Raúl Rivero: Presos políticos y paisajes fijos
Tomado de http://www.elnuevoherald.com
Presos políticos y paisajes fijos
Por Raúl Rivero
Madrid -- Una mañana de diciembre del 2003 le pregunté a Ariel Sigler Amaya qué había sentido cuando lo amenazaron con darle un tiro en la cabeza. ``Sentí sueño'', me respondió. ``Se me aliviaron los dolores que tenía por una golpiza que me dieron y pensé que me iba del aire sin volver a ver mi madre y sin conocer la libertad''.
Después, para rebajar el tono dramático de la conversación y cerrarla, dijo, como si estuviera completamente solo: ``También pensé que más nunca iba a ver a mis hermanos, ni un programa de boxeo, ni los paisajes de Matanzas. Me acordé de todo lo que me gusta, pero de todo, compadre, de todo''.
Cuando tuvimos ese diálogo, Ariel no sabía --nadie sabía-- que él iba a tener que permanecer siete años bajo otras amenazas, con otra categoría de revólveres que le apuntaban, antes de poder salir a despedirse de su madre Gloria Amaya y antes de pasar, enfermo y paralítico, a una precaria variante de libertad. A un limbo en el que debe esperar que le den (o no) un permiso de salida para viajar a Estados Unidos a tratar de recobrar su salud.
Ariel Sigler, en su casa de Pedro Betancourt, en su silla de ruedas, con más voluntad que fuerzas físicas, sigue bajo el control del poder y amenazado, como siguen en sus celdas y en peligro Víctor Rolando Arroyo, Próspero Gainza, Ricardo González Alfonso, Pedro Argüelles Morán, Blas Giraldo Reyes, Normando Hernández, Horacio Piña, Luis Milán y otros presos, hasta llegar a 52, del grupo de la llamada Primavera Negra.
Es decir, que el dibujo de la vida de los prisioneros cubanos es, esencialmente, el mismo. Con sus trazos negros y unos triviales tonos grises, con los que han tratado de recomponer una imagen y dar la apariencia de cambios en una estampa paralizada por la arbitrariedad y la prepotencia.
El plano general está suspendido en el aire del mes de marzo. Allí, con las Damas de Blanco en las calles, la huelga de hambre hasta la muerte de Orlando Zapata y la decisión de Guillermo Fariñas de sacrificarse por los 26 presos más enfermos dentro de las cárceles.
En esos tres puntos claves, en la solidaridad del exilio y el apoyo de la oposición interna, ha estado y está la fuerza real. Son esos elementos los que han llamado la atención de los medios de prensa, de los organismos de defensa de derechos humanos y de sectores de ciudadanos del mundo entero.
Lo demás son aspavientos y juegos políticos inscritos en agendas particulares y movidos por intereses ajenos y lejanos.
Se anuncian liberaciones de prisioneros, se habla de manejos internos y conversaciones secretas, se afirma que Dios ha respondido las llamadas. Ojalá. Pero las Damas de Blanco anunciaron que seguirán trabajando para liberar a sus familiares y nadie, ni la propaganda y las infamias, puede sacar de Cuba la memoria de Zapata.
En los calabozos no hay espacio para cabildeos y patrañas. Los presos luchan por sobrevivir y por ser libres. La libertad incondicional de esos hombres inocentes es lo único que puede iniciar el cambio del paisaje, el espíritu y el porvenir de la sociedad cubana.
ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS
Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Raúl Rivero: Presos políticos y paisajes fijos":
Excelente pieza periodística, por la forma y por el fondo. Me emocionó ese diálogo del autor con Ariel Sigler, casi tanto como las fotos conmovedoras del héroe irreductible tras su cuasi excarcelación. Ese diálogo con Ariel es el que vale, don Raúl; no la satería dialoguera con el régimen de que otros se ocupan. Creo que esto le quedará claro a quien le cuadre: "En los calabozos no hay espacio para cabildeos y patrañas". Hay que agradecerle a Rivero su constante desvelo por nuestros presos. Gracias, poeta. Que Dios bendiga este blog.
Herminio
1 Comments:
Excelente pieza periodística, por la forma y por el fondo. Me emocionó ese diálogo del autor con Ariel Sigler, casi tanto como las fotos conmovedoras del héroe irreductible tras su cuasi excarcelación. Ese diálogo con Ariel es el que vale, don Raúl; no la satería dialoguera con el régimen de que otros se ocupan. Creo que esto le quedará claro a quien le cuadre: "En los calabozos no hay espacio para cabildeos y patrañas". Hay que agradecerle a Rivero su constante desvelo por nuestros presos. Gracias, poeta. Que Dios bendiga este blog.
Herminio
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