sábado, mayo 15, 2010

ARDIDES DE RECONQUISTA

ARDIDES DE RECONQUISTA



Luis Cino

Periodista independiente
luicino2004@yahoo.com

Arroyo Naranjo, La Habana, 13 de mayo de 2010 (PD) En 1998, pareció posible el viejo sueño español de recuperar para la Corona “la siempre fiel isla de Cuba” sin necesidad de recurrir al último hombre y la última peseta. Sólo con turismo, inversiones y gestos amistosos. ¡Que sabía Cánovas del Castillo de real politik!

Para salvar “la revolución y el socialismo”, el mandarinato verde olivo estaba dispuesto a todo. Luego de forjar la alianza en los estudios del ICAIC de Elpidio Valdés con el coronel Resóplez, lo mismo hacía un homenaje al almirante Cervera en Santiago de Cuba que un monumento a Vara del Rey en El Caney.

Si en aprietos y con hambre, se vendía el alma al diablo y el cuerpo a los turistas, ¿cómo resistir la tentación de venderle media isla a Meliá? Precavido como es, el Comandante asistió en mayo de 1990, mientras se derrumbaba el bloque soviético, a la fundación del primer hotel de la cadena, el Sol Palmeras, en Varadero.

Casi se hizo realidad el chiste. Poco faltó para que el Departamento Ideológico del Partido Único orientara la necesidad de explicar a los turistas que el tal Hatuey de las cervezas, fue un taíno que enfermó de los nervios, le dio por hablar mierda de los españoles y se prendió candela en medio de un arrebato con tabaco verde.

A cien años de la derrota de 1898, España pretendió vengarse de los yanquis con sus inversiones en un virreinato comunista a 90 millas de Key West. Casi como otra autonomía más, pero con la ventaja de que no había problemas lingüísticos y los etarras invitados, tan controlados por el G-2 y ocupados en los negocios, perdieron el gusto por el nacionalismo y los atentados terroristas.

Para hacer más dulce la revancha, el hijo de un soldado gallego se enfrentaba quijotescamente a los Estados Unidos. Por algo a Franco, el Caudillo, le simpatizó tanto Fidel, el Comandante, a pesar de sus majaderías comunistas.

Entre banquetes, sonrisas y recholatas en Tropicana, Manuel Fraga y Felipe González dieron consejos amistosos, pero no siempre bien recibidos, para librar a Cuba del destino numantino que anunciaba el Máximo Líder. Hasta enviaron a Solchaga con la misión imposible de hallar la fórmula milagrosa para recomponer la economía cubana y lograr que el Comandante le hiciera caso. Hasta el Rey Juan Carlos vino a la Cumbre Iberoamericana de La Habana en 1999 a hacer un brindis por la democracia que nadie tomó demasiado en serio. Todos pacienzudos y comprensivos, esperaban que soplaran vientos mejores para la democracia en Cuba. Sólo a Aznar se le fue la mano en el empeño y el Máximo Líder no disimuló su ira contra “el Caballerito”.

Pero entonces ganó Hugo Chávez las elecciones en Venezuela y convirtió a ese país sudamericano en una vicaría de La Habana y una providencial Unión Soviética de bolsillo, mezcla de banco y oleoducto, a cambio de un aluvión de médicos, asesores militares y repres-segurosos. Para colmo, los negocios con China, sumados a los delirios bolivarianos, hicieron que las inversiones españolas ya no fueran tan vitales para Cuba.

El presidente Rodríguez Zapatero y el canciller Moratinos, más allá de las afinidades ideológicas con el castrismo (que en definitiva no son tantas) hicieron de la ingenuidad y el cambalache al por menor su política oficial hacia Cuba. En consecuencia, se quedaron como Penélope, meneando el abanico, en la espera por la liberación de los presos políticos y las reformas democráticas y de mercado. Eternamente confiados en que el gobierno cubano en algún momento tendrá que mover fichas.

Mientras espera, el gobierno español dobla la apuesta por un paraíso multipropósito en Cuba: un edén Sol Meliá para hombres de negocio y gozadores del turismo sexual y un tercero, mucho más modesto, en forma de parque temático castro-guevarista, para la izquierda utópica.

Para España, lo importante es estar en Cuba a la hora de los cambios, estratégicamente posicionada y presta para la reconquista. Igual da que el rol de moros lo interpreten yanquis, castristas o disidentes.

España quiere, quien lo duda, democracia y derechos humanos para Cuba, pero a su tiempo y a su manera. Sin apuro ni presiones, para que el régimen cubano no se irrite. Amigo del muerto y socio del matador, quiere diálogo con el gobierno y contactos discretos con la disidencia. Sólo que con mentalidad colonial, escoge los disidentes con los que decide tratar o no.

No hay modo. Los cubanos estamos tan fatales con España como los saharauíes. Madrid no acierta la clave para ayudar a traer la democracia a Cuba. Pero Moratinos no es el único que moratinea y pone zancadillas.

Están los que dañan frontalmente la lucha por la libertad, como el comunista José Luís Centella, que asistió al desfile del primero de mayo en la Plaza, certificó que la revolución va bien y exigió el fin de la Posición Común Europea. O Gabriel Escarrer, el presidente de Sol Meliá, que regaló una placa ridícula al Comandante en agradecimiento por las 10 364 habitaciones que le permite gestionar con magníficas ganancias en 24 hoteles de cuatro y cinco estrellas.

Pero también hacen daño, aunque más velado, el Grupo Prisa que potencia su particular tipo de disidencia mediática; y la señora Rosa Diez, que con visa de turista y sin ser molestada, ningunea al embajador español y da el espaldarazo del UP y D a los disidentes o factores de la sociedad civil cubana que prefiere, mientras ignora (o sacrifica, quién sabe) olímpicamente a los demás.

Que alguien nos convenza que no hay jugada hispana con el régimen de sucesión. Lo que no se le ocurre a uno, se le antoja al otro. Parece que todo está pactado para cuando la dictadura no dé más. Para entonces y desde ahora, valdrá la pena para España esforzarse en varios frentes, diplomáticos y no tanto, por conseguir lo que no logró en 1998. Como en 1902, voluntarios, guerrilleros y autonomistas, ya deben estar preparados para ocupar sus puestos. Aun quedan mambises.

1 Comments:

At 11:29 a. m., Blogger http://.villaperseverancia.blogspot.com said...

Muy acertado todo lo que planteas , no nos andemos con rodeos, todo es un maldito interés , todo es política banal y como dice la canción , puro teatro .Y quienes no alcanzarán luneta .........nosotros ,el pueblo.

 

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