viernes, mayo 07, 2010

¿Quién le teme a Virgen García?

¿Quién le teme a Virgen García?


Por Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, mayo, PD, www.cubanet.org -El Parque de la Libertad, frente a la Funeraria Rivero, en Calzada y K, en el Vedado se llenó de pesadumbre ese viernes 23 de abril. En la postmodernidad las malas noticias van a su aire. El arresto y enjuiciamiento expedito de Virgen García golpeó a los almendros del parque, que de dolor nublaron el día.

Delicada como flor, laboriosa como hormiga, honesta como columna de concreto, Virgen ganó el afecto de los demócratas y periodistas independientes que la conocen. Su rostro sonriente y picaresco, sensual y atrevido, es insoportablemente presente, aún y condenada a una infinita “sombra” de 20 meses en la Prisión de Mujeres, Manto Negro.

Su disciplina y constancia en el seno de las Damas de Apoyo, a las Damas de Blanco, le ganaron un espacio de empujones y moretones en la represión de las turbas castristas. Las imágenes donde era arrastrada por las esbirros de la policía, durante la semana de recordación por los siete años de la Primavera Negra, dieron la vuelta al mundo. Sus dotes de comunicadora, la llevaron a los irreverentes sitios anti sistema, Cubanet, Primavera, Misceláneas. Creo su blog alternativo. Con humildad daba y pedía ayuda, ávida de conocer y adaptarse a las nuevas tecnologías.

( Dania Virgen García )

Pero además, dos pasiones. Su hija y su nieto. Sus ojos hermosos en sí mismos brillaban a pleno sol cuando se refería a ellos, con quienes compartía su modesto techo y la ración de la libreta.

Contradictoriamente, con carácter e integridad, formó un espacio de inseguridad para una parentela que en el doble juego de la dictadura levantó un emporio económico en Playas del Este, en combinación con un extranjero, incluso bajo las draconianas leyes económicas de la satrapía.

El problema se hizo doble. Por un lado, la policía política presionando para detener los gestos libertarios de un grupo de mujeres, que perdieron el miedo a la dictadura y sus turbas. Por otro lado, sus consanguíneos, preocupados por una investigación sobre ella, que llevara a la policía a sus turbios negocios. De esa debilidad cívica se valieron un jefe de sector, una fiscalía y unos jueces serviles a la satrapía.

Corrupción y monarquía, confabulados para destruir una sonrisa.

alegapesant@yahoo.es