NICARAGUA: El repliegue “es una burla” . Uno de los fraudes de Daniel Ortega
* La celebración del repliegue es un insulto para ex guerrilleros, porque Ortega ahora se presenta como “protagonista” y ni siquiera participó
* En aquel momento Ortega estaba en un hotel en Costa Rica
LA PRENSA/CORTESÍA DE ARCHIVO IHNCA
Por Lucydalia Baca y Gloria Picón
Como una burla a la memoria de los cientos de nicaragüenses que perdieron sus vidas mientras se replegaban hacia Masaya, agobiados por el hambre, el cansancio, la falta de municiones y el temor de ser masacrados por la Guardia Nacional, después de 17 días de resistencia, califican algunos de los protagonistas del repliegue táctico a Masaya, la remembranza que en los últimos años ha encabezado el comandante Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.
Eso porque mientras la acción se desarrollaba en junio de 1979, la pareja disfrutaba de las comodidades de un hotel en Costa Rica.
“Es una burla. Eso que se hace ahora es un bacanal en el que se baila, se bebe guaro y se hacen todo tipo de actividades que nosotros en el trayecto jamás pensamos en hacer. Y (lo de ahora) es encabezado por alguien que en aquel momento estaba sentado en su cuarto de un hotel en Costa Rica”, señala Moisés Hassan.
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El grupo de mando
La acción movilizó a unos cinco mil nicaragüenses, estuvo a cargo de los comandantes Carlos Núñez Téllez (q.e.p.d.), Willliam Ramírez (q.e.p.d.) y Joaquín Cuadra, al frente de la acción militar. Mónica Baltodano, Raúl Venerio y Oswaldo Lacayo en el Estado Mayor. Moisés Hassan Morales, Julio López Campos y Marcos Valle en la Comisión Política. Del grupo de mando sólo Hassan resultó herido.
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Ortega entró a Nicaragua el 18 de julio
o El ex integrante de la dirección nacional del FSLN, Víctor Tirado López, que se encontraba junto a sus compañeros Daniel y Humberto Ortega, Tomás Borge Martínez y Jaime Wheelock Román, en Costa Rica, relata que su función era gestionar el aprovisionamiento de pertrechos para los frentes de lucha.
Detalla que mientras se desarrollaba el repliegue táctico hacia Masaya él estaba el Liberia, Costa Rica, junto a otras personas gestionando la ayuda que enviaban a los frentes de guerra.
“Recuerdo que mandamos dos aviones, eso salía del aeropuerto de Liberia. Estaba a cargo de un muchacho tico que era el encargado de hacer los envíos y el piloto me parece que era Modesto Rojas”, dice Tirado López.
Añade que tanto Daniel como Humberto Ortega se encontraban en un hotel de la capital costarricense, ya que su trabajo era de orden político. Eran los encargados de hacer los contactos en busca de apoyo político y moral que permitieran el posterior reconocimiento del nuevo gobierno.
“Entré a Nicaragua el 18 de julio en un avión en el que venía también Humberto Ortega y Julián López, ahí nos recibieron Carlos Schultze, Dionisio Marenco y otras personalidades. Daniel llegó después en otro avión que venía de San José y fue recibido por Dora María Téllez en León”, recuerda Tirado.
Hassan fue uno de los nueve guerrilleros que dirigió la acción y que posteriormente formó parte de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional.
La ex comandante Mónica Baltodano y actual diputada independiente, quien participó en la insurrección en Managua en 1979 y que luego de 17 días de lucha tuvo que replegarse hacia Masaya, asegura que quienes están actualmente dentro de la cúpula del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) no tuvieron ninguna participación dentro de los frentes de guerra o su participación fue colateral, como fue el caso de Daniel Ortega, Presidente de Nicaragua, quien estaba en Costa Rica durante la insurrección del país en 1979.
NO LO VIVIÓ PERO SE ADUEÑÓ
“Daniel Ortega siempre se mantuvo en Costa Rica después que salió de la cárcel, él nunca estuvo en los frentes guerrilleros, salvo un breve periodo en 1977 en los primeros ataques del frente norte; Bayardo Arce estuvo en el frente norte de Matagalpa, y Tomás Borge también estaba en Costa Rica, al igual que la hoy Primera Dama”, dice Baltodano.
Baltodano tuvo pequeñas heridas en la entrada de la toma de Jinotepe, perdió una hermana en la masacre de Batahola, otra de sus hermanas perdió sus manos fabricando bombas de contacto y su hermano Ricardo estuvo en la insurrección de León, “esa causa nos cuesta, hay una gran cantidad de comandantes guerrilleros y de líderes y dirigentes de la lucha contra la dictadura que no están respaldando lo que está haciendo el Gobierno”.
Hassan no ha participado nunca en las versiones del repliegue que se celebran cada año, pues lo considera innecesario, ya que recorrió ese camino en el momento en que hubo que hacerlo para alcanzar el triunfo de la revolución, muerto de hambre y bajo el bombardeo y las balas y no está dispuesto a ser parte del “carnaval” en que han convertido la efeméride.
CELEBRACIÓN SIN SENTIDO
“Eso tendría sentido si lo hicieran de una manera ordenada, sin guaro, prostitutas, música festiva, baile, canto y celebración como si fuera la fiesta de Santo Domingo. Tendrá sentido si lo hicieran recordando a los que cayeron en el trayecto, poniéndoles flores o cruces, en lugar de hacer proselitismo a favor de Ortega y su esposa que no estuvieron en el verdadero repliegue”, enfatiza Hassan.
Para el ex miembro de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional es un insulto que figuras que nunca arriesgaron sus vidas se hayan apropiado de estos acontecimientos y ahora los usen para rendir culto a sus personalidades.
