CUBA, UN CAMBIO SIN VENGANZA
Pedir perdón por las culpas cometidas es espiritualmente beneficioso y hasta necesario para las personas que las cometió y para el futuro de la Patria. Ahora bien, se debe pedir perdón de las maneras, en los lugares y las situaciones más beneficiosas para la Patria. Una vulgar concentración y un mea culpa a coro en la Plaza Cívica sería la forma más facilista, hipócrita y ridícula que se me ocurre; además, no sería justo que ese coro estuviera nada más compuesto por militares. Muchos millones de cubanos ( unos con armas, otros con la pluma, otros levantando la mano, otros con elsilencio, otros marchando, etc.. ) hemos contribuido a sostener esa tiranía durante este medio siglo; de esos millones hay muchos regados por innumerables países y ciudades y donde más hay, y desde épocas muy tempranas, es en Miami.
Nuestra culpa mayor como pueblo ha sido el pecado de omisión. Nos cruzamos de brazos cuando miles de cubanos se sacrificaban salvando el decoro de todos.
Por otra parte, en la nueva República todos tendremos el derecho, y el deber, de hablar; bastante hemos callado o dicho lo que no queríamos decir.
La Justicia no puede dejar de estar presente en el futuro cubano, pero Justicia no es venganza. Todos los crímenes, quien sea la persona que lo haya cometido e independientemente de su posición política en el momento de cometerlo, deben ser juzgados y condenados si aún no se ha pagado por dicho crimen. Tampoco deseo una Justicia de ¨ojo por ojo y diente por diente ¨; deseo una Justicia con Misericordia, que no quiere decir que sea exenta de condena.
Debo puntualizar que el General de División Arnaldo Ochoa Sánchez tuvo dos actitudes muy diferentes en el Juicio del Tribunal de Honor y en el Juicio Militar. En el juicio del Tribunal de Honor su discurso sí fue sucio y abyecto; no así en el el del Juicio de la Causa 1 de 1989; que tampoco fue una heroicidad pero no fue el mismo tono del anterior. El Fiscal Escalona, Raúl Castro y hasta el propio Fidel Castro se quejaron de la actitud de Ochoa en ese juicio.
Las dos versiones que plantea Iliana se complementan en el sentido de que las gestiones y actividades de narcotráfico que incentivaba y permitía Fidel Castro, le sirvieron de fundamento para dar un sangriento mensaje a aquellos militares que soñaban con la perestroika en Cuba y de paso echarles las culpas del narcotráfico a ellos. El Ministro José Abrantes, quien además consumía cocaina junto a su amante de la farándula en la casa del centro turístico de Soroa, era la conexión y por eso también murió; así se garantizaba eternamente el silencio cómplice que tuvo en las Causas 1 y 2 de 1989. De no existir el temor a ese estado de opinión entre losmilitares con relación a la necesidad de una perestroika en Cuba, qué sentido tenía la invasión del MININT por el MINFAR y el paso a retiro de numerosos de altos y experimentados oficiales.
Patricio de la Guardia es otro que calla pero su vida está asegurada; él se ocupó de ello.
Tomado de http://www.elpais.com
Cuba, un cambio sin venganza
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( Zoé Valdés )
Ileana de la Guardia es exiliada cubana en París.
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Tomado de http://penultimosdias.com
Por Juan Abreu
July 16th, 2008
La venganza es una fuerza poderosa y nutritiva. Baste anotar que la madre de todas las novelas es la historia de una venganza. El divino Odiseo liquida a todos los pretendientes sin titubear y qué duda cabe de que hace lo correcto. Yo confieso que disfruto enormemente con la matanza. Qué momento. Es simplemente estupendo que los canallas paguen sus deudas.
Claro que la literatura es una cosa y la vida de los humanos otra. Hasta yo lo entiendo. Pero no por eso deja de resultarme graciosa la cantaleta buenista de gente como Ileana de la Guardia, que parece confundir la maravillosa venganza con la justicia.
