BARACUTEY CUBANO

QUIÉNES SON LOS OTROS TRES PRESOS POLÍTICOS LIBERADOS? EL PRESO POLÍTICO QUE NO ES POLÍTICO
2008-03-01.


La Habana, 22 de febrero del 2008.- El pasado viernes 15 fue liberado de la prisión Combinado del Este, el Sr. Juan Ignacio Hernández Nodar, luego de 11 años, 7 meses y 3 días de encarcelamiento inicuo; por una causa que no está tipificada en el Código Penal Cubano: intermediar en la contratación de peloteros cubanos para el Baseball de Grandes Ligas.

( Francisco Chaviano González, Coordinador General Interino de la Unidad Liberal de la República de Cuba )

Hernández Nodar, hijo de padres cubanos con los cuales emigró a poco de nacer, es ciudadano norteamericano por naturalización y su familia reside en República Dominicana. Se dedicaba profesionalmente a reclutar jóvenes talentos del baseball para el deporte rentado, de lo que obtenía buenas ganancias.

Gestionaba los contratos de dominicanos, mexicanos, etcétera y por qué no cubanos: así reclutó a Osvaldo Fernández Rodríguez (Millinton EUA Julio1995); Liván E. Hernández Carrera (Monterrey, México Sept. 1995); Vladimir Núñez Salabaza y Larry Rodríguez (Puerto de la Cruz, Venezuela, Oct. 1995) y Rolando Arrojo Ávila (Atlanta, EUA Julio 1996). Durante estos años entró varias veces a Cuba como turista para traer dinero a la familia de los peloteros en cuestión.

Hernández Nodar, entra a Cuba por última vez el 10 de agosto de 1996 con motivo del Torneo Mundial Juvenil que tuvo lugar en Santi Spíritus. El día 12 acudió al estadio para ver el desempeño de dos peloteros venezolanos a quienes representaba, pero fue detenido por la Policía Política que seguía los pasos del hombre que les estaba despojando de las estrellas cubanas, los conquistadores de medallas deportivas y baluartes de la propaganda internacional del régimen.

Le llevaron para Villa Marista, Cuartel General de la Seguridad del Estado, donde le comenzaron un espurio proceso de instrucción. No existía figura delictiva para condenarle por su proceder, por lo que le radicaron el caso con el cargo de Promover las Salidas Ilegales del Territorio Nacional; causa que no se avenía a los hechos y cuya máxima sanción es de 5 años. Pero eso era muy poco para saciar el rencor del gobernante cubano por lo que hubo que multiplicar la cifra para complacerle.

Luego de tres meses y medio en Villa Marista le presentaron los cargos y tres días después la farsa del juicio oral donde se presentaron como testigos los peloteros: Germán Mesa Fresneda, Orlando Hernández Pedroso (El Duque), Alberto Hernández Pérez, Pedro Luís Lazo Iglesias y Daniel Lazo Monterrey.

Todos declararon favorable al encartado, excepto el torpederos de Industriales Germán Mesa, quien para espiar su culpa, –pues estaba sancionado por tener planes de deserción y había realmente solicitado ayuda para escapar– aceptó la propuesta de la policía política para dar falso testimonio a cambio de que se le repusiera en el equipo Cuba; como dádiva extra, el Gobierno le premió con un contrato en las ligas profesionales japonesas: es increíble la distancia tan pequeña que existe entre traidor y héroe en este gobierno.

Juan Ignacio Hernández Nodar, fue finalmente condenado a 15 años de prisión, tres veces el máximo de su causa en flagrante arbitrariedad jurídica. Al entrar en la prisión Combinado del Este, estuvo a punto de suicidarse, trauma del que al parecer no pudo recuperarse y tal vez por eso vivió humillado y sumiso a las autoridades muy lamentablemente: renunció por escrito a ser considerado preso político, también a las visitas de la SINA que le correspondían como ciudadano norteamericano y no tenía buenas relaciones con los presos políticos.

No obstante, nada de esto le sirvió, pues la policía política le hizo padecer como a todos nosotros, talvez más porque no le respetaban y para colmo de abuso, siempre se negaron a concederle la libertad condicional que las leyes estipulan. Ha tenido que cumplir casi por completo su condena y cuando restan 5 meses para ello, es entonces que le ponen en libertad condicional y no podrá volver a su casa, hasta que extinga completamente su inicua sanción.