SEVERA CONTRACCIÓN
Severa contracción
Por José Antonio Fornaris
Cuba-Verdad
LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) -Acabo de leer una bella frase del colega oficialista José Alejandro Rodríguez en el periódico Juventud Rebelde: “Hay una severa contracción en la venta de alimentos”.
Cuando la prensa gubernamental utiliza esos términos, aunque suena a eufemismo es que la cosa está de “chupa y déjame el cabo”.
En toda la isla existen más de 500 agro mercados estatales y están vacíos o casi vacíos. En este caso, no funciona la teoría de la botella medio vacía o medio llena, a tenor con las valoraciones pesimistas u optimistas.
En La Habana, que por su condición de capital y de presunta vitrina durante cinco decenios ha gozado de privilegios en los suministros de cualquier índole, la oferta es durante algunas horas por jornada, de cuatro o cinco productos.
Lo que se puede encontrar en las mañanas es: boniato, malanga, fruta bomba – la mayoría de las veces verde-, yuca y, en algunos casos, plátanos burros raquíticos.
Cuando venden arroz o frijoles, siempre negros, la situación se torna un tanto conflictiva porque el mercado se congestiona.
Por su parte, en los pequeños puntos de venta privados o de cooperativas con un poco de autonomía, la oferta es muy similar, con la variante de que en ocasiones hay habichuelas y col o lechuga.
Estas últimas ofertas duran muy poco tiempo en tarima, porque cuando se corre la voz la gente se apresura a adquirirlas.
El 60 por ciento de la producción agrícola del país lo garantizaba el productor privado y cooperativista, que sólo posee un 30 por ciento de las tierras aptas para la agricultura.
El paso de los huracanes Gustav e Ike por el territorio nacional en septiembre, dejó no sólo afectaciones de todo tipo, sino que impulsó al Estado a implantar nuevas medidas de control, entre ellas fijarle techo a los precios de los productores privados.
Al parecer no se tuvo en cuenta que en ese mes, precisamente cuando el primero de los dos ciclones estaba azotando parte del territorio nacional, fue decretado un fuerte aumento del precio de los combustibles. Esto hace que se encarezca el traslado de mercancías.
Si a eso se le une la selectividad del gobierno para aceptar los ofrecimientos de ayuda humanitaria brindados por la comunidad internacional ante la devastación de los huracanes, no hay nada extraño en el problema del abastecimiento, que aunque nunca ha sido óptimo, al menos era pasable.
Así que la conjunción ciclones-Estado es lo que ha llevado a “la severa contracción en la venta de alimentos”. Contracción que puede convertirse en un hueco negro captador de cualquier energía, porque lo que se está cosechando es lo que los huracanes dejaron bajo tierra. Y eso no va a demorar mucho en agotarse.
fornarisjo@yahoo.com
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