domingo, diciembre 05, 2010

Oscar Peña: El cubano perfecto

Nota del Bloguista

¿ Solución a qué ?. Esas personas antes mencionadas por Oscar Peña serán solución para algunas cosas ajenas al pueblo cubano, pero no para la Libertad y Democratización de Cuba: el actuar de ambos durante todos estos años así lo avala. No rechazo la idea de que dentro de la tiranía hay elementos que pueden servir y propiciar algunas soluciones para momentos críticos que se presentarán en el futuro de la nación cubana, pero esos dos están muy lejos de serlo. No tengo mala opinión de Mariela Castro como ser humano desde el punto de vista de su relación con las demás personas , pero ella no forma parte significativa en la solución a la tragedia cubana.
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Tomado de http://www.elnuevoherald.com


El cubano perfecto

Por Oscar Peña

Estamos en diciembre, último mes del año y tiempo de reencuentros, Navidad, fiestas y alegría mezclada con mucha nostalgia, pero también son días suaves para reflexionar profundamente, hacer rectificaciones y nuevas proyecciones. Una vida sin reflexión no es una vida de seres pensantes. Esta época ayuda a abordar asuntos complicados. Por ejemplo: preguntarnos si existe el cubano perfecto. ¿Son los que están en Miami los cubanos perfectos o los que están en Cuba? ¿Son los disidentes ciudadanos perfectos o los del régimen? La verdad es que el lector no debe meditar en ello. Las preguntas son innecesarias. Las he utilizado para hacernos ver la verdad. Y aunque algunos cubanos se crean que son perfectos no es cierto. No existe en ningún lugar del mundo el ser humano perfecto. Todos somos falibles, con defectos y virtudes.

En este tema la diferencia entre seres humanos solo radica en el convencimiento de la imperfección humana y en la conciencia y sacrificio que pone cada uno en mejorarse. Por ejemplo: conoces a una persona que proclama luchar contra lo mal hecho y que es muy sensible para ver la descomposición moral de los otros, pero incapaz de verla en él, donde lo mal hecho le parece normal. Adolfo Hitler se consideraba perfecto. El cubano Fidel Castro también es un magnífico ejemplar negativo. Hace críticas y reflexiones sobre los problemas de otros países y personas y nunca sobre los suyos, que han sido innumerables, además de llevar encaramado encima del pueblo cubano más de medio siglo. Miel de poder permanente para él, para otros no.

Tampoco es ``cubano perfecto'' el ciudadano que en la isla solo vive el presente como le ha sido impuesto sin preocuparse por nada. Creen que todo ha de llegar sin hacer. Tapan sus miedos esgrimiendo que no opinan porque no son políticos. Todo le es indiferente. No les interesa mucho valorar lo que es bueno y lo que es malo. Pueden ser motores de cambio pero nunca arrancan. Su frivolidad ante los problemas del país los hace uno de los aliados básicos del largo sistema cubano. Son presentes-ausentes.

También existe en el panorama cubano quien se considera el ``exiliado perfecto'', que solo valora su vida y son detractores de las generaciones posteriores o de los que no se fueron de Cuba. Viven atados a su pasado sin contemplar la realidad. Tiran su ancla en aquellos viejos recuerdos y apegados a ellos no se dan la oportunidad de asumir las nuevas circunstancias de su patria de nacimiento u origen y ser útil y efectivo a ella. Son solo memoria. De ellos no salen cosas nuevas. Tampoco es ``cubano perfecto'' el que solo vive haciendo diseños para el futuro, pero no actúa con pragmatismo para construirlos. Edifican la nueva Cuba en la imaginación pero no tienen tolerancia y buena voluntad para alcanzar sus ideas. Solo conciben caminos radicales, rectos y rápidos que son muy costosos. No saben aprovechar los agujeros, resquicios y ventanas que tienen las dictaduras, que tampoco ninguna es perfecta.

Esta reflexión ha sido producto de experimentar posiciones extremas en diferentes análisis y programas que participo y observo sobre la situación cubana. En las autoridades del régimen y sus voceros se nota que para las evaluaciones del adversario solo usan los colores blanco y negro. Son tajantes y excluyentes.

