LO QUE NO SE DICE EN CUBA SOBRE LA DOCTRINA MONROE. SUS CONSECUENCIAS
LA DOCTRINA MONROE. SUS CONSECUENCIAS
Por Pedro Pablo Arencibia
El 2 de diciembre de 1823 el presidente norteamericano Monroe dio a conocer lo que posteriormente se conoció como la Doctrina Monroe. En un momento de su mensaje al Congreso dijo:
En las colonias o dependencias de cualquier potencia europea hoy existentes no nos hemos inmiscuidos ni nos inmiscuiremos. Pero con respecto a los gobiernos que han declarado su independencia y la han mantenido, y cuya independencia hemos ( .... ) reconocido, no podríamos considerar ninguna interposición por cualquier potencia europea, con el propósito de oprimirlos, o de dominar de cualquier otro modo sus destinos, sino como la manifestación de una disposición hostil hacia los Estados Unidos.97
(John Quincy Adams)
Esta doctrina, aunque lleva por nombre el apellido del presidente, tiene por verdadero autor al secretario de Estado John Quincy Adams, el cual la desarrolló a partir de una estratagema diplomática urdida en agosto de 1823 por George Canning, Ministro de Relaciones Exteriores de Inglaterra con el único objetivo aparente que la Santa Alianza no se apoderara de los territorios de Hispanoamérica. La proposición de Canning, según Leuchsenring98, era que Inglaterra y Estados Unidos firmaran un declaración conjunta para frenar el peligro de la Santa Alianza sobre esos territorios. Esa proposición de Canning pretendía como objetivo evidente, como ya dijimos, frenar a la Santa Alianza, pero como objetivo indirecto el de negarle a los E.U. la posibilidad que pudiera anexarse a Cuba, aunque los cubanos así lo quisieran; los ingleses no perdían nada con respecto a Cuba porque nunca fueron muchos los cubanos que querían ser anexados a Inglaterra, la cual era vista por los liberales cubanos como una monarquía europea que correspondía al pasado, a la vez que era vista por los grandes propietarios agrícolas como un peligro, pues Inglaterra era partidaria de abolir la esclavitud, la cual era en esos momentos la base de la riqueza nacional. Adams adivinó la estratagema y se pronunció por una declaración unilateral de los E. U., que además nunca formó parte de la ley norteamericana ni formó parte de algún tratado internacional que los obligara a cumplirla.
Ese interés de Canning por Cuba se puede ver directamente en una carta posterior de Canning a King del 21 de agosto de 1825 citada por Foner. La proposición de Canning era de que Estados Unidos, Francia e Inglaterra, conjuntamente o cada una por separado, dieran a conocer una declaración repudiando cada una por su parte toda intención de ocupar a Cuba y protestando cada una de tal ocupación por cualquiera de las otras.99
(George Canning)
Para profundizar en las causas que motivaron esta declaración del presidente Monroe es necesario conocer, que en 1822 varias monarquías europeas: Rusia, Prusia, Austria y Francia, formaron lo que se conoció como La Santa Alianza con el objetivo de restaurar las monarquías en aquellos lugares donde hubiesen sido derrocadas; aunque su formación con los tres primeros fue en 1815. La restauración en el poder de Fernando VII en España por los 100 000 “luises“ de Francia fue una consecuencia de ese pacto.
Destacados políticos norteamericanos (como por ejemplo, el propio Adams; quien sería posteriormente el sucesor de Monroe en la presidencia ) eran de la opinión que creían tanto que la Santa Alianza restaure la dominación española en América como que el Chimborazo se hunda en el océano100, pero los Estados Unidos no podían quedarse de ninguna manera con los brazos cruzados ante los intentos y acciones de fuerza por restaurar la abolida dominación. Debemos conocer que las tropas de La Santa Alianza incursionaron por diferentes lugares del continente americano, incluyendo entre estos, a territorios de América del Norte.
