SIN PATRIA PERO SIN MIEDO
SIN PATRIA PERO SIN MIEDO
Por Alfredo M. Cepero.
Santiago Alvarez Fernández es un hombre apasionado, vehemente, amigo de sus amigos y soldado sin miedo de la lucha contra el comunismo y por la libertad de Cuba. Con sólo 19 años formó parte de la Brigada 2506 y mas tarde prestó servicios en el Ejercito Norteamericano. En su vida empresarial ha logrado éxitos que lo convierten en la personificación del llamado “sueño americano”. En su conducta ciudadana ha hecho despliegues de filantropía como su ayuda generosa a las víctimas del Huracán Katrina. En su vida personal ha creado y encabezado una familia que disfruta del afecto y el respeto de la comunidad donde han vivido por casi cinco décadas. Con esas credenciales cualquiera diría que el Gobierno de los Estados Unidos debería estarle profundamente agradecido y exhibirlo como ejemplo de lo que puede lograr un ser humano dentro de un sistema de libertad, democracia y libre empresa.
Sin embargo, en contra de toda lógica, gratitud o decencia, los Departamentos de Justicia, de Seguridad Interna y de Inmigración de los Estados Unidos han desatado una campaña de persecución rayana en el ensañamiento contra Santiago Alvarez que ha convertido su vida y la de sus familiares en una pesadilla de cuatro años. Su prolongado cautiverio desde noviembre de 2005, ha violado no sólo sus derechos constitucionales sino los numerosos tratados internacionales de los cuales son signatarios los Estados Unidos.
Como si esto fuera poco, en un intento flagrante de intimidación y de acoso psicológico, el 22 de enero de este año, el Juez de Inmigración, William Cassidy, emitió una orden de deportación contra Santiago Alvarez donde no se excluía su deportación a Cuba. Una orden de deportación que, dicho sea de paso, fue emitida después que el recluso ha cumplido en su totalidad sus condenas por conspiración para poseer armas de fuego, septiembre de 2006, y por obstrucción de justicia al negarse a prestar declaración ante un gran jurado en noviembre de 2007. Una orden de deportación que fue emitida a pesar de las garantías implícitas y explícitas dadas a la defensa por funcionarios federales de que su representado no sería deportado.
( Santiago Álvarez )
Una orden de deportación donde, en el proceso de su aplicación, el Gobierno de los Estados Unidos estaría poniendo a Santiago Alvarez a merced de un estado violador de los derechos humanos y que el propio Washington ha designado como promotor del terrorismo internacional. Donde, asimismo, tendría que violar el Artículo III de la Convención Contra la Tortura ratificada el 18 de abril de 1988 por el Congreso de los Estados Unidos y asumir la responsabilidad del trato inhumano, brutal y degradante al que someterían a Santiago Alvarez los verdugos del pueblo de Cuba. Los mismos verdugos que, en octubre de 1962, instaron a Nikita Khrushchev a desencadenar un holocausto nuclear contra los Estados Unidos.
Aunque el tema es complicado, no es necesario ser un jurista para darse cuenta de que Santiago Alvarez esta siendo víctima de lo que en este país se califica como “cacería de brujas” por parte de elementos malévolos dentro del Gobierno Federal. Una cacería que, en honor a la verdad, no comenzó con el gobierno del blandengue Barack Obama sino con el gobierno del “libertador” de Irak que no paso de promesas en la causa de la libertad de Cuba. Al mismo tiempo, y no por obvio deja de ser doloroso, ninguno de esos perros guardianes de los derechos ciudadanos como la Asociación Americana de Libertades Civiles (ACLU en inglés) ha dado siquiera un paso en la defensa de la violación de los derechos constitucionales de Santiago Alvarez. En la agenda de esa gentuza de la izquierda corrosiva y relativista no hay cabida para los soldados de la libertad y la democracia sino para los promotores del aborto, los defensores del homosexualismo, los enemigos de la religión y los terroristas fanáticos de Guantánamo.
No debemos, por otra parte, ignorar que la política apaciguadora de Barack Obama con respeto a estados promotores del terrorismo aumenta el peligro de una deportación de Santiago Alvarez. Los síntomas son demasiado obvios para ignorarlos. Ahí esta su decisión de retirar los proyectiles y escudos protectores que desde Polonia y la República Checa apuntaban a la Rusia de nuevos bríos militaristas, su política de relajamiento de las remesas, la promoción del concierto de Juanes por la sinuosa e inescrutable Secretaria de Estado y la exclusión de la oposición interna en una recepción reciente de la Sección de Intereses.
A aquellos incrédulos o contemporizadores que se apresuren a calificarnos de alarmistas, les recordamos la traición de Girón, la cobardía de la Crisis de Octubre de 1962 y la infamia de Elian González. En este último caso, es altamente significativo que el actual asesor latinoamericano del Presidente Obama es nada más y nada menos que Gregory Craig, el abogado del padre de Elian, Juan Miguel Gonzalez. Y a mayor abundamiento, el actual Fiscal General, Eric Holder, fue el hombre que dio la orden de invadir con fuerza brutal y destructiva la humilde vivienda donde dormía el niño.
El verdadero exilio cubano, ese que no vino a buscar “jama” sino a respirar libertad y que no tiene miedo que le llamen terrorista, tiene que mantenerse en guardia para defender a ese patriota integral que es Santiago Alvarez. Nos estamos muriendo de inercia, de abulia y de vejez. Estamos demasiado dispuestos a aceptar las excusas que nos ofrecen quienes nos piden el voto pero argumentan que la separación de poderes les impide reclamar justicia para Santiago Alvarez. Mientras tanto los dinosaurios de La Habana se preparan para convertir la satrapía de cincuenta años en la dinastía infinita de los Castro. Si no queremos sufrir la triste e indigna muerte del exiliado tenemos que definir posiciones y luchar en todos los frentes y con todos los medios. Empecemos por demandar la libertad inmediata de Santiago Alvarez. Es lo menos que podemos hacer por ese patriota sin patria pero sin miedo.
Miami, Florida, 4 de octubre de 2009.
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1 Comments:
En esto tiempo al parecer Washington DC esta mas cerca de los hermano Castro que del exilio.Hay una persecucion contra caulquier cubano que desea libertad para Cuba .Yo soy cubano americano amo mi pais Estados Unidos pero hay elemento dentro el gobierno federal que son ostil contra el exilio.
Yo deseo que el gobierno de los Estados Unidos haga justicia y invada Cuba para libertad pero en realidad cada dia Castro mata nada hacen aqui contra Castro si contra el exilio.
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