viernes, diciembre 19, 2008

EL SOCIALISMO NOS QUIERE ATOLONDRAR

El socialismo nos quiere atolondrar


Por Yosvani Anzardo Hernández

HOLGUÍN, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) - Sobre el socialismo hay mucho que decir, aunque prefiero hablar de lo que no he visto escrito. Lo que no significa que no existan referencias, pues se trata de asuntos que conocen millones de personas.

Cada país tiene una forma particular de hacer funcionar la misma teoría, y para ello tienen en cuenta las costumbres de sus pueblos. Los métodos generalmente son los mismos, porque el fin no varía: dominio absoluto sobre todo el acontecer humano.

Los socialistas intentan controlar y mantener estable el crecimiento de la población. Dentro de la teoría esto no está escrito, pero en la práctica la desarrollan por varios métodos. Los nazis mataron a los subnormales, según ellos, por humanidad, para evitarles sufrimientos.

En los países socialistas abundaban las cárceles, porque no había campos de concentración. En China está prohibido tener más de un hijo. El problema no es la cantidad sino la dificultad para alimentarlos.

En Cuba se practica el aborto oficialmente, como método anticonceptivo. De hecho nuestra población no crece. También por eso no es extraño que de los fetos se extraigan células madres. El mundo se asombrará de las cosas que un día se sabrán sobre el régimen.

Mantener atolondrados a todos es otra de las premisas del socialismo. Es importante decir lo que muchos quieren escuchar, y hacer lo que a nadie le conviene. Con el exceso de empleo no sólo aseguran el pleno empleo, sino que no dejan cabos sueltos: todos tienen bajos salarios, ninguna libertad y son una “masa” disponible para utilizarla en cualquier necesidad estatal. Negarse a trabajar con ellos es un delito que puede costar años de cárcel. El hombre que tiene tiempo para pensar tal vez nunca lo haga, pero puede que aproveche la oportunidad para usar su cerebro, y este es un peligro que ellos se empeñan en evitar.

Es importante pregonar que su país es el mejor del mundo. Se hace todo lo posible por evitar que la gente lo abandone, y quien lo hace es considerado traidor. Consideran que el que se va siempre vive peor, pero que no lo reconoce por orgullo, y que sus vidas mejoran materialmente, pero empeoran en términos generales. De cualquier forma, cada vez más ciudadanos quieren salir tumbando la mula.

Los que se atreven a contradecirlos son locos, y como tales son tratados. Cuando estos supuestos chiflados son escuchados por la población, las autoridades los atacan por todos los flancos y con todas las armas: macanas, piedras, cabillas, y la cárcel.

Sólo queda desear que este socialismo, nadie, por los siglos de los siglos, lo tenga que sufrir.