sábado, abril 11, 2009

SER O NO SER MERCENARIO

SER O NO SER MERCENARIO

Por Juan González Febles


Lawton, La Habana, 9 de abril de 2009, (SDP) El gallinero está revuelto. Regresan los ataques contra la prensa nacional independiente. Llaman mercenarios a los comunicadores alternativos cubanos. Es lógico, con sus altas y sus bajas realizan una labor sistemática de denuncia e información al mundo, que lesiona sensiblemente los intereses de la cúpula verdeolivo.

Este trabajo sucio de descalificar la labor de la prensa independiente, se ha encargado a colegas sin lustre ni jerarquía dentro de la prensa oficial cubana. En fin, gente que nadie conoce. Sería de muy mal gusto que los figurones de Granma, Juventud Rebelde, Mesa Redonda, Prensa Latina, Servicios Informativos de la Televisión Cubana, etc., traten de mercenarios a los humildes y acosados periodistas independientes. Queda algo de pudor en la prensa oficial.

Cada uno de estos figurones, ha recibido de la élite de gobierno que les paga, automóvil y cuota adicional de combustible. Además de esto, reciben toda una serie de prestaciones o prebendas, que así las llama el pueblo.

Veamos las prestaciones o prebendas. Como soldados insignes del frente político-ideológico, el gobierno les asignó Internet y TV por cable. Este servicio se oferta a razón de 150 cuc mensuales si se trata de Internet y de ciento y tantos y más cuc, si se trata de TV por cable. Esto explica cómo están al tanto de la programación de los canales de Miami y de lo último que se publica en Internet. Lo curioso del caso, es que hacen mención de tales espacios, como si los millones a quienes desinforman, tuvieran las mismas posibilidades de acceso. Como si el pueblo supiera sobre qué diablos mienten y tuviera sus mismas oportunidades de saber.

Han recibido viviendas cómodas y confortables en repartos y zonas congeladas para el resto de la ciudadanía a la que desinforman, en la medida del deseo de sus jefes. Reciben módulos de ropa y aseo con regularidad mensual y trimestral a precios subsidiados o en ocasiones de forma gratuita. Facturas de alimento que integran carne de res en ocasiones, latería, leche condensada, en polvo, aceite comestible, etc.

Tienen la posibilidad de casas en playas y lugares selectos para vacacionar. Disfrutan de servicios médicos y estomatológicos de excelencia en Cimeq. Reciben una modesta cuota en moneda cuc, que quizás empleen en adquirir cigarrillos o alcohol. Algunos reciben un viajecito de vez en vez al extranjero. Todos disponen de la posibilidad de que les toque quizás un día. Pueden soñar y portarse bien para hacerlo realidad.

Pero no siempre fue así. El ascenso creciente del movimiento opositor y la evolución positiva de la prensa independiente en la Isla, hicieron realidad las fantasías más descocadas de los otrora relegados periodistas oficiales.

Ninguno de los 23 colegas que guardan injusta prisión a partir de su labor informativa, disfrutó en ningún momento de las ‘prestaciones’, con que la dictadura militar, familiar, dinástica y totalitaria de los Castro premia a sus amanuenses. Si lograron un indiscutido nivel profesional y si luchan por incrementarlo a partir de los cursos que imparten de forma gratuita, instancias como la Sección de Intereses de los Estados Unidos, esto se debe al carácter excluyente y a la discriminación que por motivos políticos ejerce la élite de poder y el gobernante Partido Comunista, sobre el pueblo de Cuba.
Las universidades nacionales son segregadas para quienes proclaman sus simpatías por el gobierno. En fin, desde el decir torcido de su discurso: son para revolucionarios.

Si los periodistas independientes acuden a instalaciones diplomáticas para acceder a la red de redes, es porque la dictadura militar veta el acceso libre a Internet. Un importante energúmeno entorchado, engalonado y empistolado llegó a decir de forma pública, que: “Internet es un arma de exterminio masivo”.

Por supuesto, la prensa oficial es tan excluyente como el gobierno que la promueve. En ella existen castas y no todos los periodistas oficiales disfrutan de las ‘prestaciones’ que hemos descrito. Los ‘no confiables’ o ‘menos confiables’ desde los diarios de provincia y las estaciones locales de radio, divulgan ‘refritos’ de los diarios y estaciones nacionales. Son vigilados estrechamente y sobre ellos pende, la espada de Damocles del despido, el insilio y el ostracismo profesional.

Disfrutan de la seguridad equívoca que representa renunciar al criterio y la identidad. Ciertamente, están precariamente a salvo del acoso y el hostigamiento de la policía de Seguridad del Estado, aunque no de su escrutinio y su vigilancia. Esa pobre gente, suele sufrir dispepsias y trastornos gástricos. La vida se les va en mirar por encima del hombro. Siento mucha pena por ellos.

Para concluir, queda en el aire la pregunta de orden: ¿Quiénes son y donde están los mercenarios? Como dicen dos de los más simpáticos comunicadores oficiales, saque usted sus propias conclusiones y créame: vale la pena.
jgonzafeb@yahoo.com