viernes, diciembre 19, 2008

¿ POR QUÉ SOPORTAMOS TODO ESTO ?

¿Por qué soportamos todo esto?


Por Miriam Leiva

LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) - Los cubanos soportan todas las penurias que el gobierno impone. Durante años no se quejaron. Mantenían la esperanza de que se trataba del desconocimiento intelectual de los dirigentes; Fidel no sabía lo que pasaba, y que con las campañas para incrementar el nivel cultural y técnico se superarían las deficiencias. Pero confiaban en que las promesas se cumplirían y que verían la recompensa por sus sacrificios. Todos vivirían mejor. Se acabaría la confrontación entre hermanos y amigos. En definitiva, la culpa la tenían los contrarrevolucionarios y el imperialismo yankee.

Otros sentían miedo. Se sabían vigilados porque en algún momento expresaron algún criterio o palabra ajena al lenguaje oficial. Estaban seguros que el G2, devenido Seguridad del Estado, los miraba y escuchaba siempre a través de los Comités de Defensa de la Revolución, de familiares y amigos. Luego se percataron de los teléfonos pinchados y los micrófonos en el hogar y en los cuerpos de los visitantes.

Participamos de la Campaña de Alfabetización, noble empeño que llevó a cientos de miles de jóvenes a los lugares más remotos. Pasó la invasión de Playa Girón, conocida afuera como de Bahía de Cochinos, que los entusiastas milicianos, siempre bajo la dirección de Fidel, y la negativa de John F. Kennedy de invadir Cuba, concluyeron en 72 horas. Se era orgulloso de servir a la Patria.

Terminada la Campaña de Alfabetización, los hijos de los campesinos invadieron las lujosas mansiones de Miramar, Biltmore y El Laguito. Llegaron a continuar estudios a través del plan de becas. Era la segunda invasión de los orientales; la primera había sido la de los rebeldes, que contribuyeron a llevar a Fidel Castro al poder.

Luego fuimos a recoger café en las montañas de Oriente. Allí nos sorprendió la Crisis de Octubre, cuando el Comandante estuvo a punto de llevar a la Humanidad al exterminio, con una confrontación entre los rusos, que tenían sus cohetes nucleares emplazados en Cuba, y los norteamericanos.

Siguieron las marchas bajo distintos motivos, entre ellos la guerra civil, que fue denominada por el gobierno ¨Limpia del Escambray¨. Por esa época pocos sabían que cientos de cubanos habían sido fusilados sin justicia real y que miles de ciudadanos estaban en terrible prisión. Para adolescentes y mayores, borrachos de credulidad, todos los opositores eran enemigos peligrosos. Hubo excesos de los opositores indudablemente, pero la historia estuvo muy mal contada, y tendrá que investigarse adecuadamente algún día.

Fuimos a la universidad, a cortar caña, a trabajar en los centrales azucareros durante la Zafra de los 10 millones, que el Máximo Jefe dictaminó tenía que hacerse a pesar de los criterios adversos de los expertos. La Habana había perdido los frondosos frutales que la circundaban, porque el Comandante decidió cultivar café de una variedad que, a pesar de los escépticos, sí se daría por primera vez en la capital. Sembramos cebollas en tierras pobres, llenas de piedras que, decían los campesinos, sólo parirían piedras. . Fuímos a las microbrigadas para construir de edificios, que tardaban quinquenios o decenios en terminarse y, en algunos casos, todavía vemos sin concluir.

Los hombres, sobre todo, resistieron estoicamente las movilizaciones militares no sólo para ¨enfrentar al imperialismo¨, sino para ayudar a los pueblos del mundo. Silenciosamente la inmensa Cuba se esparció por el Medio Oriente, África, Ámerica Latina y Asia. Cientos de miles de cubanos pelearon por la libertad de los pueblos y miles murieron convencidos de que su sacrificio valía la pena.

Y los gobernantes crearon la ilusión también de que los cubanos determinamos nuestro futuro; de que nos gobernamos y que vivimos en el ¨mejor de los mundos posibles¨. Hicieron la Asamblea Nacional del Poder Popular y el Consejo de Estado. Fusilaron al General Arnaldo Ochoa, héroe de muchas batallas, admirado por sus subalternos. Pero la realidad es cruel con quienes viven engañados. Se desplomó la Unión Soviética y con ella los recursos financieros y materiales de todo el denominado campo socialista. Llegó el ¨Período Especial¨, como eufemísticamente llaman a la etapa de mayor crisis política, económica y social vivida por Cuba, que ya cumple 20 años.

La Revolución festejará su 50 Aniversario el 1 de enero de 2009 en un país arrasado por sus dirigentes y tres cruentos huracanes, sin recursos para enfrentar las grandes miserias del pueblo, enclaustrado por sus talibanes en una isla grande y otra más pequeña, sin poder visitar siquiera sus cayos adyacentes; con las migajas de poder alojarse finalmente en los hoteles para turistas y poseer celulares si se tiene divisas, pero sin acceso a Internet; con los vendedores prohibidos y los activistas de derechos humanos perseguidos, más de 55 prisioneros de conciencia y unos 300 reos políticos pacíficos.

Como ha dicho el Presidente Raúl Castro en Salvador de Bahía, Brasil, al referirse a posibles conversaciones con Estados Unidos, las partes tienen que hacer gestos. El primero debe ser de los gobernantes hacia el pueblo cubano. Los cambios estructurales y de concepto tienen que ser reales, no porque esté en peligro el poder absoluto, sino porque la historia no los perdonará.

El futuro de Cuba depende de los cubanos todos, gobernantes que se han acostumbrado a la mansedumbre del pueblo, y gobernados que desconocen la memoria histórica, sus derechos y deberes.