DENUNCIAN DESCARADA COMPRA DE VOTOS EN VENEZUELA EN ELECCIONES DEL 23 DE NOVIEMBRE DE 2008
Denuncian descarada compra de votos en Venezuela
CASTO OCANDO
El Nuevo Herald
A medida que se aclara el panorama de los resultados de las elecciones regionales en Venezuela, comienza a aparecer una dimensión inédita del proceso: el empleo de sumas millonarias para "estimular'' el voto en sectores populares, a cambio de electrodomésticos, alimentos y pago de dinero en efectivo.
Según evidencias, testimonios y denuncias públicas por opositores recogidos por El Nuevo Herald, la administración del presidente Hugo Chávez destinó decenas de millones de dólares para financiar una ofensiva de "dádivas'', incluso repartiendo dinero a manos llenas durante el mismo día de las elecciones.
En el municipio Sucre, donde se ubica Petare, el mayor barrio popular del país, un grupo de alcaldías bajo control oficialista realizó donaciones equivalentes a unos $10 millones, que fueron repartidos en efectivo entre la noche del sábado 22 y la mañana del domingo 23, día de las elecciones, a razón de entre 300,000 y 1 millón de bolívares por persona (entre $140 y $480), confirmaron a El Nuevo Herald fuentes que participaron en el operativo.
A pesar de los "donativos'', el chavismo perdió la alcaldía del municipio Sucre por una diferencia de 80,000 votos.
De acuerdo con fuentes independientes y de la oposición, el gobierno nacional y todas las gobernaciones bajo control del chavismo condujeron una campaña masiva para distribuir gratuitamente desde colchones y tanques para almacenar agua, hasta teléfonos celulares y vehículos, pasando por toda clase de electrodomésticos y alimentos, a cambio de un voto favorable para los candidatos oficialistas.
Según documentos a los que tuvo acceso El Nuevo Herald, varias firmas asociadas al gobierno, principalmente con la petrolera estatal PDVSA, cotizaron y adquirieron productos y mercancías destinadas a la campaña electoral, con la ayuda de empresas comerciales ubicadas en Panamá y el sur de la Florida.
En la zona franca del istmo centroamericano, los operadores oficialistas adquirieron grandes cantidades de electrodomésticos para distribuir en todo el territorio venezolano.
Los masivos operativos fueron objeto de duras críticas desde antes de las elecciones, incluso por dirigentes del chavismo disidente, como el dirigente José Albornoz, secretario general del partido Patria Para Todos (PPT), que apoyó a Chávez en el pasado y en las elecciones regionales respaldó a los candidatos disidentes.
En una declaración dos días antes de los comicios, Albornoz recomendó a los votantes beneficiados con donaciones chavistas: "voten sin miedo. Su conciencia vale más que una lavadora, nevera o 210 bolívares fuertes''.
En algunos casos, los activistas prochavistas ni siquiera ocultaron la operación sino que la promovieron abiertamente, utilizando diversos medios de propaganda masiva.
En un panfleto con el encabezado que decía: "Construyendo la Revolución Bonita'', distribuido en zonas populares y rurales del estado Sucre, se les prometía a los electores que votaran "por los candidatos de Enrique Mestre'', el aspirante chavista, un estipendio quincenal de 1 millón de bolívares, un pago único de otros 2.5 millones (alrededor de $1,160) para alimentos, además de una nevera, una licuadora y una lavadora, un saco de alimentos no perecederos y un congelador con diversas carnes.
El volante impreso en papel color rojo, termina con las leyendas: "hacia la economía social productiva'' y "patria, socialismo o muerte''.
En otros estados, los chavistas utilizaron estrategias creativas para buscar comprometer el voto de los electores.
En varias localidades de los estados Falcón y Carabobo, pelotones de trabajadores armados de escobas, brochas y pintura, "asaltaban'' las casas de familias en zonas rurales para realizar un eficaz servicio de limpieza y pintura de la propiedad sin costo alguno, a cambio del voto.
