Paquito D'Rivera dedica premio a Zapata y al resto de los presos conciencia en Cuba
Paquito D'Rivera dedica premio a Zapata y al resto de los presos conciencia en Cuba
Distinguidas damas y caballeros:
No estoy seguro de que cuando las Women of Spelman College decidieron otorgarme este premio tuvieran una idea exacta de lo especial que es para mí este African American Classical Music Award, un honor que -en mi caso- algunas personas pueden encontrar difícil de justificar. Mi acento de inmigrante ilegal, por ejemplo, puede hacer cuestionable mi condición de norteamericano ¿no es así? Por otra parte para aquellos que no saben que llamamos al jazz “la música clásica afroamericana” y con mi notorio currículum como jazzista no todos tomarían en serio mis logros como músico clásico tampoco. Si me atrevo a aceptar este premio es por las características de esta maravillosa institución: una escuela de personas libres.
La libertad siempre encuentra formas de reunir a sus hijos. Y en mi caso el jazz, es una suerte de lingua franca de la libertad entre músicos. Spelman College desde su fundación se dedicó a abrir caminos a la libertad, a reparar o corregir las terribles carencias en materia de derechos humanos y civiles que sufría la comunidad afroamericana en este país. Esa ausencia de derechos que tuvo que enfrentar esta valiente institución desde su nacimiento lamentablemente me recuerdan la situación actual de la tierra donde nací. Porque Cuba, damas y caballeros, –pese a los mitos que muchos, todavía demasiados, prefieren creer- es un lugar donde a los jóvenes se les niega la entrada a las universidades si no cumplen los requisitos de la ideología imperante. Cuba es un país donde lo primero que aprenden los estudiantes es a callar si sus ideas contradicen los dogmas oficiales.
Ahora, luego de más de cinco largas décadas, tenemos alrededor de dos millones de exiliados dispersos por el mundo. Entre ellos, yo mismo, a quien, mientras ustedes deciden destacar mi modesta obra, las instituciones oficiales han borrado el nombre junto con los de docenas de valiosos artistas, escritores y científicos exilados, de los libros de historia de nuestro país natal.
Pero al igual que los que fundaron e hicieron crecer esta institución muchos cubanos no se resignan a aceptar circunstancias que parecerían inmutables y eternas y luchan por cambiarlas. Algunos de estos hombres y mujeres han escogido morir en el mar, declararse en huelga de hambre o ser golpeados hasta morir antes que vivir como esclavos. Ese el caso reciente y triste de Orlando Zapata, un plomero negro que mientras cumplía una condena de 36 años desde 2003 finalmente murió durante una huelga que duró 84 días y después que sus carceleros le negaron agua durante 18. Y ahora, mientras hablamos, otro disidente, el periodista independiente Guillermo Fariñas en su décimo quinto día de huelga de hambre y de sed está exigiendo la liberación de 26 presos de conciencia gravemente enfermos. No se trata de una coincidencia de que ambos sean negros, damas y caballeros. También pienso en Oscar Elías Biscet, un médico afrocubano que ha pasado una década en prisión y todavía debe cumplir 18 años más. ¿Su crimen? Sólo defender su derecho a expresarse públicamente con libertad y sin miedo. Para aquellos que no conozcan su historia el Dr. Biscet es un luchador pacífico inspirado en las ideas del Dr. Martin Luther King cuya madre estudió en Spelman College. Como dije antes: la libertad siempre encuentra formas de reunir a sus hijos.
No obstante, hoy es para mí un día de celebración y por eso acepto humildemente este premio no como compositor clásico afroamericano sino como eterno aprendiz de la libertad y la justicia. Quiero dedicar este honor a la memoria de Orlando Zapata, al Dr. Oscar Elía Biscet, a Guillermo Fariñas y al resto de sus compañeros que luchan día a día para que el país donde nací sea, como diría el Dr. King, libre al fin.
Las palabras de Paquito D´Rivera en Idioma Inglés
The famous sax and clarinet player Paquito D'Rivera giving an speech after receive the African American Classical Music Award from the Women of Spelman College at Rutgers University March 13, 2010.
"Distinguished Ladies and Gentlemen:
I am not sure if, when the Women of Spellman College decided on presenting this honor, they had an exact idea of how so very special to me is this African American Classical Music Award; a distinction that in my case, some people might find difficult to justify. This Illegal alien accent of mine, for instance, it could question my condition as an American. Doesnt it!? On the other hand, for those that dont know we also call Jazz African-American Classical Music, with my notorious record as a jazzman, not everyone will take seriously my achievements as a classical composer either. But anyway, if I dare to accept this honor, it is primarily for the very characteristics of this wonderful institution, a school of free human beings.
Liberty always finds ways to reunite its children. And in any case, jazz, is a sort of the lingua franca of liberty among musicians.
From its very beginnings, Spellman College has dedicated itself to open roads to liberty and to repair or correct the deficiencies that have prevailed with human and civil rights that the Afro-American community has suffered in this country. That absence of rights that this brave institution had to confront from day one, unfortunately reminds me of the actual situation in my country of birth. Because Cuba, ladies and gentlemen, contrary to the myths that still today many, far too many, prefer to belief as true, it is a place where young people are not allowed to enter colleges, if they do not comply with the ruling ideology. Cuba is a country where the first thing that students learn is to remain silent, if their ideas contradict the official dogmas.
Now, after more than 5 long decades, we have around 2 million exiles dispersed throughout the world. Among those, myself, that while you decide to signal out my modest work, official institutions of the Cuban dictatorship have erased my name, as well as those names of dozens of valuable exiled artists, writers and scientists from the history books of our native country.
But the same as those that founded and helped grow this noble institution, many Cubans will not give up situations that seem unchangeable and eternal, and fight to change them. Some of these men and women even choose to die at sea, go on hunger strikes or to be beaten to death rather than live like slaves. So is the sad, recent case of Orlando Zapata, a black Cuban plumber, who while serving a 36-year sentence since 2003, finally died, during an 84 days hunger strike, and after 18 days of been denied water by his jailers. And now, while we talk, another prisoner of conscience, independent journalist Guillermo Fariñas, who is on his 15th day of food and water strike, demanding the liberation of his 26 very ill cellmates. Not coincidentally, most of them happen to be Black people, Ladies and Gentlemen.I also think of Oscar Elias Biscet, an Afro-Cuban medical doctor, who has spent a decade in prison, and still has to serve 18 more years. His crime?: just defending his right to publicly express himself freely, and without fear. For those of you that dont know his story, Dr. Biscet is a pacifist fighter, inspired in the ideas of Dr. Martin Luther King, whose mother was an Spellman alumnae. You see?: liberty always finds ways to reunite its children.
Nevertheless, today is for me a day of celebration, so I humbly accept this award, not just as an Afro-American classical composer, but mainly as an eternal apprentice of freedom and justice; and I dedicate this honor to the memory of Orlando Zapata, to Dr. Oscar Elias Biscet, to Guillermo Fariñas and their fellow freedom fighters, the people that struggle day by day, so that the country that I was born in, will be finally, as Dr. King would say, free at last.
Thanks for having me in mind."
Paquito DRivera, March 13th, 2010
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