Sobre los efectos de la Doctrina Monroe, el historiador norteamericano Foner apunta:
Aunque fue enunciada unilateralmente por Estados Unidos; y nunca se le incorporó a ninguna ley, tratado o convenio internacional, la Doctrina Monroe ayudó a mantener la independencia de las colonias españolas que ya se habían liberado. Al mismo tiempo, garantizó que Cuba permanecería por el momento en manos de España.101
Sin embargo, como ya vimos en Antianexionismo de dos presidentes de Estados Unidos, para los españoles de aquellos tiempos, y hasta para historiadores de nuestros días, los Estados Unidos eran los verdaderos causantes de casi todas las revueltas y conspiraciones que sucedían en Cuba. El historiador español José Luis Prieto Benavent escribe lo siguiente sobre el significado de la Doctrina Monroe:
Desde el punto de vista de la historiografía iberoamericana, el episodio de la Guerra de Cuba se inscribe como un capítulo más de la historia del expansionismo e intervencionismo norteamericano en Iberoamérica, una historia con paradigmático arranque en la doctrina Monroe -1823- y en la idea del “ Manifest Destiny “, que tiene sus principales hitos en la apropiación de Texas y California a expensas de México -1848-, en la adquisición de Alaska a Rusia -1867- y en la gran emigración hacia el Oeste que culminó alrededor de 1890.102
Anteriormente para la miope política española, las revoluciones en Hispanoamérica de inicios del siglo XIX, habían tenido su razón de ser en el intervencionismo inglés; aunque es verdad, que aproximadamente 7 000 soldados ingleses e irlandeses pelearon en los ejércitos de Bolivar.103. Como algo colateral diré, que producto de la presencia de estas fuerzas británicas, un destacado sociólogo (más que filósofo) alemán del siglo XIX, acusó a Bolivar de ser un agente del capitalismo inglés. El marxista Foner, al resumir la política de E. U. hacia Cuba entre 1800 y 1823, escribe:
Como hemos visto, la principal beneficiaria de la política de Estados Unidos durante este período, fue España. Y el que más hubo de perder, según ahora veremos, fue el pueblo cubano que luchaba por la independencia de su patria. 104
Sobre el criterio anterior de Foner no estoy de acuerdo por las siguientes razones:
1) España perdió casi todas sus colonias en América y no las volvió a recuperar. La Santa Alianza no pudo alcanzar sus objetivos en América .
2) En esa época las inquietudes de los criollos por la independencia de su patria eran muy limitadas; la actitud tomada en 1826 por el sacerdote cubano Félix Varela de alejarse de toda actividad política temiendo, al decir del propio Foner: ¨que sus incitaciones a la independencia pudieran lanzar a temerarias e inútiles rebeliones a la juventud cubana ...¨ es un fuerte argumento a favor de esa opinión.
En un análisis detallado de las conspiraciones criollas en ese período, y aun en un período más largo, podemos constatar la ausencia de los efectos de esa doctrina en el fracaso de las mismas. Las conspiraciones más importantes en ese período fueron: la de Aponte ( 1812 ) y la de Soles y Rayos de Bolivar (1823), aunque ninguna, y muy particularmente la primera, puede evaluarse cómo un movimiento social de cierta envergadura que luchara por la independencia de Cuba. La pequeña conspiración de Aponte fue llevada a cabo fundamentalmente con el objetivo de libertar a los esclavos, sus integrantes eran mayoritariamente negros y mestizos y estaba influenciada por las ideas de la Revolución Haitiana; no sólo se pretendía emancipar a los esclavos, sino también incendiar los cañaverales, ingenios y cafetales105. Sobre la conspiración de Soles y Rayos de Bolivar, dirigida por el habanero José Francisco Lemus ( ex coronel del ejército colombiano ), no existen evidencias que avalen el criterio que contara con un sustento poblacional numeroso en el país, aunque sobre esto Foner escribe, tomando cómo fuente entre otros a José Luciano Franco , lo siguiente:
.. Dos docenas de dirigentes, entre ellos Lemus y un negro libre, fueron apresados, pero muchos de los conspiradores lograron huir del país, entre ellos se hallaba José María Heredia, que escapó a Estados Unidos y de allí a México, donde pasó el resto de su vida ...106
Es interesante conocer que Lemus antes de fraguar esta conspiración encontró un pueblo más interesado en la restauración de la Constitución de 1812 que en la independencia, y que fueron las reuniones en España con varios agentes confidenciales de Bolivar, lo que le impulsó para regresar a Cuba y vertebrar la conspiración.107
Sobre las conspiraciones criollas en un período posterior, también podemos comprobar la ausencia de los efectos de la doctrina Monroe:
En 1824 la conspiración de Gaspar A. Rodríguez, fue descubierta y desarticulada; esta conspiración parece no haber tenido mucha trascendencia. Esta conspiración, según el gobernador Vives, instó a los esclavos a rebelarse.108
Foner destaca que fue el 16 de marzo de 1826, que se produjo la muerte de los primeros mártires cubanos de la independencia de Cuba: el negro libre Manuel Andrés Sánchez y Francisco Agüero y Velazco, los cuales desembarcaron en la costa de Camagüey portando armamento suministrados por Colombia. Sus actividades clandestinas fueron descubierta por los espías del gobernador Vives.
