sábado, octubre 03, 2009

RÉQUIEM POR UN HIJO DE PERRA

RÉQUIEM POR UN HIJO DE PERRA




Por Guillermo Fariñas

Periodista independiente.
cocofari62@yahoo.es


La Chirusa, Villa Clara, 1 de octubre de 2009 (PD) Las difamaciones contra antiguos adeptos caídos en desgracia, son cotidianas en la construcción del socialismo. Personas cercanas a poderosos líderes comunistas como José Stalin, Mao Tse Tung o Fidel Castro fueron desprestigiados por sus antiguos compañeros de ideas.

Una de las características de este recurrente fenómeno en las izquierdas antidemocráticas cuando asumen el poder, es que de golpe y porrazo, todos los méritos del antiguo asociado se convierten en agua y sal. Los aparatos de propaganda y control social respectivos obvian cualquier alusión a antiguas distinciones.

Esto ocurre hoy en día, con el defenestrado ex – ministro de Educación Luís Ignacio Gómez Gutiérrez, de quien personalmente Fidel Castro en una de sus Reflexiones escribió, que “no contaba con las condiciones personales y meritos históricos suficientes para ostentar tan alta responsabilidad.”

Luís Ignacio Gómez es una persona considerada por muchos un mal sujeto para los cánones de la edificación del comunismo cubano. Y de esto pueden dar fe todos los alumnos de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, quienes lo sufrieron como rector de esa casa de altos estudios durante muchos años.

El ex – miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, nació en la ahora provincia de Ciego de Ávila, antes perteneciente al más amplio término provincial de Camagüey. Allí, a pesar de ser muy joven, participó en actividades menores del Movimiento 26 de Julio (M-26-7), como fueron la distribución de propaganda.

En el año 1960, mientras estudiaba en la mencionada universidad la carrera de Ingeniero Químico Azucarero y era dirigente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), se alzó en armas contra el comunismo en las montañas del Escambray, el presidente de la FEU allí, el capitán Porfirio Ramírez.

( Luís Ignacio Gómez Gutiérrez,)

Ante esta coyuntura fue precisamente Luís Ignacio, secundado por “El Chino” Eng y Pedro Hernández Soto, quien propuso crear un Batallón Universitario para cazar al guerrillero. Estuvieron cerca de cuatro meses en el macizo montañoso tras Porfirio y solo fueron desmovilizados por orden del propio Comandante en Jefe al caer prisionero Ramírez.

Los integrantes del batallón fueron recibidos como héroes en la Universidad Central. El Partido Socialista Popular (PSP), de un modo oportunista, organizó unas nuevas elecciones a la presidencia de la FEU y el elegido fue Luís Ignacio Gómez. Por cierto, su vicepresidente es el actual periodista de Bohemia Internacional, Pedro Hernández Soto.

Al año siguiente, se implementó la Campaña Nacional de Alfabetización por parte del poder castrista. El ahora defenestrado ex – miembro del Consejo de Estado, les propuso en asamblea abierta a todos los alumnos universitarios, posponer por un año sus respectivas carreras e incluirse en aquel proyecto. Cosa que hizo él, en primer lugar.

Tras graduarse finalmente, el prospecto fidelista Gómez Gutiérrez fue dejado como profesor universitario y primer secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) en la estratégica entidad, además de formar parte del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba, en la antigua provincia de Las Villas.

Después pasó por órdenes expresas de Fidel Castro Ruz a encabezar el Ministerio de Educación, donde se mantuvo por cerca de 20 años. Luís Ignacio no podía mover nada sustancial allí sin la anuencia de su mentor. Pero el descontento dentro de los alumnos, padres y profesores fue tal, que acabó como la necesaria cabeza de turco.

Es una mentira alevosa del líder histórico de la mal llamada Revolución Cubana poner a Luís Ignacio como alguien comunistamente demeritado. Debido al terror reinante en las propias filas castristas, nadie puede contradecir al tótem. De todas formas, este señor, Luis Ignacio Gómez, ya está muerto políticamente. Estas letras son solo un réquiem por un hijo de perra.