domingo, julio 25, 2010

ROGER NORIEGA EL CONFESOR

ROGER EL CONFESOR




Por Paulino Alfonso
22/07/2010
Periodista independiente.
palest44@yahoo.com


Lawton, La Habana, 22 de julio de 2010, (PD) No voy a historiar sobre el último rey sajón de Inglaterra, sino sobre alguien que durante un tiempo brilló en el oscuro cielo de Cuba por sus pronunciamientos tremebundos y promesas incumplidas.

Ahora Roger Noriega, como buen americano, exprime la ubre de la vaquita literaria y publica sus andanzas entre los “nativos”, con la esperanza de conferencias en Harvard o una entrevista con Charlie Rose

En su libro, Roger devela que recibió órdenes de Colin Powell de hacer lo imposible para romper las relaciones diplomáticas con Castro y que el embajador Cason estaba instruido al respecto para crear las condiciones con los oposicionistas locales. Este último, a mi juicio, fue el más agresivo de todos los jefes de misión que ha enviado administración norteamericana alguna en estos 33 años a Castrolandia.

Esto me recuerda las propuestas del Coronel William Lansdale, jefe de operaciones escogido por Bob Kennedy para la Operación Mangosta, en 1963, quien entre otras barbaridades, aseguraba que en 6 meses controlaría los ¡sindicatos castristas!, para lograr una huelga general que derrocaría al régimen. ¿Los resultados? Cientos de cubanos presos, decenas fusilados y millones de dólares en armas capturadas, que se distribuyeron por el mundo para la “lucha antiimperialista”, que generaron raudales de sangre y sufrimiento a incontables pueblos en tres continentes.

¿No les parecen semejantes los resultados de la estratégica idea del trío Powell-Noriega-Cason?

En la primavera de 2003, un Castro asustado por el curso guerrerista del mesiánico Bush (aunque por entonces ya le había vendido US$900 millones en alimentos), arrestó 75 opositores por asistir varios de ellos a un taller de ética periodística y los condenó a más de 1650 años de prisión en mazmorras semejantes a las del Castillo de If.

Los resultados están ahora a la vista, ya que gracias a sus heroicas esposas, no a torcidas y espurias intercesiones, han sido liberados estos dignos cubanos que cuentan y muestran los “clementes” tratos carcelarios del castrismo.

Sería bueno que la Sra. Irene Khan, funcionaria de Amnistía Internacional, se entrevistara con Ariel Sigler Amaya, ahora que el castrismo lo dejó viajar, y vea los resultados de esta “clemencia”.

Pero analicemos económicamente lo que representan para el castrismo 33 años de existencia de la SINA (Sección de Intereses de EE. UU en la Habana), sin contar que a sus gastos de circulación se le carga un 150% sobre la tarifa existente para las otras misiones, no solo en la sede, sino en todas las casas que se alquilan para los funcionarios residentes.

Durante la reparación de la embajada entre los años 1994/1996, todos los productos y servicios que se adquirían en el mercado local eran gravados hasta con un 270% de su precio de venta en Castrolandia.

En números redondos, en 33 años Castro ha recibido de los yanquis no menos de US$25 millones, sin contar los US$ 675 millones, recibidos por concepto de la “viajadera” organizada y segura, que de no existir la sede yanqui no hubieran ido a parar a la alcancía castrista.

Por si esto fuera poco, piensen el centro de espionaje que se perderían en Washington. ¿Uds. creen que Castro iba a renunciar a semejante tajada? Ni aunque Bush le mentara la madre lo hubiera hecho. Hizo como el marido burlado, botó el colchón, no a la adultera. El propio Castro lo confirmó cuando molesto por una pregunta que le hiciera el periodista de BBC Mundo, Fernando Ravsberg, le contestó y cito: ¿Tú piensas que te voy a botar por esa bobería? Más hizo Cason y no le dimos el gusto.

Otra vez, mientras los cubanos ponemos los muertos y el sufrimiento, alguien escribe un libro y da consejos.

Mientras, quedan 150 presos políticos por los que ni “Lulas” ni fariseos, ni fulleros, se han interesado. Son tan patriotas y tan dignos como los demás y romperemos lanzas hasta que todos estén en libertad.