LA AGRICULTURA, LA IDEOLOGÍA Y EL HOMBRE
Tomado de http://www.diariolasamericas.com
La agricultura, la ideología y el hombre
Por Pablo Alfonso
La agricultura cubana no logra levantar vuelo. Continúa anclada en tierra por las ataduras de la ideología y la ineficiencia del sistema socialismo castrista; que en eso de ineficiente no difiere en nada de los ensayos comunistas que han fracasado en otras regiones.
En estos tiempos en que el general Raúl Castro encabeza el régimen con apremiantes llamados a la productividad agrícola, las noticias que llegan desde Cuba siguen siendo desalentadoras.
“A manera de ejemplo los delegados a la asamblea se detuvieron en los pobres resultados en el programa alimentario del municipio de Jovellanos, y en particular el desempeño nada esperanzador de la Empresa de producción agrícola V. I. Lenin. Lucila Hernández Toscabo, primera secretaria del Partido en ese territorio, explicó que en el 2007 esa entidad agrícola apenas produjo 431 000 quintales de viandas (43,50% del plan), y en lo que va del 2008 todavía no logra retomar el sendero de la productividad y la eficiencia”, informaba Granma en días pasados a propósito de una reunión del Partido Comunista en La Habana.
Lo que sucede en Jovellanos es una muestra de lo sucede en el resto del país.
Los problemas de la agricultura cubana no son nuevos. Comenzaron hace medio siglo, cuando la ansiada Reforma Agraria se frustró en un gigantesco e inoperante latifundio estatal. Cuando la iniciativa privada y el esfuerzo individual murió a manos del estatismo; asesinado por los cánones ideológicos del marxismo leninismo, que todavía impera en nuestros días con las atenuantes del caso.
( El marabú ha invadido los campos cubanos debido a la propiedad Estatal que existe sobre ellos y el poco incentivo salarial por trabajar en ellos; nota del blogguista )
La manera de abordar las causas que impiden el despegue agrícola, debatidas en la asamblea de referencia demuestra, hasta dónde las ataduras ideológicas inciden sobre los resultados económicos.
“Entre las causas de este declive se mencionó la poca exigencia, el descontrol, incongruencias en la política de cuadros, poca atención a los trabajadores y pobre vinculación del hombre a los resultados finales”, explicó Granma.
Según el Vicepresidente del Consejo de Estado y miembro del Buró Político, Esteban Lazo, quien presidió la asamblea, “uno de los problemas fundamentales de la producción nacional de alimentos pasa por la debilidad en el trabajo con los cuadros”. Es decir, la percepción oficial del fracaso de la producción agrícola es un asunto ideológico.
Todos los problemas identificados por el Partido en este asunto, aseguró Lazo, “tienen que ver con el hombre”. Y claro, para resolverlos se propone, el único método que el régimen aplica con rigor desde hace medio siglo: “disciplina y orden”.
Hace ya casi ¡veinte años!, cuando se derrumbó el Muro de Berlín y la extinta Unión Soviética dejó de financiar a la dictadura castrista, los problemas se agudizaron. El régimen entonces comenzó a hablar de “un doble bloqueo”. La ausencia de frutas, viandas y vegetales en la mesa del cubano se atribuyó a la caída del mundo comunista europeo. Los ideólogos del Partido intentaban explicar el asunto: faltaba el fertilizante soviético que nutria a los suelos agrícolas cubanos.
En Cuba la gente de a pie, que sufría las consecuencias de la dependencia soviética bautizada con el eufemismo de “período especial en tiempos de paz”, tenía otra interpretación del fenómeno. Partía del humor criollo y la sátira política. De aquél período que todavía se prolonga hasta hoy, con mayor o menor intensidad, quedó como testigo para todos los tiempos, un irónico poema. Lo he citado en otros momentos, pero lo repito en esta ocasión, porque todavía es válido:
el mango, dulce fruto de Cracovia
el ñame, que es oriundo de Varsovia
y el café que se siembra en Alemania.
La malanga amarilla de Rumania
el boniato moldavo y su dulzura
de Liberia el mamey con su textura
y el verde plátano que cultiva Ucrania.
Todo eso falta y no por culpa nuestra
para cumplir el plan alimentario
se libra una batalla ruda, intensa.
Y ya tenemos la primera muestra
de que se hace el esfuerzo necesario:
hay comida en la tele y en la prensa.
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