martes, octubre 06, 2009

Cuba, radicalización del conflicto social

Cuba, radicalización del conflicto social




Por Héctor Julio Cedeño Negrín
6 de octubre de 2009

La Habana – www.PayoLibre.com – Al parecer Raúl Castro nunca ha comprendido la esencia de la llamada “Revolución cubana”, como sí lo compendió su hermano mayor en la conducción de su dictadura personal.

Raúl, mucho menos hábil para engatusar a otros y sin el imprescindible carisma, se ha dado cuenta de que la revolución es económicamente inviable y la falta de crédito, además, la ahoga, por lo que trata a toda costa de eliminar esas gratuidades que la desangran y que él, considera innecesarias.

La cuenta que no sabe sacar el aprendiz de dictador, es que precisamente la revolución cubana se afianzó y se mantiene por todas esas gratuidades y esa tremenda corrupción de la sociedad. Al eliminar esas prebendas, ¿para qué les servirá a tantos y tantos?

El apoyo de muchos se debe, precisamente, a la obtención de ganancias fáciles bajo ese sistema arcaico y corrompido. ¡OH! ¿Es qué ellos no saben, que hasta los militantes del Partido Comunista lo son porque se les permiten tremendos privilegios?

Son los que más recursos desvían y ¿porque no?, los que más roban, autorizadamente.

Cuando se acabe todo esto, se acabará el apoyo a la revolución, de los que viven de ella y veremos si no ocurre así.

Con el cierre de los comedores obreros, por ejemplo, miles perderán sus trabajos y su medio de supervivencia. Muchos de los trabajadores de esos comedores, llevan alimentos a sus familias o gracias a ellos venden, en el mercado subterráneo, algo de lo que pueden obtener allí para suplir otras necesidades domésticas.

Además, ¿donde se podrá ubicar todo ese personal acostumbrado a ‘resolver’? Aquí nadie trabaja por el sueldo que devenga, ¿o alguien piensa que con quinientos, setecientos o mil pesos cubanos se puede mantener a una familia?

¿Ubicarlos en el trabajo agrícola? Verbigracia, es inviable. Si los hermanos Castro no se vuelven ellos mismos, y con toda su familia, a trabajar en su finca de Birán, y así fomentar con esfuerzo propio la agricultura cubana; O envían, al menos como campesinos, a sus más jóvenes herederos, muy acostumbrados a la vida fácil de la élite burguesa por demás, y predicar, aunque sea, con el ejemplo, no veo que logren promover una solución.

Lo cierto es que percibo la agudización de los conflictos en la sociedad cubana. Y no seremos ya los opositores rayanos, los que nos enfrentaremos solos, a la mal llamada revolución cubana; se ampliarán las bases para la confrontación.

Este y otros pasos que está dando el dictador inexperto e ineficaz, son los exactos que se deben dar para derrocar a la pestilente revolución cubana. No lo dude señor totalitario, usted mismo la va a tumbar, de lo que me alegro mucho. Pero si no lo hace así, de todas formas se va a caer.

Ni en el periódico “Granma”, órgano Oficial de la dictadura, lo apoyarán, claro allí no eliminarán los comedores, tengo esa certeza y si lo hacen, pondrán una buena cafetería gratuita y suculenta o muy baratita, para sus trabajadores.

Pero, si quiere ahorrar mucho, pero mucho dinero del mal gastado, lo que si le reportará una suma sustancial, sería reducir a un tercio sus parasitas, inútiles y obsoletas ‘Fuerzas Armadas Revolucionarias’. Que para nada le sirven y ninguna resistencia efectiva, le haría si fuera el caso, al ejército de los Estados Unidos, que según dicen, es para quien las preparan. No resistió el cuarto ejercito del mundo, el iraquí, mucho más moderno y eficiente, que, en apenas quince días, se derrumbó estrepitosamente.

El estado cubano mantiene a cientos de generales como burgueses, casi más generales que los que tiene el ejercito norteamericano, y miles de oficiales que se preparan para no hacer nada, como no sea para intimidar al pueblo con el poderío militar de la dictadura.

Estados Unidos no invadirá, territorio cubano alguno, si nosotros no nos dedicamos a invadir a nadie ni a provocar conflictos. Ellos son amigos del pueblo cubano, acogen a millones de nuestros hermanos y ayudan con muchos millones de dólares a nuestra economía.

El Ministerio del Interior también podrían reducirlo sustancialmente y en vez de incrementar la policía para aterrorizar a la población cubana, que protesta por el hambre que pasa, sería mejor, enviar a esos hombres para que trabajen en la agricultura.

Buena parte de los policías que radican en la Ciudad de La Habana son orientales, vinieron huyéndoles al trabajo en sus provincias y se dedican a la extorsión, el proxenetismo, el cohecho y la corrupción de todo tipo.

Y a esos esbirros de las mal llamadas tropas para el enfrentamiento de la ‘Seguridad del Estado’, que tanto vigilan a los que ningún daño hacemos y que se dedican a robarnos nuestros medios de trabajo, y que son mucho menos productivos que las tiñosas que revolotean sobre las azoteas de los edificios altos del Vedado, los pueden enviar para los huertos que tienen, en los alrededores de la Ciudad de La Habana o alguna otra ciudad de Cuba para que se pongan, al menos, a sembrar hortalizas y aporten algo más sustancial que ayude a mitigar el hambre de la población cubana.

Seguramente Señor Raúl Castro, así ahorrará mucho más y le serán más productivos esos parásitos.