Tristemente para Cuba --con pocas excepciones-- los adversarios del régimen calcan esos métodos y valoran a todos los que están dentro del régimen igual que los califican a ellos. Eso es lo que se denomina un círculo vicioso que no avanza nunca. Hace poco elogié algunas acciones positivas de Mariela Castro y provoqué rabia en algunos. Igual ha sucedido cuando resalto el papel de Gorbachov como un factor serio de inicio del cambio en los países totalitarios. Hace solo unos días elogié unas declaraciones dentro de Cuba del funcionario Alfredo Guevara y del otro lado hubo casi enojo. Por favor, entiéndanse que los reformistas cubanos aunque estén vestidos de comunistas y de verde olivo, son una vía de solución. Extingamos los cubanos el marabú de Cuba y de nuestras mentes.

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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS

Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Oscar Peña: El cubano perfecto":

Oscar parte de una premisa ya de antemano falsa: el ser humano perfecto, sea cubano o filipino, nunca ha existido. No se le puede pedir al hombre una perfección imposible, pero sí que sea bueno en el buen sentido machadiano, porque ser bueno tampoco significa ser guanajo o verraco, dicho sea a la criolla. La bondad sin perfección es incluso una meta difícil. Siempre habrá celos, rivalidades y riñas hasta entre hermanos. El ser humano está hecho de un material muy falible, aunque se puede mejorar con una educación que inculque valores morales. Dependiendo de la situación, el hombre puede mostrar la mayor grandeza o la peor bajeza. En estos 52 años de comunismo en Cuba, el régimen ha estimulado lo más bajo y mezquino de la gente. De milagro no nos hemos envilecido del todo como nación después de tanto daño antropológico. Creo que, además de ingenuo, Peña peca de desorientación metódica. No se trata de mejorar al hombre para que cambie el sistema, sino de cambiar el sistema para que mejore el hombre.
Bendiciones de Fray Franelo
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Jorge A. Pomar ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Oscar Peña: El cubano perfecto":

Plenamente de acuerdo tanto con el titular como con Fray Franelo: lo que pide a gritos la Isla es más bien el "cubano normal". Toda esa cursilería romántica, aún compartida a porfía con la propaganda oficial, es otro de los talones de Aquiles de la oposición, cuya idiosincrasia se solapa casi por completo con el del Castrato.

En el fondo viene a ser algo así como la abstracción axial de nuestro imaginario nacionalista fundacional desde los tiempos de La Demajagua. De hecho, esa fantasía del "cubano perfecto" a lo Peña equivale al esperpento guevariano del "hombre nuevo". Atributo que, pese a crecientes evidencias en contrario, reclama de entrada para sí casi todo debutante leal-disidencial.

Las semejanzas con los ritos iniciáticos yorubas son claras: la liturgia puramente verbal a través de la cual, una vez escuchado el voto de castidad, el babalao contestatario aúpa sin más al novicio más o menos desafecto a la dignidad sacerdotal, viene a ser la versión política expeditiva del costoso ritual para "hacerse santo" en Regla de Ocha (santería).

Desde luego, el símil va más allá de la ceremonia de iniciación, pues aquí también el juramento sacramental del ahijado converso incluye la lealtad eterna a su "padrino" vitalicio.

El símil se completa merced a la triple circunstancia providencial de que --amén de perfilarse como el camino más corto hasta la "tarjeta blanca" para fines turísticos de ida y vuelta (Yoani, Fariñas, Pollán y Soler pidiendo pista hacia París)--, gracias a los millonarios subsidios de la Casa Blanca, la piñata de premios selectivos en metálico de la Eurocámara, el Grupo PRISA, etc., a día de hoy y a todas luces la disidencia leal clasifica ya de calle como:

(1) El negocio en auge más seguro, lucrativo y, por ende, también multitudinario del mercado negro insular en moneda convertible.

(2) La vía idónea para perderse del Morro. De hecho, visto que las encuestas del año en curso reflejan una notable merma del tráfico de balseros, no sería del todo descabellado suponer que el anticastrismo light pudiera estar reemplazando rápidamente a la peligrosa balsa tradicional como agencia favorita de vuelos gratis sin regreso al "destierro".

(3)Siendo tan ventajoso el negocio, ¿cómo dejar de maliciar in extremis que a los tales "cubanos perfectos" al frente de los ilés (cuartos de santos) no se les haya ocurrido la idea de cobrar por sus codiciados servicios iniciáticos?

Tanto más cuanto que a buen seguro los compañeros del "Aparato" a cargo de "atenderlos" no se tomaran gratis la molestia de ordenar a la gendarmería callejera --que, como se sabe, tampoco se limita franciscanamente al ora et labora-- a cada rato uno de esos brevísimos arrestos de iyabós (novicios) disidenciales --según reportan casi a diario “Cubanet”, “Generación Y”,” Detrás de la Alambrada”, “Diario de Cuba”, “Cubaencuentro”, “Cuba Democracia y Vida”, etc.-- pillados en flagrante mientras efectúaban las brujerías performáticas del canon iniciático...