Sobre la conspiración de la Gran Legión del Aguila Negra, la cual comenzó en 1827 y se extendió hasta 1830, se conoce poco, pero lo poco que se conoce apunta a que fueron problemas inherentes a los criollos lo que la hicieron abortar:
Aunque poco es lo que se sabe de la conspiración del Aguila Negra, dos cosas parecen ciertas: una, que había esclavos complicados en el movimiento; y otra, que los grandes intereses agrícolas y esclavistas cubanos no apoyaron tampoco aquella conspiración independentista.109
Una vez más el temor al negro y los intereses económicos, abortaron una conspiración separatista.
En 1843 se produjeron algunas sublevaciones de esclavos que provocaron terror en la población del país. 110
La conspiración de la Escalera fue la más grande antes del estallido del 10 de octubre de 1868. La conspiración, descubierta en enero de 1844, la integraban de manera ampliamente mayoritaria negros libres y esclavos, junto con unos pocos criollos blancos. La meta, según cita Foner, era la instauración de una república en que fuera abolida la esclavitud y la plena igualdad entre negros y blancos.111
El historiador norteamericano escribe:
La insurrección no llegó a pasar de su etapa de planificación. Después de que fue descubierta gracias a la actividad de los espías, el capitán general O’Donnell se aprovechó de ella para aterrorizar a todos cuantos quisieran la libertad de los esclavos, de modo que nunca más se atreviesen a levantar la cabeza. Miles de individuos, incluso extranjeros, fueron arrestados en virtud de meros rumores, y tratados con gran crueldad aun antes de que se les presentara a juicio. En Matanzas solamente, la Comisión Militar Ejecutiva Permanente “ juzgó “ a más de 3 000 personas, casi todos negros libres. En total fueron detenidas 4 039 personas, divididas en 2 166 negros libres, 972 esclavos, 74 blancos, y 827 sin clasificar.112
3) Del análisis de todas las conspiraciones criollas más importantes de toda la primera mitad del siglo XIX, los E.U. no influyeron en el fracaso de las mismas (ni tampoco en su nacimiento y desarrollo); por otra parte, la mayoría de esas conspiraciones no estaban motivadas por un claro sentimiento independentista.
Foner apunta que los gobiernos de Monroe y Adams se aliaron a España para la supresión de los intentos de insurrección en Cuba113, pero no fundamenta esa opinión. Como un ejemplo de política de la historia, podemos exponer que una valoración objetiva del talento del gobernador español Vives para someter y tranquilizar a la colonia cubana, es señalada incorrectamente por Foner, como una alabanza norteamericana al régimen despótico de Vives. El autor de esa “ alabanza “ fue el presidente John Quincy Adams, sucesor de Monroe:
El [ Vives ] era precisamente el hombre adecuado para tranquilizar y conciliar la sumisión del pueblo de la isla a su antiguo gobierno, y tan eficazmente cumplió su misión que el gobierno de Estados Unidos no oyó nada más acerca de intentos de insurrección en Cuba durante el resto del período del señor Monroe ni durante la totalidad del mío.114
Lo que sí es históricamente cierto, es que los Estados Unidos se opusieron a intentos foráneos de independizar a Cuba de España porque o bien los mismos podían desembocar en una experiencia de desestabilización, caudillismo y guerras civiles similar a la que protagonizaron, y aún protagonizaban, muchas de las repúblicas latinoamericanas ( y en particular Haití ) con la consiguiente repercusión desestabilizadora en la Unión Americana, o porque eran intentos manejados por Inglaterra, que podían proporcionarle a ésta una posición ventajosa en el diferendo E.U-Inglaterra.
