Walter Kendall Myers y su esposa Gwendolyn Myers admiten que espiaron para los Castro y están dispuestos a cooperar
Tomado de http://www.elnuevoherald.com
Pareja de Washington admite que espió para Cuba
Por LESLEY CLARK
lclark@MiamiHerald.com
Después de 30 años de espiar para Cuba, un funcionario retirado del Departamento de Estado fue condenado a cadena perpetua luego de que él y su esposa se declararon culpables el viernes de enviar información secreta al gobierno de la isla.
Walter Kendall Myers, de 72 años y conocido por sus contactos cubanos como "Agente 202'', aceptó ser condenado a cadena perpetua sin derecho a libertad provisional, y a cooperar con el gobierno federal, según un acuerdo con la fiscalía en el que se le ofreció una sentencia mucho menos severa a su esposa.
Gwendolyn Steingraber Myers, de 71 años y conocida como "Agente 123'' o "Agente E-634'', enfrentaba hasta 20 años de cárcel, pero bajo el acuerdo con la fiscalía cumpliría entre seis y siete años y medio de prisión, después de que también ella estuvo de acuerdo en cooperar plenamente con los investigadores.
La pareja, acusada de llevar una doble vida durante tres décadas, le pidió el viernes al juez de Distrito Reggie B. Walton considerar la posibilidad de ser enviados a prisiones cercanas a fin de poder estar lo más cerca posible uno del otro.
( Walter Kendall Myers y su esposa Gwendolyn Myers aparecen en esta fotografía de febrero del 2009, en Washington. Reuters)
Los fiscales dijeron que las duras sentencias, que se impondrán a partir de abril después de que los investigadores concluyan los interrogatorios a la pareja, deberían servir como advertencia para quienes pretendan divulgar secretos de Estado.
"El acuerdo de culpabilidad y la sentencia inminente de hoy cierran el libro sobre la vil traición de esta pareja a nuestro país'', dijo el fiscal Channing Phillips. ‘‘Gracias a una investigación de contrainteligencia muy bien planeada y ejecutada, que incluyó una cooperación sin precedentes con múltiples agencias, las graves violaciones cometidas por los Myers --que comprometieron secretos clasificados de nuestro país-- se castigarán con fuertes penas de cárcel''.
Vestidos con monos de prisión azul oscuro, y camisas blancas de manga larga, los dos espías comparecieron en la corte de buen talante. Kendall Myers sonrió ampliamente a sus hermanos, así como a un hijo y una hija de su primer matrimonio, que se sentaron en la primera fila de la sala. Por su parte, Gwendolyn Myers bromeó con el juez Walton al decirle que ella tenía "sólo 71 años'', en comparación con los 72 de su esposo.
El juez Walton les preguntó si se declaraban culpables porque eran culpables. "Sí'', respondieron los dos.
A través de su abogado, Bradford Berenson, ambos dijeron que actuaron "no por motivos egoístas o en busca de ganancias personales, sino debido a su conciencia y compromiso personal.
"Siempre entendieron que podrían algún día ser llamados por esa conducta, y siempre estuvieron preparados a asumir total responsabilidad por ello'', dijo la declaración que leyó el abogado. "Y lo han hecho hoy. Están listos para aceptar el castigo que el tribunal les imponga con gracia y dignidad''.
De igual modo, la pareja aceptó pagarle al gobierno alrededor de $1.7 milló, , el salario que Kendall Myers ganó cuando trabajó en el Departamento de Estado. Se les decomisarán su apartamento de Washington, D.C., un bote de 37 pies de eslora, y varias cuentas de banco y de inversiones.
El caso que presentó la fiscalía parecía haber salido de una novela de espías de la Guerra Fría, con nombres en código, y mensajes crípticos enviados a través de radio de onda corta, o mediante cambios de carritos de compra en los supermercados.
La pareja recibió poco valor por parte de los cubanos, dijeron los fiscales. En su lugar, parecieron motivados por la ideología, cautivados por la personalidad de Fidel Castro, con quien se reunieron en privado en 1995.
"Fidel liberó al pueblo cubano de las condiciones degradantes y opresivas que caracterizaban a la Cuba prerrevolucionaria'', escribió Kendall Myers en un diario después de un viaje a la isla en 1978.
Los fiscales dijeron que el matrimonio Myers accedió a trabajar como agentes clandestinos para Cuba un año más tarde, después que un contacto cubano le pidió a Kendall Myers que buscara un empleo en el Departamento de Estado o la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Myers obtuvo un empleo y una autorización de alto nivel en el Departamento de Estado.
Ambos viajaron a México, el Caribe, Sudamerica, América Central, y Nueva York para reunirse con agentes cubanos. Kendall Myers se jactó ante un agente encubierto del Buró Federal de Investigaciones (FBI) que tuvo tanto éxito en las misiones que se encomendaron que recibió "muchísimas medallas'' de parte del gobierno cubano.
Su existencia clandestina comenzó a salir a la luz cuando en abril del año pasado un agente encubierto del FBI, que fingió ser un agente de la inteligencia cubana, se le acercó a Kendall Myers al frente de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados Johns Hopkins donde Myers enseñaba una clase. Al parecer, los Myers mordieron la carnada, y se reunieron varias veces con el informante en las habitaciones de diversos hoteles de Washington, e inconscientemente hablaron en cintas de audio y videocintas grabadas de sus actividades de espionaje.
En un registro que hicieron los investigadores de la casa de los Myers, encontraron un radio de onda corta, mapas para navegar en aguas cubanas, un guía de viajes para Cuba, y un libro titulado On Becoming Cuban.
Igualmente, los fiscales argumentaron que entre el 2006 y el 2007, Kendall Myers utilizó su computadora del Departamento de Estado para ver más de 200 documentos de inteligencia relacionados con Cuba, aunque el área donde Myers era experto era Europa Occidental.
En junio, los dos fueron acusados de fraude de giros postales, de trabajar como agentes ilegales para Cuba, y de conspirar para entregar información clasificada.
Después del arresto, Hillary Clinton, secretaria de EStado, ordenó una evaluación de cualquier daño de seguridad nacional que la pareja pudo haber provocado. El viernes, un portavoz dijo que la revisión continúa.
El viernes, Kendall Myers se declaró culpable de conspiración para cometer espionaje, y dos cargos de giros postales. El cargo de espionaje podría conllevar una sentencia de muerte, pero la fiscalía dijo que no buscaría la pena máxima.
Entretanto, Gwendolyn Myers se declaró culpable a un cargo menor de conspiración para recopilar y transmitir información de defensa nacional.
El caso tiene lugar en un momento en que el presidente Barack Obama trata de mejorar las relaciones con La Habana, y los legisladores han cabildeado para que la isla se abra al turismo estadounidense. La representante Ileana Ros-Lehtinen mencionó el jueves el nombre de Kendall Myers cuando criticó los esfuerzos que se realizan en el Congreso para levantar las prohibiciones de viajes a Cuba.
"Teniendo en cuenta el éxito que ha tenido la inteligencia cubana para reclutar agentes'', espías como Myers, dijo la republicana de Miami, "¿por qué queremos facilitar semejante actividad de espionaje al permitir viajes sin control a Cuba?".
El Nuevo Herald
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