BARACUTEY CUBANO

GONZALO GUILLEN / El Nuevo Herald
BOGOTA

Guiadas por información encontrada en una computadora del abatido jefe de las FARC alias "Raúl Reyes'', las autoridades de Costa Rica encontraron el pasado viernes $480,000 de la guerrilla dentro de una caja fuerte en una casa de recreo cercana a San José, en la que desde 1985 vive con su esposa un apacible maestro retirado.

Costa Rica, en donde las FARC tuvieron en diciembre de 1998 la única reunión que han sostenido con funcionarios de Estados Unidos y otra con el actual presidente, Oscar Arias, al parecer es un país estratégico en la enorme red internacional de esa organización.

Este es sólo el último de los muchos indicios de que, bajo la fachada de nuevos movimientos políticos y sociales "bolivarianos'' que aglutinan a militantes de izquierda de decenas de países, las FARC están presentes de manera pasiva en países como Paraguay, Argentina, Bolivia, Uruguay, Francia, Argentina, Chile, Bolivia, Ecuador, España, Holanda, México, Honduras y Guatemala.

( La computadora de "Reyes'', de acuerdo con fuentes judiciales consultadas en Bogotá, contiene evidencias de una red de apoyo a la guerrilla.
AP Photo/Zoe Selsky )

Las FARC también tienen redes de apoyo y de promoción política en otros países de Europa, y aun en Estados Unidos, donde han sido visibles en el transcurso de pequeñas manifestaciones públicas de respaldo realizadas en Washington durante los juicios a los que ha sido sometido el jefe de las FARC alias "Simón Trinidad'', por cargos de secuestro y narcotráfico.

Investigadores de la policía colombiana que examinan tres computadoras recogidas en el campamento de Ecuador en donde el pasado 1 de marzo fue bombardeado y dado de baja "Raúl Reyes'', encontraron el nombre del maestro costarricense Francisco Gutiérrez Pérez, la cantidad de dinero que él supuestamente le guardaba a la organización ($480,000) y la dirección de la casa: "costado norte del templo católico, barrio Jesús de Santa Bárbara, localidad de Heredia''.

Un investigador judicial colombiano dijo ayer a El Nuevo Herald que la información de la computadora "tenía hasta la descripción de la caja fuerte, que era vieja''.

En efecto, la policía costarricense confirmó que el cofre era antiguo y estaba escondido en la parte trasera de la casa.

Con la información enviada desde Bogotá, al medio día del viernes la casa fue allanada por una comisión judicial integrada por un juez penal, la Dirección de Inteligencia y Seguridad de Costa Rica (DIS), el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), la policía y el Ministerio Público.

Autoridades migratorias de Costa Rica informaron a la fiscalía colombiana que Gutiérrez Pérez y su esposa, Cruz Prado Rojas, salieron del país en pasado 14 de febrero con rumbo a México y Guatemala y su paradero es desconocido.

En casa de Pérez únicamente estaban un pariente suyo, de 20 años de edad, y una empleada doméstica.

La computadora de "Reyes'', de acuerdo con fuentes judiciales consultadas en Bogotá, tiene informaciones sobre otros lugares de Costa Rica que podrían ser allanados en las próximas horas.

El fiscal general colombiano, Mario Iguarán, declaró ayer en Bogotá que el dinero fue hallado rápidamente "a través de la asistencia judicial internacional mutua, muy fluida, muy eficaz, que tenemos con las autoridades costarricenses''.

Los policías que abrieron el cofre de seguridad reportaron que los billetes hedían debido a la humedad relativa del ambiente y que "estaban un poco viejos''.

En el lugar también fue encontrada una computadora, propiedad de Gutiérrez Pérez. Tras un primer examen, fueron detectadas información y fotografías de guerrilleros de las FARC, entre ellos "Reyes''.

Vecinos del lugar declararon ayer a periodistas que Gutiérrez Pérez era reconocido por ellos como persona respetable. Durante décadas fue profesor de la Universidad Nacional de Costa Rica, en donde se jubiló. También fue docente de la Universidad de La Salle (católica) y estaba dedicado a editar libros educativos para escuelas de Centroamérica.