Saludos,
El Abicú

2 Comments:

At 4:57 a. m., Anonymous Anónimo said...

Oscar parte de una premisa ya de antemano falsa: el ser humano perfecto, sea cubano o filipino, nunca ha existido. No se le puede pedir al hombre una perfección imposible, pero sí que sea bueno en el buen sentido machadiano, porque ser bueno tampoco significa ser guanajo o verraco, dicho sea a la criolla. La bondad sin perfección es incluso una meta difícil. Siempre habrá celos, rivalidades y riñas hasta entre hermanos. El ser humano está hecho de un material muy falible, aunque se puede mejorar con una educación que inculque valores morales. Dependiendo de la situación, el hombre puede mostrar la mayor grandeza o la peor bajeza. En estos 52 años de comunismo en Cuba, el régimen ha estimulado lo más bajo y mezquino de la gente. De milagro no nos hemos envilecido del todo como nación después de tanto daño antropológico. Creo que, además de ingenuo, Peña peca de desorientación metódica. No se trata de mejorar al hombre para que cambie el sistema, sino de cambiar el sistema para que mejore el hombre.
Bendiciones de Fray Franelo

 
At 12:58 p. m., Anonymous Jorge A. Pomar said...

Plenamente de acuerdo tanto con el titular como con Fray Franelo: lo que pide a gritos la Isla es más bien el "cubano normal". Toda esa cursilería romántica, aún compartida a porfía con la propaganda oficial, es otro de los talones de Aquiles de la oposición, cuya idiosincrasia se solapa casi por completo con el del Castrato.

En el fondo viene a ser algo así como la abstracción axial de nuestro imaginario nacionalista fundacional desde los tiempos de La Demajagua. De hecho, esa fantasía del "cubano perfecto" a lo Peña equivale al esperpento guevariano del "hombre nuevo". Atributo que, pese a crecientes evidencias en contrario, reclama de entrada para sí casi todo debutante leal-disidencial.

Las semejanzas con los ritos iniciáticos yorubas son claras: la liturgia puramente verbal a través de la cual, una vez escuchado el voto de castidad, el babalao contestatario aúpa sin más al novicio más o menos desafecto a la dignidad sacerdotal, viene a ser la versión política expeditiva del costoso ritual para "hacerse santo" en Regla de Ocha (santería).

Desde luego, el símil va más allá de la ceremonia de iniciación, pues aquí también el juramento sacramental del ahijado converso incluye la lealtad eterna a su "padrino" vitalicio.

El símil se completa merced a la triple circunstancia providencial de que --amén de perfilarse como el camino más corto hasta la "tarjeta blanca" para fines turísticos de ida y vuelta (Yoani, Fariñas, Pollán y Soler pidiendo pista hacia París)--, gracias a los millonarios subsidios de la Casa Blanca, la piñata de premios selectivos en metálico de la Eurocámara, el Grupo PRISA, etc., a día de hoy y a todas luces la disidencia leal clasifica ya de calle como:

(1) El negocio en auge más seguro, lucrativo y, por ende, también multitudinario del mercado negro insular en moneda convertible.

(2) La vía idónea para perderse del Morro. De hecho, visto que las encuestas del año en curso reflejan una notable merma del tráfico de balseros, no sería del todo descabellado suponer que el anticastrismo light pudiera estar reemplazando rápidamente a la peligrosa balsa tradicional como agencia favorita de vuelos gratis sin regreso al "destierro".

(3)Siendo tan ventajoso el negocio, ¿cómo dejar de maliciar in extremis que a los tales "cubanos perfectos" al frente de los ilés (cuartos de santos) no se les haya ocurrido la idea de cobrar por sus codiciados servicios iniciáticos?

Tanto más cuanto que a buen seguro los compañeros del "Aparato" a cargo de "atenderlos" no se tomaran gratis la molestia de ordenar a la gendarmería callejera --que, como se sabe, tampoco se limita franciscanamente al ora et labora-- a cada rato uno de esos brevísimos arrestos de iyabós (novicios) disidenciales --según reportan casi a diario “Cubanet”, “Generación Y”,” Detrás de la Alambrada”, “Diario de Cuba”, “Cubaencuentro”, “Cuba Democracia y Vida”, etc.-- pillados en flagrante mientras efectúaban las brujerías performáticas del canon iniciático...

Saludos,
El Abicú

 

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