jueves, marzo 20, 2008

LA SOCIEDAD DE LA INFORMACION CONTRA LA ¨BATALLA DE LAS IDEAS ¨

Tomado de CubaLiberal.org


La sociedad de la información contra la "batalla de las ideas"

Por Elías Amor Bravo, Valencia

Si se confirma la noticia de que el régimen castrista va a autorizar la venta libre de ordenadores personales en la Isla, estamos sin duda ante una buena noticia. De un lado, porque parece que finalmente la dura batalla de Fidel Castro contra Internet ha tenido un claro perdedor, de lo cual me alegro. Por otro, no menos importante, porque de ser cierto, la sociedad de la información y el conocimiento abrirán espacios rápidamente en la Isla, provocando serios daños a un sistema cuyo rasgo principal ha sido la ausencia de informaciones reales sobre el mundo durante casi medio siglo: el apagón informativo.

Desde luego, no soy de los que piensan que los ordenadores van a resolver los problemas inmediatos de una población que carece de los alimentos necesarios, o de los artículos indispensables para la higiene diaria. La calidad de vida en Cuba no depende de la posibilidad de utilizar una máquina como la que yo estoy utilizando para escribir esta colaboración. Existen otras necesidades mucho más acuciantes que es preciso atender y dar solución cuanto antes, pero el régimen castrista siempre ha tenido éxito con las jugadas que llaman la atención por sus efectos, y han sido pocos los comentaristas y analistas que no han valorado positivamente la noticia.

Por cierto, los directivos de las tiendas de La Habana donde se van a vender los aparatos (al cambio de 1.20 dólares por CUC; sin duda, otro buen negocio para los hermanos Castro) no habían sido informados aún de la decisión del gobierno, lo que ofrece una idea bastante ajustada de uno de los principales problemas de la economía cubana: el mercado no traslada la información, sino que son las agencias de prensa extranjeras. Buena manera de empezar los anunciados cambios. Ya veremos a dónde llegan.

De momento, la venta de equipos informáticos en la Isla debe ser acogida como una decisión positiva, por cuanto supera una de las situaciones de appartheid más lamentables que tenían que sufrir los ciudadanos cubanos, al observar que los extranjeros podían comprar todo tipo de equipos electrónicos y de comunicación, mientras que la población nativa lo tenía prohibido. Habrá que estudiar hasta qué punto esta medida va a ser extendida no sólo a los ciudadanos en general, sino también a las organizaciones que luchan por defender las libertades y derechos humanos en la Isla, cada vez más reprimidas y vigiladas por la policía del régimen y los delatores ocultos. Tiempo habrá para analizar todos estos cambios, pero la consecuencia más importante que podemos obtener de este primer cambio, caso de producirse, es que finalmente, la sociedad de la información y el conocimiento se abre camino en Cuba, y esto sí que merece un análisis más detallado.

Cuando Estados Unidos, en época del presidente Ronald Reagan, aceleró los planes de la denominada “guerra de las galaxias”, el obsoleto régimen soviético se vino abajo en cuestión de poco tiempo. Era imposible sostener los niveles de inversión en tecnología que mantenía la economía norteamericana y, como consecuencia de ello, de ganancias de productividad. Mientras en Estados Unidos se generalizaba el uso civil de ordenadores y de redes de comunicación, tras la vergüenza histórica del telón de acero seguían contando los balances con ábacos en las empresas, como consecuencia de la incapacidad para obtener ventajas tecnológicas en condiciones similares. Aquella historia la conocemos bien y sabemos que durante décadas de guerra fría, occidente siempre tuvo temor hacia una amenaza que, con el tiempo, se vino abajo por su propia incapacidad de atender las principales necesidades de sus ciudadanos. El mercado se abrió camino, la propiedad privada se generalizó, y un nuevo mundo apareció a las puertas de Europa con una clara voluntad democrática y de progresar en la vida hacia cotas crecientes de bienestar y prosperidad.

El régimen cubano, último superviviente de la guerra fría comunista, ha conseguido a duras penas frenar la invasión de la información, el conocimiento y las nuevas tecnologías. No hace mucho tiempo, Fidel Castro anunciaba una batalla contra Internet, y todos recordamos episodios lamentables de huelgas de hambre por prisioneros en las cárceles cubanas por el mero hecho de haber utilizado Internet. Otras páginas web independientes simplemente fueron clausuradas por el régimen sin más dilación. Ramiro Valdés, al frente de un ministerio estratégico, hizo su trabajo, limitando el acceso de la población a las nuevas tecnologías.

De confirmarse la noticia, se va a producir un sano vuelco en la sociedad cubana. La “batalla de las ideas” de Fidel Castro quedará en un segundo plano cuando los ciudadanos puedan acceder a las comunicaciones en la red procedentes de España, México o Argentina. La sensación de aislamiento provocada por la insularidad natural, quedará en el olvido. Los cubanos en el exilio hemos desarrollado una gran tarea en la red de redes, cuyos resultados son visibles. Los que viven en la Isla podrán quizás hacer otro tanto con el tiempo. La vía de comunicación puede estar abierta a partir de ahora. Los resultados, ya se verán.