DESVIO Y COLOR DE LA PROPAGANDA
Tomado de http://www.elnuevoherald.com/
Desvío y color de la propaganda
Por Raúl Rivero
Todo eso ahora mismo. Esta semana que vuela hacia un septiembre que no parece anunciar cambios reales para esos hombres, sus familiares, sus amigos, sus compañeros de grupos y partidos. Unos cubanos que, aunque la dictadura, la servidumbre y sus cómplices de todas las estaturas no quieran aceptarlo, son la esencia de la libertad.
Pero ellos no entran y salen de los titulares de los medios. Ellos, y otros 208 hombres que padecen en las prisiones cubanas por sus ideas políticas, no
Lo que importa de Cuba hoy es el folclor. Las boinas, las estrellas cosidas, las palabras muertas, sin temblor ni riesgos. Interesan las sobras de medio siglo de trampas y quimbumbia política y las van a recoger, con fervor y meticulosidad, politiqueros, aprendices de dictadores, ambiciosos de otros dominios, entre los derrumbes --todos los derrumbes-- de la nación.
No importa que quienes cumplen condenas de hasta 28 años por trabajar con decencia y honradez por cambiar su país estén hoy sin pan y sin agua. Sin atención médica adecuada. No interesa que Antonio Díaz, un católico de toda la vida, un hombre entregado a su religión, no pueda recibir ayuda espiritual de un sacerdote porque está encerrado en una celda de castigo en la prisión de Canaleta.
Nadie va a publicar que Margarita Deloufou, esposa del preso Eduardo Díaz Fleitas, un campesino que cumple 21 años de prisión en Pinar del Río, pida la libertad de su marido enfermo. ``Me ha dicho'', dice la mujer, ``que aquello es insoportable, que es el castigo más horrible que hay.''
No es de interés que las damas de blanco y los hijos de los prisioneros lleven seis años en trenes, camiones, bicitaxis y coches de caballos, de una
Esa es una parte importante de la realidad cubana. Una de las zonas de la sociedad (no la única) que tiene comunicación con el porvenir. Un territorio que es también el de la oposición pacífica, el del periodismo libre, el de las nuevas generaciones a la búsqueda de fórmulas y salidas viables, abiertas a todos.
Ninguno es violento, intransigente e intolerante como los verdugos y sus ayudantías. Son gente sencilla y noble. Hombres que aprendieron a trabajar por la democracia a ras de tierra y en silencio. Si ellos preparan alguna hoguera será la de las vanidades, la de la manía de los micrófonos y la de los grandes espacios con mayorales y talanqueras.
Podrán dejar, a lo mejor, unos rescoldos para la propaganda que es ancha y multicolor. A veces hasta en la prensa rosa --la que habla de las vida y los sueños de los artistas y las vedettes-- se puede ver la tinta punzó como color de fondo.
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