La justicia es otra cosa, y es y será imprescindible en una Cuba futura. Resulta sintomático que tengamos la impresión de que los que abogan por la ausencia de venganza a lo que aspiran realmente es al borrón y cuenta nueva. Es decir a que los malhechores y en general la tropa de asesinos y delincuentes que ha hecho posible durante cincuenta años el horror castrista pase tranquilamente a controlar la economía del país mientras sus víctimas olvidamos sus crímenes e incontables tropelías. Y de paso, supongo, aplaudamos a sus hijos, nietos, sobrinos y resto de la camada, cuando tomen las riendas de la finca que llevan asolando sus mayores desde hace medio siglo.
La prensa socialdemócrata se apunta jubilosa y despepitada a esta tesis. De ahí que podamos leer en El País de hoy un artículo de la hija de uno de los De la Guardia, grandes cómplices de la dictadura, que aboga por el “cambio sin venganza”. El artículo comienza regurgitando la teoría del sacrificio. Es decir los Castro sacrificaron a sus subordinados para cubrir sus culpas. Es posible que sea cierto, pero esto no disminuye un ápice las responsabilidades de los condenados en la trama siniestra de la dictadura a la que sirvieron devotamente durante décadas. De hecho, no dejaron de servirla ni en la hora de la muerte. El sucio y sumiso discurso del general Arnaldo Ochoa durante el juicio que lo envió al pelotón de fusilamiento es uno de los momentos más abyectos de la historia de Cuba (una historia rica en abyecciones).
El resto del artículo se dedica a atacar a Zoé Valdés por su excelente libro La ficción Fidel. Eso prueba que la obra ha sido y está siendo muy efectiva, y supongo que la escritora esté contentísima.
La señora De la Guardia se alarma de que Valdés diga en su obra que: “todos los militares (cubanos) sin excepción deberían pedir perdón a coro, en la Plaza de la Revolución, y sus hijos deberán callarse para siempre”. A mí, y estoy seguro de que a muchos cubanos víctimas de gente como el padre y el tío de la señora, la idea nos parece excelente. ¿Por qué no iban a pedir perdón por mantener en el poder a un régimen criminal que ha arruinado la vida de millones de cubanos? Es lo menos que pueden hacer.
En cuanto a que los hijos se callen para siempre, tal vez sea algo excesivo, pero que se callen un tiempo estaría bien, demostraría que tienen cierto pudor, a fin de cuentas. Por supuesto que los hijos no son culpables de las fechorías de sus padres, pero que los vástagos vayan por el mundo en plan pitonisos que atisban el futuro de la Patria y nos advierten de los peligros que acechan, me parece demasiado.
Ileana De la Guardia concluye en su escrito que la escritora Zoé Valdés, y gente como yo, pertenecemos a un sector “minoritario pero emblemático” de la oposición cubana que “compromete el futuro de Cuba”. A esto sólo puedo decir que jamás (por mucho que hagamos) lo comprometemos más de lo que ya lo han comprometido señores como el padre y el tío de la señora en cuestión y demás esbirros por el estilo.
No pienso regresar jamás a la pocilga cubana (salvo que se cumplan ciertas condiciones de las que ya he hablado), pocilga que ayudaron a crear de manera decisiva personajes como los De la Guardia; pero eso no quiere decir que esté de acuerdo con que tantos crímenes y atropellos queden impunes.
Los culpables han de pagar por lo que han hecho. Justicia; sin justicia no habrá futuro para Cuba. O tal vez sí, pero será un futuro asqueroso.
Juan Abreu
Barcelona
Juicio de Arnaldo Ochoa. Parte 6
Observen la cara de Ochoa cuando Ruiz Poo decía, lo que todos pensaban, y que muy pocos sabían
http://www.youtube.com/v/wTMmeSdfJJQ&hl=es&fs=1
Las inmisericordes palabras del Comandante que asaltó un Cuartel y que a los dos años estaba en libertad
La recreación del Fusilamiento
http://www.youtube.com/v/sAXhgTXLgas&hl=es&fs=1
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