EN CUBA: MALOS ORGÁNICOS Y MEDIDAS ACTIVAS DEL DEPARTAMENTO DE SEGURIDAD DEL ESTADO, DSE, O POLICÍA POLÍTICA
Tomado de http://www.primaveradigital.org
Por Juan González Febles
Periodista independiente.
juanchogonzal@gmail.com
Lawton, La Habana, 2 de diciembre de 2010, (PD) La policía de Seguridad del Estado de Cuba se emplea a fondo en eso que llama de forma eufemística, ‘enfrentamiento a la actividad subversiva enemiga’, usa lo que se conoce en su argot como ‘medidas activas’.
‘Medidas activas’ es una forma de llamar al irrespeto institucionalizado del derecho ajeno, de la ley, de la constitución y a fin de cuentas, de la decencia humana básica. Una de las últimas variantes en términos de ‘medida activa’, consiste en editar voces y a partir de la edición, fabricar llamadas telefónicas o responder a estas. Se trata de una nueva modalidad dentro del rubro de escucha ilegal o de intervenciones arbitrarias en la privacidad.
Uno de nuestros colegas que sufrió recientemente esta variante, recibió a una buena amiga alarmada que le dijo que acababa de recibir una llamada telefónica de él. En esta, según relata la testigo, Paulino Alfonso, que es de quien se trata, decía: “Me muero…”. Esto dicho en los términos de un mensaje corto, restallante y definitivamente terminal.
Al equipo multidisciplinario que concibió la medida, no le importó las consecuencias de la ‘operación’. No es que no hayan pensado en el tema. Es que simplemente, no les importa.
Otra hermana de lucha relata que su hijo la llama desde Miami y la llamada es respondida con su voz y rechazada. ¿Qué les parece?
En otra incidencia, un líder religioso de congregaciones no reconocidas por la oficina de la señora Caridad Diego, que se ocupa en el seno del partido único y gobernante de los ‘asuntos religiosos’ y confesionales, relata cómo una conversación telefónica privada, fue divulgada a terceros, desde la empresa telefónica estatal. Esta empresa (Etecsa) controla la telefonía fija y móvil en el país y está a su vez controlada por las instancias nominadas para estas funciones, por la policía de Seguridad del Estado.
Por supuesto, que no se trata de que los segurosos sean monstruos absolutos. Son una especie de hombres con dos mitades y muchas moralidades contradictorias. Una de las mitades, puede ser la de un esposo, padre o amante muy especial. También pueden ser vecinos solícitos y asequibles. Esa mitad, amable e incluso humana, convive con la otra.
La otra mitad, orden mediante puede enviar un remolcador con hombres, mujeres, ancianos y niños indefensos al fondo del mar. Es capaz de cumplir cualquier orden criminal, porque es lo suficientemente vil como para eso. La otra mitad ejecuta ‘medidas activas’ y cuando se le emplaza por esta y otras conductas, se sentirá muy ofendida. A fin de cuentas, sólo cumple órdenes, y ¡Ah! lo olvidaba, sirve a la revolución socialista, al Comandante en jefe y nada más.
Para algunos se trata de que la policía de Seguridad del Estado por orden del más alto nivel de dirección política del país, estaría abocada a frustrar el desarrollo de redes sociales ciudadanas e inhabilitar las ya existentes. Otros que se muestran aún más pesimistas y escépticos, afirman que se trata de la punta de un iceberg de una envergadura mayor y desconocida.
Ellos, los segurosos, no son lo peor. Los verdaderamente malos, dan las órdenes mientras pelean gallos, beben lo mejor y disfrutan la carne de res, de buena hembra o de cualquier otra que aparezca. Esos son los verdaderamente malos. Para decirlo mejor, son los malos orgánicos. Aquí en Cuba tenemos que lidiar con los malos orgánicos y además con los malos activos y sus medidas. Fue lo que nos tocó.
juanchogonzal@gmail.com
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