sábado, abril 10, 2010

Castrista Batalla de Ideas Castrista: Duro y a la cabeza




El gobierno biranense, aparte del “armamento rústico disponible” –palos, cabillas y cables– encuentra beneficiosos los conciertos al aire libre para promover su continuidad. Como esas iniciativas parten de ellos mismos, no tienen reparos en llamarlos “En defensa de Cuba”, asumiendo el nombre más fácil y abarcador. Lo irónico de este activismo cultural es que, habiéndose validado la agresión física como respuesta a cualquier manifestación disidente, ¿para qué seguir disimulando, insistiendo en una propaganda costosa y reiterativa, si ya se quitaron el antifaz y autorizaron a que los unos golpéen a los otros, duro y a la cabeza, sin contemplaciones?

Lo han demostrado: cuando hablan de Batalla de Ideas no se quedan con escultores promoviendo el kitsch corporativo, ni con intérpretes ambivalentes, ni con poetisas declamando su melladura lírica. No se conforman con periodistas cuya pobreza escritural es compensada por su docilidad, ni con narradores irritables, ni con ensayistas portátiles. Ellos van más allá. Discutir ideas en Cuba, al estilo binarense, será gritar consignas y propinar golpes. ¿Quién se anima a sacar un cartel provocativo en la Habana de hoy, cuando existe un Plan para responder con “solidez convincente” y tal solidez es aplicable a cualquier parte del cuerpo?

De tal modo, los conciertos masivos constituyen un gasto de energía. En un país donde las cabezas rotas resultan el mejor argumento, ¿para qué acudir al canto, cuya expresividad sigue siendo inferior a la del garrote?

Imagen importada de Guamá.
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Manuel Sosa
(Meneses, 1967) Ha publicado los libros "Utopías del Reino" (Premio David 1991, Premio Nacional de la Crítica 1993), "Saga del tiempo inasible" (Premio Pinos Nuevos 1995), "Canon" (2000), "Todo eco fue voz" (antología, 2007) y "Una doctrina de la invisibilidad" (2008). Actualmente reside en Atlanta, Georgia, donde se desempeña como trabajador social.