Un reflejo de esa preocupación fue la situación que se produjo en 1819 cuando muchos periódicos norteamericanos pidieron que los Estados Unidos se adelantaran a los supuestos designios ingleses de apoderarse de Cuba al conocerse que España e Inglaterra sostenían negociaciones secretas sobre Cuba y las otras Antillas españolas (después se conocería que esas negociaciones eran sobre la supresión de la trata negrera y no sobre la cesión de Cuba a Inglaterra) lo cual había sido precedido por un gran alboroto de los periódicos ingleses demandando la inmediata posesión de Cuba por Inglaterra al conocerse en esas latitudes que el 22 de febrero se había firmado el Tratado Transcontinental o de la Florida, por el que E.U. consentía oficialmente, a cambio de la parte de la Florida que le faltaba, en pagar las reclamaciones de sus propios ciudadanos contra España hasta un máximo de cinco millones de dólares y probablemente, pero no de manera oficial, a no realizar actos hostiles a España. El clamor se incrementó en la parte norteamericana al conocerse pocos meses después de la firma del mencionado tratado, que España se negaba a ratificarlo; ratificación que se efectuaría finalmente en octubre de 1820.115
Los orígenes de la necesidad del Tratado de la Florida se encuentran en los ambiguos límites fronterizos que aparecen en el tratado de la venta de la Luissiana por Francia a los Estados Unidos el 2 de mayo de 1803. Livingston, el representante norteamericano en la firma de ese tratado, remontó la Luissiana a la época primitiva, cuando toda la América del Norte francesa se llamaba Luissiana116. En octubre de 1800 la Luissiana había pasado gratuitamente de España a Francia, mediante el Tratado de San Idelfonso, para proteger el Virreinato de México del expansionismo norteamericano pero con la condición que si Francia quería desprenderse de ella, debía volver a poder de España. Esas ambiguas fronteras habían desencadenado en 1818 un incidente entre los E.U. y una república creada artificialmente por fuerzas bolivarianas en territorio norteamericano con el objetivo de brindarle ayuda a la lucha de independencia de las repúblicas hispanoamericanas.
Los gobiernos de Monroe ( 1817-1825) y Adams ( 1825-1829) sí se opusieron a intentos foráneos de desestabilizar la isla; intentos que probablemente junto con la independencia de España traerían a la isla los problemas de caudillismo y guerra civil que asolaban a las nacientes repúblicas latinoamericanas, o quizás, una fuerte ascendencia inglesa sobre la isla con el consecuente problema de seguridad nacional para los Estados Unidos. La oposición del gobierno de los Estados Unidos puede leerse en estas palabras del 8 de mayo de 1826 del Secretario de Estado del gabinete de Adams, Henry Clay, el cual había desempeñado una destacadísima labor a favor de la independencia de las repúblicas sudamericanas.117
Es demasiado lo que tienen en juego los Estados Unidos en los destinos de Cuba para que puedan mirar con indiferencia una guerra de invasión que se realice en forma devastadora, o ver en el curso de esa guerra a los habitantes pertenecientes a una raza combatiendo contra otra, por principios y motivos que al cabo han de llegar, si no al exterminio de una de las dos partes, a los más horribles excesos. Los sentimientos humanitarios de los Estados Unidos, y el deber en que están de defenderse a sí mismos contra el contagio de una guerra semejante y sus peligrosos ejemplos, los obligarían, aun corriendo el riesgo de perder la amistad de México y Colombia -a pesar del gran aprecio en que la tienen-, a emplear todos los medios necesarios a su seguridad.118
Clay, el 10 de mayo de 1825, ya le había escrito a Middlenton, en sus instrucciones a los ministros en el exterior, lo siguiente:
Si Cuba se declarase independiente, el número y la composición de su población hacen improbable que pudiera mantener su independencia. Semejante declaración prematura podría producir una repetición de aquellas terribles escenas de que una isla vecina fue desdichado teatro.119
El temor que después de la independencia, obtenida por el concurso de fuerzas foráneas, la población blanca criolla no pudiera mantener la paz en el país, no fue una preocupación exclusiva de algunos políticos estadounidenses: el propio Bolivar tuvo el temor que Cuba pudiera convertirse en una segunda Haití.