El día de las elecciones, batallones de activistas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), se encargaron de asegurarse que los beneficiarios cumplieran con la promesa, trasladándolos a los centros electorales y llevándolos virtualmente hasta la máquina de votación.
La práctica de pagar a electores a cambio de votos no es nueva en Venezuela. Antes de la llegada de Chávez al poder, los partidos políticos organizaban complejos operativos a nivel nacional para "convencer'' a ciudadanos reacios a dar su voto a cambio de ciertos beneficios, por lo general pequeñas cantidades de dinero y alimentos, y el traslado de ida y vuelta desde su casa al centro de votación.
"En el pasado los partidos tenían la costumbre de regalar sacos de cemento, bloques, láminas de zinc a los votantes, algo totalmente indebido porque era usar las necesidades del pueblo para comprar votos'', dijo Carlos Berrizbeitia, dirigente del opositor Proyecto Venezuela.
Sin embargo, agregó Berrizbeitia, "lo que ha pasado en estas últimas elecciones fue algo desproporcionado, sin precedentes en la historia política venezolana''.
El ex parlamentario, que ha documentado en detalle los gastos lujosos del gobierno chavista en los últimos cinco años, citó el ejemplo de la ciudad de Cumaná, en el oriente del país. Allí, la alcaldía controlada por el oficialismo entregó más de $11,6 millones en efectivo a través de un banco local, a razón de unos 400,000 bolívares por persona, a un total de 66,015 votantes que concedieron el triunfo al candidato chavista, de acuerdo con documentos mostrados a El Nuevo Herald.
Berrizbeitia dijo que al igual que en Cumaná, el gobierno repitió la operación en todos los 300 municipios del país, ‘‘con muy buenos resultados'', principalmente con dineros provistos por la estatal PDVSA.
"El presidente Chávez triunfó en aquellas regiones donde la distribución de los recursos del Estado para comprar conciencias surtió más efecto'', coincidió en señalar Omar Barboza, presidente del opositor Un Nuevo Tiempo, cuyo líder principal es Manuel Rosales.
En otras regiones como el estado Bolívar, "el costo de publicidad, propaganda, compra y reparto de electrodomésticos o enseres del hogar, emolumentos, viáticos a funcionarios y recursos en efectivo, superaron los 58,000 millones de bolívares (unos $26 millones)'', aseguró en un informe el dirigente José Ignacio Acevedo, del opositor Acción Democrática (AD).
De acuerdo con analistas y expertos, la estrategia de distribuir beneficios a cambio de votos pudiera debilitar seriamente al chavismo en un panorama de contracción económica, y podría tener graves consecuencias para el futuro.
Las "dádivas'' pudieron haber significado para el chavismo un tercio del total de votos obtenidos por todos los candidatos regionales en los comicios pasados, una cifra que supera los 1.8 millones de votos, estimó Alfredo Keller, experto en encuestas.
Keller dijo que del 52 por ciento obtenido por los candidatos chavistas en los comicios regionales, un 17 por ciento de los votos pueden ser calificados de ‘‘clientelares'', y 34 por ciento de votantes representó al conglomerado chavista leal, de los cuales un 15 por ciento podría concentrar el llamado núcleo duro del chavismo.
Para el jesuita Luis Ugalde, rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), el voto por los candidatos chavistas quedaría cuando mucho en 30 o 35 por ciento "sin chantajes, compras (de votos) y amenazas''.
Según el abogado Gustavo Linares Benzo, columnista del diario El Universal de Caracas, el fenómeno de la compra de votos podría promover la ingobernabilidad en el país a mediano plazo, en un panorama de caída de los precios del crudo.
"Si los votos se obtienen sólo regalando casas y neveras, nadie podrá gobernar, ni dominando la delincuencia, construyendo infraestructura o dominando la inflación. Este legado chavista es el peor de esta década''.
ocasto@herald.com
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