BARACUTEY CUBANO

Por Paulino Alfonso
Periodista independiente.
palest44@yahoo.com

Lawton, La Habana, 28 de enero de 2010 (PD) Hace cerca de un mes, un fanático nigeriano demostró que todavía falta mucho por aprender de estos infames y que las democracias no aplican la lógica de la supervivencia.

Un enemigo despiadado debe tratarse de la misma forma. Israel es la muestra viviente de esto. Rusia lo comprendió y desde que las cabezas de Masjadov y Basayev fueron mostradas a Putin por los SPETNAZ, no ha vuelto a morir ningún niño ruso a manos de asesinos chechenos.

Colombia por suerte empezó a actuar igual, hasta ahora con magníficos resultados. Nadie ha hablado del golpe quirúrgico del primero de enero de 2010.

El terror está muy lejos de haber terminado, eso lo saben los terroristas, que no creen en el perdón ni la piedad. Pobre del que piense que se van a arrepentir.

En ese difícil trance, Barack Hussein Obama, ha tomado medidas para proteger a su pueblo de semejantes asesinos (por cierto, asesino viene de la palabra árabe Haschashin, fumador de haschís). Una de las medidas es hacer una lista con los gobiernos patrocinadores del terrorismo.

( Ilich Ramírez o Carlos ¨El Chacal ¨, en los tiempos que era un joven pero ya famoso terrorista )

Castrolandia, fue fundadora de esta lista sin protestar. Por más de 40 años fue refugio seguro de terroristas, delincuentes y espías. ¿O es que nos olvidamos de Ilich Ramírez, Robert Vesco, Rafael Eytan y otros “ilustres” huéspedes? Entonces, ¿por qué ahora se revuelve el gallinero?

Muy fácil. Como dijo el expresidentes William Clinton: “It’s economics, stupid” (Es la economía, estúpido).

Lo que le pasa a Castro I es un problema de dinerito, porque se pierde los turistas que por ahorrar, escogen a Cuba como destino turístico y viajan a través de terceros países. Ahora, una vez en suelo americano, enfrentan revisiones en los entresijos del “alma”. Eso no es muy agradable. Total, las playas del Caribe son todas iguales. Los dedos de los aduaneros, no.

Incluso los cándidos “exiliados” cubanitos lo pensarán dos veces antes de vender sus cadenas en Luany y emprender “la viajadera”. Ahora ir a Cuba a dárselas de triunfadores implica al regreso afrontar revisiones que incluyen cuerpos extraños en partes pudendas, práctica muy reñida con nuestra idiosincrasia.

( La espía Castrista Ana Belén Montes en 1990; Ana Belén era la Analista Principal de Inteligencia para Cuba en el Pentágono y era la principal defensora de que la tiranía Castrista ya no representaba un peligro para los EE.UU. )

El turismo clandestino, representa no menos de 100 millones de dólares anuales, toda vez que incluye muchos extranjeros que usan esta vía con la peregrina idea de entrar ilegalmente a Estados Unidos. Sí, no piensen que mejicanos y cubanos somos los únicos emigrantes económicos del mundo.

Si el Anciano se insultó por los 72 millones que le costaron a Chávez los problemas con la Siemens, imaginen por 100 millones que le cuestan a él, que se vienen a sumar a unos 5 millones anuales que por gastos personales dejaban los fraternos y agradecidos bolivarianos que venían a la Operación Milagro y que cuando les curaron la vista y vieron la Cuba profunda, regresaron opositores del chavismo. Como al Bienamado Chávez no le convienen estas conversiones de fé, hace más de 4 años que se atienden en Venezuela, en detrimento de los intereses del Sultán Castro I y su corte.

Los cumbancheros de la Mesa Redonda, raudos, serviles y a modo de cortina de humo, someten a la aprobación del Sultán, un elaborado guión que promete más que los culebrones del niño Elian, los 5 Guaracheros del Pollo Tropical y el matrimonio de ancianos súper espías. Nunca mencionan a Ana Belén Montes, por la que debía romper lanzas el brujo Alarcón, pero como pactó con el FBI y emuló en el canto con Maria Callas, cayó de la gracia divina.

Así las cosas, empezamos otro capítulo de la serie Los Avatares del Sultán. Para desgracia de mi pueblo, el serial le ganó en duración a Hospital General, Dinastía y Friends juntos, pero que críticos incansables y testarudos no nos cansaremos de denunciar “Urbi et Orbi” junto con sus follones y malandrinadas. Así estaremos, como dicen los curas católicos en las bodas, hasta que la muerte nos separe. Y que no me digan más terrorista.
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