Baltodano señala que desde 1998, cuando Daniel decidió pactar con el ex mandatario Arnoldo Alemán, inició un proceso de privatización del Frente Sandinista, “lo que fue el Frente Sandinista de Carlos Fonseca aparece como una fuerza privatizada de Daniel Ortega y su grupo cercano, así como privatizó el FSLN quiere privatizar las efemérides y a Sandino, en esos esfuerzos han tenido unos éxitos pero les ponemos resistencia, porque el repliegue no es de ellos, la victoria del 19 de julio no es de ellos y la lucha de 25 años que encabezó el FSLN no les pertenece a ellos”.
Añade que muchos de ellos no tuvieron ninguna participación. “En la actual bancada sandinista hay un montón de gente que no tuvo ninguna participación y si la hubo fue colateral, el gabinete igual, parece que hay una resistencia a que gente con autoridad histórica ocupe responsabilidades, tratan de tener al frente de las tareas a personas con dificultades para reclamar espacios que les corresponderían”, señala Baltodano.
LUCHA FUE OBRA DEL PUEBLO
La diputada expresa que esa lucha fue obra del pueblo, por lo cual la celebración no debe convertirse en jornadas electoreras y mucho menos en actos de servilismo al caudillo, “se convierte en especie de celebración que gira alrededor de una persona, en lugar de convertirse en jornada educativa para que nuestro pueblo conozca lo que costó a Nicaragua salir de la dictadura, en lugar de eso se convierte en acto de reverencia al caudillo”.
Hassan, que formaba parte del frente interno, recuerda que la lucha por tomar Managua inició el 9 de junio del 79. Miles de capitalinos se unieron a la lucha, pero al cabo de 17 días el cansancio, el hambre y la incertidumbre de que las acciones de abastecimiento de municiones que se hacían vía aérea desde Costa Rica fueran exitosas, los obligaron a tomar la decisión de replegarse hacia Masaya.
LO QUE OCURRIÓ
“Prácticamente la insurrección en Managua estaba terminada, la participación masiva ya no existía, las pocas balas que la gente tenía se habían acabado. La población no tenía cómo enfrentarse a la Guardia. Las trincheras y las barricadas se habían quedado vacías y nosotros los miembros del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que teníamos unas 300 armas tampoco sabíamos cuándo nos aprovisionarían, ya que de tres intentos uno había fracasado y el 26 de junio decidimos replegarnos hacia Masaya, que ya estaba liberada”, relata Hassan.
La caminata comenzó al atardecer del 27 junio. Horas más tarde al llegar a la zona de Piedra Quemada comenzó el bombardeo. Un rocket explotó cerca de donde se encontraba Hassan y un charnel impactó en su costado.
“Sentí un chorro de sangre caliente que salía de mi cuerpo y decidí caminar hasta la carretera, porque si me quedaba ahí me iba a desangrar. Ahí le pedí ‘ride’ a un señor que nunca supe como se llamaba, llevamos también a dos muchachos que estaban heridos... Nos llevó hasta la entrada de La Barranca porque El Coyotepe estaba tomado por la Guardia y nos podía atacar, ahí bajé del jeep y por laderas llegué al hospital donde me curaron, pues ya estaba en manos de nosotros”, relata Hassan.
Baltodano recuerda que cuando se tomó la decisión de replegarse hubo desaliento y sensación de derrota, “hubo gente que hasta lloró cuando dijimos que había que replegarse, ya no éramos los 120 guerrilleros, sino población civil, nos fuimos con todos los que se querían ir, porque habían experiencias como la de Estelí, que la Guardia luego que los combatientes salieron hicieron operación limpieza, entonces les dijimos que quien quisiera irse con nosotros se fuera y el grupo fue de casi cinco mil personas”.
Agrega, “incluso llevábamos los heridos, no teníamos camillas, las fabricamos con bancas de las iglesias y eran muy pesadas, una operación que podía hacerse en ocho horas a paso de combatiente, duró hasta tres días y otros quedaron sin vida a lo largo del camino, ya que durante el trayecto los bombardeos no cesaron”.
A 31 años de derrocada la dictadura somocista, Baltodano enfatiza que Daniel Ortega tiene muchos rasgos similares al dictador derrocado.
“Por ejemplo Somoza tenía su partido privado, no daba trabajo si no tenía “la magnífica”, se robó las elecciones, cambiaba los alcaldes, atropelló la Constitución, controlaba la Corte, el Tribunal de Cuentas, la Guardia Nacional y éste (Daniel Ortega) quiere controlar todas las instituciones y quiere tener su propia fuerza militar, hay muchos rasgos similares, Somoza se perpetuó en el poder y éste quiere hacer lo mismo”, señaló Baltodano.
HAY QUE SALIR A LAS CALLES
Baltodano dijo que el principal llamado que pueden hacer como luchadores contra la dictadura “es a no permitir que en Nicaragua se vuelva a instalar otra dictadura y no debemos esperar al 2011, lo tenemos que resolver ya, la tarea inmediata es rechazar la reelección por inconstitucional, ilegal y por arbitraria, ése es el mensaje que damos a 31 años”.
Según Baltodano la historia indica que en nuestro país todos los conflictos políticos se terminaron resolviendo en confrontaciones de carácter militar.
“Para mí que la gran lección es que, si no somos capaces de resolver estos conflictos por la vía pacífica, las nuevas generaciones van a tener que apostar de nuevo a la confrontación militar, y eso no lo queremos ni para nuestros hijos ni para nuestros nietos, por eso hay que hacer uso de las herramientas cívicas y la más inmediata es la protesta en las calles”.
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