, obra de la escritora cubana exiliada en Francia, Zoé Valdés: “Esa isla que, queriendo construir el paraíso, ha creado el infierno”.

El libro intentó alguna que otra vez, ver la luz, de forma íntegra. En vano. Tal vez porque se desentiende del periodismo panfletario y de compromisos politiqueros. O porque todavía hay que aprender a ser demócratas. Hasta ahora, permanecía inédito. Y digo “hasta ahora”, porque ya la Asociación Barcelona Radical –con sede en España, pero con transnacional— poseedora de osadía y solidaridad suficientes, lo ha publicado de forma íntegra en sus páginas Web. Aquí pueden encontrarlo: http://www.barcelonaradical.net/descargas.php?ccat_u=42

Gracias, también, a Malena Zingoni, de la Alianza de Liberales y Demócratas de Europa, El paraíso castrado estará al alcance sino de todos, al menos, de una buena cantidad de cibernautas. Aunque no pudo hacerlo, como inicialmente ella proyectó, en su página www.dad-rtl.org por razones técnicas, sus gestiones fueron decisivas para lograr un desenlace feliz. Aunque este, para mí, es sólo el inicio: espero por su publicación en el formato tradicional del libro, con olor a tinta y papel. Pero este es, indudablemente, un buen comienzo: en el ciberespacio rige una auténtica ley en cuanto a la libertad de expresión se refiere.

Como podrán apreciar, traté de unir la información y la cultura, el humor y la tragedia, la frustración y la esperanza. Debido a que se compone de una selección artículos, el libro es un producto parcial de todo mi trabajo periodístico independiente dentro de Cuba, durante casi diez años, a pesar de la dictadura castrista. Posee, sin embargo, una vigencia inalterable, dada la parálisis que sufre la Isla.

He mejorado la redacción y el contenido de algunos artículos que fueron escritos con premura, con menos experiencia profesional y bajo la presión que ejerce el sistema dictatorial totalitario sobre todo aquel que disiente. También, he incorporado algunos datos y elementos que no estaban a mi alcance dentro de la Isla, dado el hermetismo informativo impuesto por el régimen cubano a la ciudadanía. Algunas informaciones son inéditas, nunca llegaron a su destino; quizás se perdieron en el “Triángulo de las Bermudas”, pero conservé los originales. Otras tantas fueron publicadas de forma reducida, e incluso, censurada, aunque sucedió en pocos casos.

No me siento juez, sino periodista: sólo entrego un testimonio válido, directo, porque estuve expuesta a los efectos del sistema totalitario, y bien dentro de este, durante casi toda mi vida. Por lo tanto, me permito una paráfrasis martiana: “viví en el monstruo y conozco sus entrañas y mi…” onda (sin “h” porque no me refiero a la honda de David, sino a la del habla popular cubana ) es la libertad, la democracia, el estado de derecho y los derechos humanos. Si leen el libro, con imparcialidad, lo comprobarán.


Fonte: Identificada en el texto
http://www.cubalibredigital.com