En diciembre de 1998 "Raúl Reyes'' estuvo legalmente en San José de Costa Rica y en casa del ex ministro de estado conservador y ex candidato presidencial colombiano Alvaro Leyva, el día 13 de ese mes el líder guerrillero se reunió con el entonces director de la Oficina Andina del Departamento de Estado de Estados Unidos, Pihilip Chicola, quien pidió a las FARC "desarrollar un canal de comunicación'' mutuo y "absoluta confidencialidad'' sobre el encuentro que, sin embargo, años después se hizo púbico. Para entonces Leyva estaba asilado en Costa Rica.

En 2001, también estuvo en Costa Rica Rodrigo Granda, conocido como "El canciller'' de las FARC, el cual fue arrestado por policías colombianos en Venezuela que lo trasladaron a Bogotá, en donde estuvo preso hasta hace tres meses, cuando el presidente de Francia, Nicolás Sarcozy, le pidió a su colega Alvaro Uribe que lo liberara y éste aceptó. Ahora, Granda, indultado, se mueve entre La Habana y Caracas.

En su visita a San José, Granda llegó con la idea de montar una oficina política de las FARC debido a que acababa de ser cerrada la que la organización tenía abiertamente en Ciudad de México.

Granda se reunió con el entonces ministro de Seguridad Pública costarricense, Rogelio Ramos, quien, en 2005, reveló: "Granda me planteó que tenía problemas en México para operar ahí y querían ver si podían abrir una oficina política en Costa Rica''.

De acuerdo con reportes migratorios enviados a Bogotá, "El canciller'' también estuvo legalmente en Costa Rica en octubre de 1993, diciembre de 1997, agosto de 1998, mayo de 1999, octubre y noviembre del 2000, y agosto, noviembre y diciembre del 2001.

Granda también vivió en Quito, donde, incluso, casó a una de sus hijas con un empresario petrolero y se cree fue quien organizó redes de apoyo y líneas de aprovisionamiento de armas y pertrechos desde ese país, en donde autoridades colombianas sostienen que las FARC mantienen más de 10 campamentos de retaguardia.

De Ecuador, Granda se trasladó a Venezuela y se instaló en una casa de recreo cercana a Caracas, que usó como sitio de encuentro para articular un sistema de contactos políticos, gubernamentales y militares que han sido la base de la presencia de las FARC en ese país, donde ya cuenta con el respaldo abierto del propio Presidente, Hugo Chávez.

Al finalizar el 27 de febrero pasado un encuentro internacional de fuerzas de izquierda aglutinadas en la llamada Coordinadora Bolivariana, antes de regresar a casa grupos de asistentes optaron por hacer "turismo guerrillero'' y viajaron al campamento que "Reyes'' tenían en selvas de ese país, a 2.7 kilómetros de la frontera con Colombia.

Durante el bombardero en el que murió el jefe guerrillero, también cayeron al menos cinco estudiantes mexicanos recién llegados y personas de otras nacionalidades que todavía no han sido identificadas.

En el campamento bombardeado las autoridades colombianas encontraron videos y fotografías de los mexicanos y otros visitantes del campamento que visten trajes camuflados de fatiga, señal de que, al parecer, recibieron instrucción militar.

Entre estos hay dos chilenos (Manuel Olate, diseñador gráfico, y Walesca López, estudiante de sicología) que estuvieron en el campamento dos días antes del bombardeo. Ambos, de filiación comunista, reconocen que estuvieron allí pero niegan haber recibido instrucción militar. "Es absurdo, es ridículo, uno no puede tener adiestramiento en una tarde'', dijo Olate en rueda de prensa en Santiago de Chile.

En Perú, país al que las FARC pasan clandestinamente en la zona amazónica limítrofe con Colombia para descansar y reclutar jóvenes indígenas, el canciller, José Antonio García Belaúnde, y otros altos funcionarios sospechan que las FARC podrían encontrar apoyo en las Casas del ALBA (Alternativa Bolivariana de las Américas) que desde el año pasado se han estado instalando en locales en todo el país con el aparente propósito de dar educación básica con orientaciones de izquierda y ayuda para la salud en cinturones de miseria.

Tales casas tienen financiación directa del presidente Chávez e instructores de Cuba, así como activistas comunistas de Latinoamérica y, a juzgar por el canciller peruano, pretenden ‘‘desestabilizar al gobierno'' y "al sistema democrático'' del país.