Falleció en Cuba el opositor Mario Ortega Estévez, Mayito; que en paz descanses
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Mayito, que en paz descanses
Por Juan Carlos Linares Balmaseda
13 de noviembre de 2009
La Habana – www.PayoLibre.com – Falleció Mario Ortega Estévez, Mayito. No pudo satisfacer su gran anhelo de vivir en libertad.
Mayito le dedicó los últimos años de su vida a los libros, como bibliotecario independiente. También, como corresponsal de páginas digitales en el extranjero, a denunciar las violaciones a los Derechos Humanos en Cuba.
( Mario Ortega Estévez, Mayito )
La vida se le apagó a los 58 años. Aún nos llega el eco del último latido de su corazón, el que cesó el viernes 30 de octubre en el hospital Salvador Allende (antiguo Covadonga). Allí había llegado el 17 de septiembre para curarse una linfangitis. Pero una cirrosis hepática lo abrazó arteramente, cuando ya parecía haber logrado el alta médica. Y fue artera porque él no ingería bebida alcohólica alguna, o café, y ni siquiera fumaba.
Nos queda el recuerdo de un amigo afable, jovial y cariñoso, rasgos de un buen carácter que siempre lo acompañaba. De esa manera habitará su espíritu en cada libro que tocó con amor, atesorando los anaqueles de la biblioteca independiente “Juan Job”.
Aun después de muerto, seguirá siendo el opositor a la dictadura. La obra fraternal que realizó estando vivo desbordó su pequeño y modesto apartamentito en la calle Pedro Perna 371, marcado con el número 5.
Para su viuda, Ana Margarita Meynardier, el más sincero pésame de dolor.
Por Juan Carlos Linares Balmaseda
13 de noviembre de 2009
La Habana – www.PayoLibre.com – Falleció Mario Ortega Estévez, Mayito. No pudo satisfacer su gran anhelo de vivir en libertad.
Mayito le dedicó los últimos años de su vida a los libros, como bibliotecario independiente. También, como corresponsal de páginas digitales en el extranjero, a denunciar las violaciones a los Derechos Humanos en Cuba.
( Mario Ortega Estévez, Mayito )
La vida se le apagó a los 58 años. Aún nos llega el eco del último latido de su corazón, el que cesó el viernes 30 de octubre en el hospital Salvador Allende (antiguo Covadonga). Allí había llegado el 17 de septiembre para curarse una linfangitis. Pero una cirrosis hepática lo abrazó arteramente, cuando ya parecía haber logrado el alta médica. Y fue artera porque él no ingería bebida alcohólica alguna, o café, y ni siquiera fumaba.
Nos queda el recuerdo de un amigo afable, jovial y cariñoso, rasgos de un buen carácter que siempre lo acompañaba. De esa manera habitará su espíritu en cada libro que tocó con amor, atesorando los anaqueles de la biblioteca independiente “Juan Job”.
Aun después de muerto, seguirá siendo el opositor a la dictadura. La obra fraternal que realizó estando vivo desbordó su pequeño y modesto apartamentito en la calle Pedro Perna 371, marcado con el número 5.
Para su viuda, Ana Margarita Meynardier, el más sincero pésame de dolor.
posted by PPAC @ 11/13/2009 06:18:00 p. m.
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