CUBA. LA SEDE, EL CARDENAL Y EL GOBERNANTE
LA SEDE, EL CARDENAL Y EL GOBERNANTE
Por José Antonio Fornaris
Periodista independiente.
fornarisjo@yahoo.com
Managua, La Habana, 11 de noviembre de 2010, (PD) Hace varios años, seis o siete integrantes de diferentes grupos oposicionistas y algún que otro periodista independiente, nos reuníamos de forma periódica dos veces al mes para intercambiar puntos de vista y para tratar de buscar ideas que pudieran ser útiles, de alguna forma, en el quehacer pro democrático.
A esas reuniones les denominamos “Encuentros de Criterios”. Nos sirvieron, más que todo, de aprendizaje cívico.
En uno de esos encuentros, surgió la propuesta de iniciar un movimiento de recogida de firmas a favor de que las escuelas religiosas volvieran a existir en Cuba. Todos estuvimos de acuerdo con la idea. Pero al instante, alguien recordó que el Movimiento Cristiano Liberación, precisamente en esos momentos, recolectaba firmas para apoyar el Proyecto Varela. Comenzar de forma paralela otra recogida de firmas podía crear confusión y hasta malas interpretaciones. La idea no siguió adelante.
Pero ahora, de acuerdo a como parece que marchan de bien las relaciones entre el cardenal Jaime Ortega y el gobernante Raúl M. Castro, es probable que pronto esas escuelas, al menos las auspiciadas por la Iglesia Católica, regresen a formar parte de los planes escolares en la isla.
El gobernante, en unión de una amplia comitiva partidista y gubernamental, estuvo el miércoles día 3 en la inauguración de la nueva sede del Seminario de San Carlos y San Ambrosio, y el cardenal agradeció que “esta obra haya contado hasta su conclusión con el apoyo estatal para poder realizarla convenientemente”.
Un seminario, aunque haya sido trasladado de La Habana Vieja para el municipio Guanabacoa, a los efectos eclesiales es varias veces más importante que una o varias escuelas.
Ortega ha trabajado con entusiasmo en la creación de un puente de plata para la salida al exterior de decenas de presos políticos; algunos piensan que también va a realizar la misma función con oposicionistas que no están en prisión. Queda por definir -al menos no se ha informado- si la dependencia especial de emigración que ha estado funcionando en el Arzobispado, se mantiene en ese mismo sitio o pasa las oficinas hacia la nueva sede del Seminario.
La colaboración entre el cardenal y el gobernante ha creado un poco de confusión, pues no está claro si es que Castro se va a convertir en un Justiniano antillano, o si la capa de Ortega se pone roja chillón.
De todas formas no sería para nada conveniente que en la nueva sede del Seminario se vayan a utilizar textos creados por Ortega, pues quedaría trunca la posibilidad que de ahí surja otro sacerdote como Félix Varela, de quien se afirma nos enseñó a pensar como cubanos y estuvo a favor de la libertad de Cuba.
Además se correría el riesgo de cambiar lo dicho por Cristo de “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, por la consigna de “Todo para el César”. Y de seguro se abogaría por el regreso de más mercaderes al templo. Y nada de eso es conveniente para los cubanos.
fornarisjo@yahoo.com
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