Los retratos de Dorian Gray de Fidel Castro
Los retratos de Dorian Gray
Por Alejandro Ríos
En ``El retrato de Dorian Gray'', de Oscar Wilde, el personaje principal ha realizado un pacto con el Diablo de eterna juventud. El precio de tamaño desmán será, sin embargo, que su malevolencia se irá mostrando en un retrato al óleo que tiene a buen resguardo. La descomposición paulatina de la imagen ocurre directamente proporcional a su maldad con el prójimo.
Fidel Castro debe de haber hecho lo propio con el retrato que le hiciera su amigo Oswaldo Guayasamín, sólo que la operación se revirtió y al que vimos recientemente acongojando con sus desplantes de abuelo majadero a los estudiantes cubanos es la imagen que debió estar en el óleo como encarnación del declive físico y moral.
Le debemos al fotógrafo de ``la corte'', Roberto Chile, los espeluznantes primeros planos del dictador que tratan de convencernos de su conversión a una suerte de patriarca benévolo capaz de anunciar el fin de Estados Unidos y la salvación de su disparatado proyecto social.
Hitler y Mussolini, dos de los modelos imitados por Castro, que mucho cuidaban el esmero de su imagen pública, hubieran ejecutado de manera sumaria a este fotógrafo, por su acendrado realismo y el desparpajo de lente tan indiscreto.
En el fondo, ha logrado algo muy paradójico y es el de reproducir sobre la tez del dictador el mapa de las contrariedades intestinales que casi dieron al traste con su vida.
Curiosamente Roberto Chile ostenta, además, los oficios de realizador cinematográfico y curador de artes plásticas. Así que no se trata de un ingenuo espontáneo retratando al pariente en tareas domésticas, sino del fotógrafo oficial, supuestamente encargado de proporcionarle una pátina épica al personaje de sus afanes en medio del ostensible revoltijo epidérmico de su rostro.
El contraste o montaje paralelo que establece, con sus fotos, entre la hermosura de algunos jóvenes asistentes al encuentro y la apariencia espectral del dictador, merece ser estudiado en la academia como lo que no se debe hacer en el ámbito de las relaciones públicas, a no ser que Chile no sea realmente la Leni Reifensthal del castrismo, sino un oculto y sarcástico caricaturista en vivo.
Por otra parte, dos de las fotos de Chile que se deslizan en la cobertura del evento, operación siniestra que busca neutralizar a los mismos estudiantes de informática que un día pusieron en solfa al presidente del parlamento cubano, Ricardo Alarcón, incluyen la torva presencia de miembros de la seguridad personal de Castro con caras de pocos amigos.
La prensa internacional se ha dejado timar por los mensajes crípticos del autócrata donde especula sobre la posibilidad de dejar la primera secretaría del Partido Comunista, soslayando aquellos momentos reveladores de su verdadera naturaleza donde justifica la criticada política de control de natalidad impuesta por China a sus ciudadanos, habla de la instauración del fascismo en Estados Unidos, dice que Cuba marcha por buen camino y en un último y rotundo responso, manifiesta el recelo que siente por la libre consulta de Internet y se refiere a las ventajas educacionales de la computación siempre que se cuiden de programas y juegos que embrutecen, en clara referencia a la nueva versión de Call of Duty, el juego donde se explora la posibilidad de que fuera eliminado físicamente durante los días aciagos de la Crisis de Octubre.
A semejanza de Dorian Gray y prefigurado en su tenebrosidad por las instantáneas de Roberto Chile, Castro embauca una vez más a sus víctimas cuando el sistema simula que hay una luz al final del túnel y coarta, tajante, la posibilidad de una transformación real a cambio de la nueva construcción del socialismo, tantas veces anunciada.
ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS
Lazaro Gonzalez ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Los retratos de Dorian Gray de Fidel Castro":
forma parte del plan choteo para desmitificar a la figura
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Comentario del Bloguista
A finales de los años 90s y en los primeros del 2000, en las transmisiones en vivo se veía a Fidel Castro en la televisión babearse, hacer muecas y mover o jugar en la boca con las prótesis dentales. En esos tiempos Fidel Castro estaba al mando de todo. Lo único nuevo es que eso no fue una transmisión en vivo y pudo haberse editado. En cualquier momento a Roberto Chile lo veremos haciendo cola en la bodega cerca de su casa: si no lo vemos, es que Fidel ha perdido poder. En esos detalles está la respuesta a muchas preguntas.
1 Comments:
forma parte del plan choteo para desmitificar a la figura
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