domingo, marzo 22, 2009

LA SEÑORA DE LA NOVIA DEL MEDIODÍA

LA SEÑORA DE LA NOVIA DEL MEDIODÍA


Por René Gómez Manzano

21 de marzo de 2009

La Habana – www.PayoLibre.com – “¡Estoy desesperada, doctor. Ya no sé qué hacer!”, exclama la joven madre de familia extrayendo de su bolso un impresionante cartapacio. “Llevamos tres años y medio en este problema; nos hemos quejado a todo el mundo, pero nadie nos hace caso”. Tras leer la voluminosa documentación, comprendo la desesperación de Ivonne Moralobo Melo: sus ancianos padres han sufrido la impunidad de que goza Minerva Hernández Valdés, oficial de policía destacada en la 7ma. Unidad, en La Lisa.

Sus ocurrencias, dignas de servir de tema a un programa de San Nicolás del Peladero, han tenido como escenario el antiguo Reparto Herrera Sotolongo, frente a lo que fue el autocine Novia del Mediodía, en Arroyo Arenas. Era una zona de fincas de recreo, en la que residían personalidades como el doctor José Miró Cardona. La otrora exclusiva barriada muestra los embates de un despiadado huracán que ha durado medio siglo. Las residencias, subdivididas y vueltas a dividir, se han convertido en ciudadelas; no faltan los arrimos, cobertizos y otras construcciones precarias, así como alguna que otra cochiquera. En resumen: una lujosa barriada transformada en favela gracias a la Revolución.

La aguerrida señora Hernández Valdés reside en el número 4904-A de la Calle 300, a apenas unos metros de la céntrica Avenida 51. Su vivienda le parecía pequeña, y no encontró solución mejor que… ¡cerrar la calle! O mejor dicho: el terraplén fangoso y desfondado que hace las veces de calle. Dicho y hecho: sin encomendarse a Dios ni al Diablo (en los que, como buena comunista, seguramente no cree), la agente, prevalida de su uniforme, erigió una cerca en plena vía pública, con lo cual dejó sin acceso vehicular a seis familias vecinas. Una de ellas: la del señor Moreslán Moralobo Moratalla, padre de mi visitante.

A partir de ese momento comenzó el calvario de la familia. Las protestas de los vecinos, reflejadas en la prolija documentación, menudearon a todas las instancias. El Partido Comunista, el “Poder Popular”, los Tribunales, la Fiscalía (tanto civil como militar), las oficinas de la Vivienda, los CDR… En una palabra, a todos los “factores” se les informó, en todas las puertas se tocó, pero los Moralobo han recibido la callada por respuesta. La única excepción es la Vivienda Provincial, que sí reconoció el atropello, sólo que las autoridades se niegan a cumplir lo resuelto.

Lo que comenzó como una protesta por haberse quedado sin vía para transitar, continuó con un rosario de otras ilegalidades ideadas por el fértil cerebro de la uniformada. Al cierre de la calle siguió el establecimiento de una herrería clandestina, cuyo desmedido consumo de fluido eléctrico —con el consiguiente bajo voltaje— provocó la rotura de varios refrigeradores. Han sido fabricados inmuebles con materiales de dudosa procedencia. Diversos inspectores han desfilado por el barrio, mostrando especial predilección por imponerles multas a quienes se enfrentan a la combativa agente. El señor Moralobo ha sido conducido y citado por la Policía, que lo ha multado y amenazado con encerrarlo en prisión, al igual que a sus seres queridos.

Hubo después una nueva crisis de geofagia: no contenta con apropiarse de un trozo de calle, doña Minerva procedió a erigir manu militari, en el patio del señor Moralobo, una cerca para despojarlo de un buen pedazo de terreno. Esto, como suele decirse, se hizo “con todas las de la ley”, pues junto a la señora y su marido participaron otros cuatro miembros de la Policía, vestidos de civil. Esta usurpación no deja de ser curiosa, porque antaño se oía hablar de cosas parecidas, pero que sucedían en fincas despobladas de municipios remotos, ¡pero ahora ha pasado en plena ciudad de La Habana! ¡Un logro del socialismo! No obstante, por algún motivo que a este abogado y periodista sus conocimientos legales no le permiten comprender, la Primer Teniente Minerva Hernández Valdés no ha confrontado problema alguno con las autoridades. Cuando ha intervenido la Policía, ha sido para conducir detenidos a quienes se han enfrentado a la esforzada combatiente del MININT. Incluso se ha dado el caso de que a los quejosos les han dicho que “a los policías no se les denuncia”…

Ha habido de todo, como en botica. Esto incluye ofensas, golpes y amenazas de muerte con uso de armas blancas. En una de estas ocasiones, al salir mi visitante de casa de sus progenitores en unión de su mamá y sus hijas, un amigo íntimo de la Primer Teniente Hernández Valdés, conductor de un ómnibus, puso en marcha el vehículo y, enloquecido por el alcohol, lo lanzó contra el grupo de mujeres, obligándolas a tirarse en un charco de agua para salvar la vida.

De inicio, en la PNR no querían recibirle declaración a la Moralobo Melo. A mucha insistencia suya, en definitiva sí lo hicieron, aunque no le practicaron al implicado la prueba de alcohol en sangre que ella pedía. Radicaron la denuncia como una supuesta amenaza, y no como la tentativa de asesinato que la lógica y el derecho indican. A los varios meses, le exigieron repetidamente que retirase la denuncia, a lo que se negó. Entonces entró en actividad el Tribunal Municipal de La Lisa. La citaron a juicio en seis ocasiones. Jamás se presentó el acusado, pero no se tienen noticias de que la corte haya tomado alguna medida por esas incomparecencias. A la séptima citación, ella llegó puntualmente, como de costumbre; dos horas más tarde, estando su menor hija con un ataque de asma y encontrándose ausente una vez más el acusado, la señora Moralobo habló con la Secretaria y le explicó que tenía necesidad de retirarse para que su hija recibiese asistencia médica. Un rato después celebraron el juicio, el acusado salió absuelto, y la denunciante, con una multa de 50 pesos por haberse ausentado del Tribunal…

Ivonne Moralobo Melo se pregunta: “¿Cuándo se hará justicia con mi familia? Como conozco las cosas de nuestra Cubita bella, he optado por hacer lo único que considero viable en este caso: escribir este artículo.

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René Gómez Manzano es abogado y periodista independiente

NOTA: Para obtener información adicional sobre este caso puede llamarse a la interesada, señora Ivonne Moralobo Melo, a su casa: (53-7) 833-49-12.

2 Comments:

At 1:51 a. m., Anonymous Zanek said...

Soy vecina de Ivonne y es verdad todo lo que dice dicho articulo, pienso ademas que deverian de analisar mas a fondo el problema.Tiene todo mi apoyo

 
At 1:51 a. m., Anonymous Zanek said...

Soy vecina de Ivonne y es verdad todo lo que dice dicho articulo, pienso ademas que deverian de analisar mas a fondo el problema.Tiene todo mi apoyo

 

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