El ascenso de Luis Felipe al trono de Francia en 1830 y la ya pronunciada Doctrina Monroe, hicieron posible que Fernando VII comprendiera que ya no podría recuperar a sus excolonias de América mediante la ayuda francesa. México y Colombia también comprendieron esa nueva situación internacional favorable a la seguridad de cada uno de ellos ( recordemos que Cuba era la base de operaciones de las tropas españolas para invadir y recuperar las antiguas colonias ) y asumieron una nueva actitud:
UN CRITERIO DE MARTI SOBRE EL PRESIDENTE MONROE
Martí en El Repertorio del “ Harper “ del mes de mayo de 1884, el cual se encuentra en el Tomo XXIII, escribe:
El Harper pinta a aquel suave y sensato presidente Monroe, que dio forma durable a la doctrina en que se excluye a los países europeos de toda intervención en los americanos, aunque el famoso senador Carlos Sumner mantiene que el pensamiento fue del inglés Canning, y Charles Francis Adams quiere que haya nacido de su propio padre.
Santa Alianza
Los estados fundadores de la Santa Alianza: Bandera de Austria (imperio) Imperio austríaco Flag of Prussia 1892-1918.svg Reino de Prusia Bandera de Rusia Imperio ruso
El emperador Francisco I de Austria, el rey Federico Guillermo III de Prusia, y el zar Alejandro I de Rusia firmaron, a iniciativa de este último, un tratado el 26 de septiembre de 1815, por el cual se unieron en una Santa Alianza. Aunque se trataba de un acto de naturaleza política, con el caudillismo, el contenido del pacto era fundamentalmente religioso. Los tres monarcas declararon su firme resolución de utilizar como única regla de su gobierno, tanto en asuntos internos como externos, los principios de la religión cristiana: justicia, amor y paz. Como consecuencia, los gobernantes declararon su mutua fraternidad, por medio de la cual, no solamente se apoyarían entre sí, sino que se abstendrían de guerrear, y guiarían sus asuntos y sus ejércitos en la misma forma.
Este tratado no fue bienvenido por estadistas como Klemens Wenzel von Metternich (Conde y Príncipe del condado de Metternich) ni por los prusianos, por lo que Metternich reemplazó este tratado por una alianza puramente política el 20 de noviembre de 1815 entre Austria, Prusia, Rusia e Inglaterra (también conocido como Cuádruple Alianza), con el fin de garantizar el mantenimiento del orden absolutista y reprimir cualquier intento de alterar la situación política de la Europa de la Restauración, contando con la posibilidad de poder intervenir manu militari (militarmente) en cualquier país contra movimientos liberales y revolucionarios.
De esta forma surge la llamada Europa de los Congresos, que preveía la celebración periódica de conferencias tendentes a mantener la paz y hacer respetar los intereses comunes de los signatarios. Los congresos, que se desarrollan entre 1818 y 1822, discuten las medidas a tomar frente a las inquietudes y desórdenes de carácter liberal o nacionalista. Los principales congresos serán los de Aquisgrán (1818), Troppau (1820), Laibach (1821) (que autorizó la intervención austriaca en Italia) y Verona (1822). Este último congreso supuso la intervención en España de un ejército francés denominado los Cien Mil Hijos de San Luis para terminar con el Trienio liberal y restaurar en el absolutismo a Fernando VII.
Con la admisión de Francia en 1818, la Cuádruple Alianza devino Quintuple. Sin embargo, la aversión del gobierno británico a las políticas reaccionarias del resto de aliados supuso que la alianza cayó en la inoperancia después de mediados de la década de 1820. La muerte de la alianza se fija convencionalmente con la muerte del zar Alejandro en 1825.
ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS
Jose Gonzalez ha dejado un nuevo comentario en su entrada "LO QUE NO SE DICE EN CUBA SOBRE LA DOCTRINA MONROE...":
Pablo, muy buena exposicion sobre la politica americana hacia Cuba del siglo XIX,la cual ha sido tergiversada por el regimen castrista, la izquierda latinoamericana y la europea para alimentar el odio hacia Estados Unidos y motivar el antiamericanismo barato muy popular en Iberoamerica y Europa.
saludos
1 Comments:
Pablo, muy buena exposicion sobre la politica americana hacia Cuba del siglo XIX,la cual ha sido tergiversada por el regimen castrista, la izquierda latinoamericana y la europea para alimentar el odio hacia Estados Unidos y motivar el antiamericanismo barato muy popular en Iberoamerica y Europa.
saludos
Publicar un comentario
<< Home