domingo, abril 04, 2010

El cantautor cubano Silvio Rodríguez, el ”Che” de la Trova cubana

Silvio, el”Che” de la Trova



Sábado, 03 de Abril de 2010 12:46

Por Pedro Corzo

Silvio Rodríguez ha sido un icono de la revolución cubana, solo comparado a Ernesto Guevara y el propio Fidel Castro. Si se fuera a seleccionar un artista para simbolizar la revolución, nueve de cada diez cubanos dirían sin poner reparos que ese dudoso honor le corresponde a este trovador de notable talento que entregó su alma al diablo del castrismo.

No cabe dudas que una cercana rival sería Alicia Alonso, pero Silvio por practicar un arte más popular, que llega más directamente al pueblo y en consecuencia se presta a una mayor politización, obtendría la victoria. Otro canta autor notable es Pablo Milanes, el resto de los creadores del castrismo independientemente a su vocación de servicio a la dictadura, han logrado cierto relieve por la conjunción del talento y la inversión política y económica que la dictadura hizo en ellos.

Valdría la pena un día investigar cuanto se ha gastado el castrismo en promover figuras nacionales y extranjeras. Cuantos festivales, libros, conferencias, seminarios, viajes, instituciones culturales de diferentes tipos y conciertos, entre otras actividades, ha auspiciado el estado mecenas cubano que al final de cuentas le cobra bien caro la obediencia a los artistas que distingue.

( Silvio Rodríguez y Pablo Milanés en sus comienzos en el movimiento político musical de La Nueva Trova )

Silvio y Pablo Milanés han sido parte sustancial de la historia del arte cubanos, pero también de la política, en todos estos años. El talento de uno y el otro le fue muy útil al castrismo. Fueron los arquetipos de una juventud que se identificaba con el nuevo orden. La irreverencia siempre prudente, como la que se aprecia en ¡Ojala!, siempre fue excusada. Ellos le cantaban a la utopia, al hombre nuevo, al nuevo mundo que se forjaría en la isla del doctor Castro.

En los tiempos duros. Cuando la censura se impuso y muchos artistas conocieron el exilio, la cárcel y hasta la muerte por defender sus convicciones, estos virtuosos de la trova en el mejor de los casos practicaron un silencio cómplice, o explicito en el caso de Rodríguez, que aceptó ser diputado a una Asamblea Nacional, que él, mejor que muchos, sabia que no representaba al pueblo.

La ternura de la poesía de ambos y las melodías de sus composiciones eran propicias por igual para un primer beso, una guardia en una trinchera con el fango hasta el cuello o empuñar el fusil para ejecutar un enemigo. El arte de los dos se prestaba mágicamente para engalanar la épica revolucionaria, en particular para hacer hervir la sangre a aquellos que están siempre dispuestos a soñar, aunque para ello haya que matar al cordero.

La Nueva Trova marcó un hito en la historia de Cuba, y en la del mundo de habla hispana. Silvio y Pablo, por mucho tiempo ambos perdieron el apellido consecuencia de la inmensa simpatía que le profesaban en la isla y fuera de ella, recorrieron el mundo con un mensaje de amor, justicia y paz, mientras en la isla de los dos, esos sentimientos y conceptos estaban ausentes.

Con el tiempo la figura de los dos trovadores se agotó en el terruño que les vio nacer. Sus admiradores, que siempre les asociaron al proceso, se percataron que todos envejecían, pero no de igual manera. Silvio y Pablo se enriquecieron, vestían y viajaban, poseían bienes con los que sus compatriotas no podían soñar y junto a sus antiguos patrocinadores seguían defendiendo un modelo político fracasado que solo había funcionado para quienes detentaban el poder, o para quienes estaban dispuestos, a la sombra de la miserable vida de los otros, brillar hasta el fin de los tiempos.

Silvio Rodríguez, regresando al titulo de estos apuntes, ha sido una especie de Ernesto Guevara en lo que respecta a la promoción de la cultura del castrismo en el exterior.

Si el guerrillero argentino-cubano personifica la violencia revolucionaria, el odio como maquina selectiva para matar y es la bandera de aquellos que quieren el cambio sin saber donde les conduce, el talentoso juglar, particularmente en Hispanoamérica, ha sido la figura artística de Cuba que mas identifican con la revolución, no porque su público lo haya querido, sino porque él se ha prestado a dar la imagen de un artista comprometido con la justicia y la igualdad que supuestamente existen en la isla.

( Silvio Rodríguez, un millonario burgués que hace rato dejó de ser el guajirito de ¨Guajirito soy ¨ y que en muchas cosas no morirá como vivió )

Silvio y Pablo han sido artistas plenamente identificados con la dictadura. El presente es consecuencia del pasado que ellos ayudaron a construir. Lo que ocurre hoy, también sucedió ayer. Los vecinos de Dachau y Treblinka afirmaban que ellos nunca vieron el humo ni sintieron el olor a carne quemada, pero los campos estaban allí, y lo que ha sucedido en Cuba durante cincuenta y un años ha estado a la vista y los oídos de estos notables trovadores, que a pesar de la sensibilidad que les caracteriza, no han escuchado el clamor del silencio que aplasta a sus compatriotas desde hace mucho tiempo.
Justify Full
Pedro Corzo
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Cuba Va ! interpretado por Silvio, Pablo y el difunto Noel Nicola



Nota: Sí, se decía Cuba Va !, pero no fue hacia el futuro luminoso que se anunciaba en los discursos Castristas, sino hacia el abismo y a los momentos más largos, oscuros y trágicos de Cuba en su historia como república.

