domingo, octubre 04, 2009

CUBA: Caminos, desvíos y pasadizos

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Caminos, desvíos y pasadizos



Por Raúl Rivero


Madrid -- Estados Unidos abre un doble carril. España levanta un muro. Europa se asoma a la ventana (pero mira a otra parte).

América Latina le hace un coro a Chávez, que canta un corrido mexicano, y otro al dúo de Michelle Bachelet y Luiz Ignácio Lula da Silva en el final de una balada rosa.

China regala guaguas (adelanta dinero) y deja de contra unos relojes de pulsera con la imagen de Mao.

Viet Nam se abraza conmovido (no se estruja su terno de Armani) y promete unos sacos de arroz. Los africanos pasan a dejar una telas y a llevarse una buena impresión.

Es, desde luego, un panorama abreviado y cortante, una mirada áspera sobre la realidad de Cuba y sus relaciones internacionales. Pero es, trata de ser, un acercamiento para resaltar las intenciones públicas, los hechos comprobados.

Es una propuesta para sacar al aire unos temas claves que no aparecen en las miles de hojas de los convenios, ni en los papeles que cruzan los ayudantes en las cenas, ni en las húmedas charlas de sobremesa de los funcionarios al borde de los pequeños jardines de huesos (de frutas, de animales) y de espinas.

Fuera de unas discretas conversaciones de una huésped norteamericana con representantes de la oposición interna no hay ni una línea, nada, que mencione a los grupos, asociaciones y partidos de los verdaderos demócratas cubanos.

No hay espacios para los 208 presos políticos. No hay una nota de preocupación o interés por los hombres enfermos, por las damas de blanco, por esos centenares de ciudadanos a los que el lenguaje diplomático, la sutileza de los embajadores y otras fuerzas con emblemas propios tratan de esconder para que fluyan los entendimientos y no se traben las conversaciones.

Lo que pasa es que ellos están allí. Y las cárceles también y a sus instalaciones llegan, ahora a cuenta gotas, nuevos inquilinos forzados, como es el caso del activista Agustín Cervantes, condenado hace unos días a dos años de cárcel en Santiago de Cuba, en un juicio sumario.

Sus señorías no quieren escuchar los relatos de la vida en las prisiones. No desean se hable de violaciones de derechos humanos, pero la realidad es que esas violaciones de los carceleros incluyen hasta las instrucciones de su reglamento penitenciario. Este es un ejemplo, contra lo que establece el documento, de los 54 prisioneros que siguen en prisión del grupo de ``la primavera negra'', 18 cumplen ahora sus condenas en cárceles ubicadas fuera de las provincias donde residen.

En ese caso están Ariel Sigler Amaya, Félix Navarro Arnaldo Lauserique, Héctor Maseda, Claro Sánchez, Iván Hernández y Marcelo Cano, entre otros.

En las galeras, las celdas y los sitios donde viven confinados muchos de los que se niegan a ponerse uniforme, están unos cubanos que tienen derecho, como todos los otros (los de la isla y los del exilio) a participar en las transformaciones que ellos previeron y quisieron adelantar. Ese fue su camino y en él están, aunque muchos no los quieran ver. Por ese camino van. Y no van solos.