QUE LO DIGA EL PUEBLO
En Miami algunas personas y al menos un sitio de Internet han planteado en estos días que Adrián Leiva era un infiltrado del Departamento de Seguridad en Miami; Adrían se encuentra actualmente en La Habana.
Desde principios de la década de los años 60s el tranporte en ciudad de La Habana ha estado desde congestionado, sumamente congestionado hasta crítico, producto de la ineficiencia de la tiranía cubana ; ineficiencia que Adrián Leiva no menciona y cuya culpa se la quiere anotar al corte del subsidio soviético¨¨, cuando la tiranía tuvo 30 años para buscar la independencia económica de la Isla; esos recursos fueron significativamente empleados en la subversión y en la invasión a muchos países de todo el mundo.
Que lo diga el pueblo
Por Adrián Leiva
LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) – Hace unos le preguntaron a un funcionario del Ministerio de Transporte sobre el mejoramiento de este servicio en la capital. La pregunta fue respondida de un modo sencillo:
-Que lo diga el pueblo.
El mejoramiento del servicio del transporte por ómnibus en La Habana presenta desde hace varios meses un notable progreso que, según las palabras de las autoridades del sector, debe continuar incrementándose en los próximos meses, como parte de un plan rector diseñado por el gobierno de Raúl Castro, que ha destinado los recursos financieros necesarios para la adquisición del parque de vehículos nuevos, las piezas de repuesto, así como el adiestramiento del personal calificado para cubrir las nuevas plazas que se crearon para estos fines.
Paralelo a este proceso, el gobierno ha contratado en el exterior más de cuatrocientos equipos especializados para la reparación de los viales, teniendo en cuenta el estado de abandono en que se encuentra la casi totalidad de las vías terrestres en Cuba calificadas, casi en un 80%, como críticas, debido a las grietas y, en algunos casos, a la carencia casi total de la capa de asfalto, lo cual dificulta en gran medida la circulación de estos ómnibus.
La Habana cuenta con una población de dos millones doscientos mil habitantes, a los que se suman cada día varios miles de tránsito procedentes del interior del país y extranjeros que, como estudiantes y turistas, circulan diariamente por la capital.
Durante la década del ochenta del pasado siglo la Empresa de Ómnibus de La Habana, hoy Empresa de Ómnibus Metropolitanos, contaba con un parque de más de cuatro mil quinientos equipos en sus diseminadas terminales ubicadas en trece de los quince municipios de la capital.
El suministro de más de catorce millones de toneladas de petróleo y sus derivados que, a precios subsidiados recibía el gobierno de Cuba cada año desde la Unión Soviética, la entrega de piezas de repuesto, neumáticos y materias primas, además de los medios técnicos para el ensamblaje en Cuba de los ómnibus IKARUS, fabricados en Hungría, solucionaban la demanda de transporte público de la ciudad, donde se realizaban más de treinta mil viajes que transportaban diariamente alrededor de de tres millones de pasajeros.
Con la caída del Muro de Berlín y la desintegración de la URSS, se desplomó la apuntalada economía cubana. La década de los años noventa trajo entre otras calamidades el colapso del transporte público. Entonces la capital de Cuba vio, casi de la noche a la mañana, cómo salían los ómnibus de circulación por falta de piezas, llegándose a realizar menos del veinticinco por ciento de los viajes que diariamente realizaban sus recorridos por las principales avenidas y calles capitalinas.
La puesta en funcionamiento de los llamados camellos, la bici-taxi, las bicicletas y cuantos artefactos pueda la mente humana imaginar, llenaron con su novedosa presencia las calles de toda Cuba. La capital del país no era la excepción. El caos se hizo realidad en el transporte público que, si bien desde la llegada al poder del gobierno de Castro nunca brindó un buen servicio, al menos durante las dos últimas décadas antes del corte del subsidio soviético había mejorado gradualmente.
La población de la Habana percibe desde hace meses un notable mejoramiento en este renglón del servicio público, al que se ha aplicado un reordenamiento en su esquema de tráfico por los quince municipios. Si bien queda mucho por avanzar en la mejoría de este aspecto, al menos la atención de las nuevas autoridades a este problema va marcando una diferencia en el favorable estado de opinión de los ciudadanos.
El llamamiento a la disciplina social por parte de las autoridades a la población y a los trabajadores de estos medios para alcanzar una correcta conservación y cuidado de los nuevos equipos, de nada sirve si no se desarrolla la conciencia de la población, que es la beneficiada principal del imprescindible servicio.
Adrián Leiva en un espacio televisivo de Miami en mayo de 2008
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