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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS

Pedro Rholax ha dejado un nuevo comentario en su entrada "El cantautor cubano Silvio Rodríguez, el ”Che” de ...":

La izquierda se delata.

La izquierda fue en una época la esperanza desesperada de los burgueses con inquietudes altruistas y de los pobres. Se comparaba la enormidad del escándalo con el del evolucionismo, pero el recelo quedaba opacado por la luminosidad. La justicia para los pobre, su llegada al poder, la oportunidad de romper los yugos y dirigir sus propios destinos. Sería la perfecta democracia. Significaría la equidad en el reparto de la vida, aquí en lo material, saciando el estómagos físico, sin dormirse en sueños engañosos de paraísos celestiales. Dios era mentira, pero el comunismo haría cierto que los ricos y sus popes quedarían atascados en el ojo de su aguja con todos sus oropeles.

La realidad de sus obras ha mostrado lo que eran, y lo hizo mucho más que la caída del muro de Berlín. La historia ha sido su enterrador. Habiendo fracasado rotundamente en la teoría y en la práctica, habiendo sido los mayores genocidas –y de proletarios de la historia, hasta el punto de dejar a Hitler pequeño y demócrata, se retratan por llamar facha a todo el que se les oponga. Facha proviene del culto a la faz o fascio, práctica que nadie cultivó más -ni mejor -que ellos, y aun cultiva, en Cuba y en Norcorea. La izquierda demuestra ser lo más hipócrita que existe. Se zambullen en el capitalismo con fruición, tienen empresas y explotan al obrero como todos. En el banco pueden tener más o menos, vestir más caro o más discreto, y tener cualquier edad y aspecto. Pero por mucho que se confundan con la masa decente en cuanto lanzan el calificativo de facha se delatan. Parece que lo soñaron en alguna pesadilla y aquelarre colectivo en que tomaran triste conciencia de su fracaso estrepitoso, moral y humano. Stalin, Pol-Pot, Mao. Después de 80 años la formación soviética humanista y atea de sus masas esclavas de la élite, y cultivando la delación y los juicios-farsa, sólo han dejado el legado más materialista y mafioso, el más indiferente ante los valores del hombre que yo recuerde. Pero no se trata de lo que yo opine. Sino que ese fracaso lo agiganta el mismo contraste con sus pretensiones, y por el coste en sangre derramada y en torturas, por la destrucción de la paz individual y familiar , por la represión de los gays y de los creyentes , por la aniquilación de la libertad y la privacidad hasta el orden atómico y neuronal.

Y la izquierda, en vez de asumir sus errores los rememoran orgullosos. Himnos como La marsellesa, la Internacional, y saluditos con el puño en alto, escupiendo la palabra facha, que es lo que ellos son o han sido, a todo el que se los recuerde.

( de mi blog http://pedrorholax.blogspot.com/p/valle-de-lagrimas.html#comments)

1 Comments:

At 2:26 a. m., Blogger Pedro Rholax said...

La izquierda se delata.

La izquierda fue en una época la esperanza desesperada de los burgueses con inquietudes altruistas y de los pobres. Se comparaba la enormidad del escándalo con el del evolucionismo, pero el recelo quedaba opacado por la luminosidad. La justicia para los pobre, su llegada al poder, la oportunidad de romper los yugos y dirigir sus propios destinos. Sería la perfecta democracia. Significaría la equidad en el reparto de la vida, aquí en lo material, saciando el estómagos físico, sin dormirse en sueños engañosos de paraísos celestiales. Dios era mentira, pero el comunismo haría cierto que los ricos y sus popes quedarían atascados en el ojo de su aguja con todos sus oropeles.

La realidad de sus obras ha mostrado lo que eran, y lo hizo mucho más que la caída del muro de Berlín. La historia ha sido su enterrador. Habiendo fracasado rotundamente en la teoría y en la práctica, habiendo sido los mayores genocidas –y de proletarios de la historia, hasta el punto de dejar a Hitler pequeño y demócrata, se retratan por llamar facha a todo el que se les oponga. Facha proviene del culto a la faz o fascio, práctica que nadie cultivó más -ni mejor -que ellos, y aun cultiva, en Cuba y en Norcorea. La izquierda demuestra ser lo más hipócrita que existe. Se zambullen en el capitalismo con fruición, tienen empresas y explotan al obrero como todos. En el banco pueden tener más o menos, vestir más caro o más discreto, y tener cualquier edad y aspecto. Pero por mucho que se confundan con la masa decente en cuanto lanzan el calificativo de facha se delatan. Parece que lo soñaron en alguna pesadilla y aquelarre colectivo en que tomaran triste conciencia de su fracaso estrepitoso, moral y humano. Stalin, Pol-Pot, Mao. Después de 80 años la formación soviética humanista y atea de sus masas esclavas de la élite, y cultivando la delación y los juicios-farsa, sólo han dejado el legado más materialista y mafioso, el más indiferente ante los valores del hombre que yo recuerde. Pero no se trata de lo que yo opine. Sino que ese fracaso lo agiganta el mismo contraste con sus pretensiones, y por el coste en sangre derramada y en torturas, por la destrucción de la paz individual y familiar , por la represión de los gays y de los creyentes , por la aniquilación de la libertad y la privacidad hasta el orden atómico y neuronal.

Y la izquierda, en vez de asumir sus errores los rememoran orgullosos. Himnos como La marsellesa, la Internacional, y saluditos con el puño en alto, escupiendo la palabra facha, que es lo que ellos son o han sido, a todo el que se los recuerde.

( de mi blog http://pedrorholax.blogspot.com/p/valle-de-lagrimas.html#comments)

 

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