viernes, enero 21, 2011

Fidel Castro y la hora de hacer algo

Nota del Bloguista


Tal parece que el tocayo Bilbao no ha leido los libros del exarchivero de la KGB Vasili Mitrohin, quien desertó y después de acudir a la CIA y ser rechazado, acudió a los servicios de Gran Bretaña y se convirtió en una gran valiosa fuente de información para Occidente por haber trabajado y ser ascendido durante 30 años en los archivos de la KGB.

Tampoco parece que el tocayo haya leido One Hell of a Gamble donde se plantea que desde febrero de 1959 y , mediante Emilio Aragonés, se hicieron en un tercer país latinoamericano las primeras conexiones entre el nuevo régimen encabezado, de facto, por Fidel Castro y la URSS representado por Nikolai Leonov, jefe de la residentura de la KGB en México. ¿ Qué elementos había dado la revolución Cubana hasta febrero de 1959 para hacerse merecedora de apoyar, pues el propio Fidel Castro afirma que Esta no asumió el carácter socialista por el apoyo de la URSS, fue a la inversa: el apoyo de la URSS se produjo por el carácter socialista de la Revolución? . Fidel Castro se enreda con sus medias verdades que son medias mentiras.

El plato urdido, realmente elaborado, por Salvador Díaz-Versón parece ser que era más cercano a la realidad que el que nos han servido durante décadas sobre los Castro (y otros) y su conexión con el Comunismo soviético antes de 1959. En el menor de los casos, los comunistas del Partido Socialista Popular (que dependía de Moscú por el Komintern) hubieran usado a Raúl Castro como un elemento de influencia sobre su hermano al que le veían fuertes inclinaciones políticas; tanto silencio sobre esa etapa es altamente sospechoso para cualquier persona medianamente suspicaz. Esperemos por las futuras desclasificaciones e investigaciones ya que todo es secreto hasta un día.

Ah ! El libro One hell Of a Gamble fue producto de un año de permiso que tuvieron los investigadores Fursenko y Neftalí para estudiar lo concerniente a la Crisis de Octubre o Crisis de los Misiles en los archivos del Buró Político del Partido Comunista de la Unión Soviética, PCUS, en la mitad de los años 90s del pasado siglo XX, y fue publicado en 1997.


Nikita, Leonov, Fidel, Alexander Alekseyev ( realmente Shitov y no Alekseyev, ya que era un apellido ficticio ) y el gordo Emilio Aragonés

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Castro y la hora de hacer algo


Enviado por ei en enero 20, 2011 – 23:29 pm

Por Pedro Pablo Bilbao

Al cabo de 376 Reflexiones en casi 4 años, Castro el Viejo retorna al tema con que comenzó (marzo 28, 2007): la crisis mundial de alimentos, con el apremio de que «es hora ya de hacer algo». En la estela del peor romanticismo de izquierda, el viejo Castro se muestra casi tan titánico, al arrogarse el papel de consejero mundial, como lo fue en su función ejecutiva de la revolución sin fronteras, que fracasó. Luego de haber planteado «una reforma agraria mucho más radical» (Biografía a dos voces, 2006, página 224), su gestión ha desembocado en la situación que el barón Alexander von Humboldt describió en su Cuadro estadístico de la Isla de Cuba (1825-1829): «Nos encontramos con una importación anual de comestibles [que] exige anualmente el comercio exterior una población (…) colocada sobre el suelo más fértil, y el más capaz, por su extensión, de alimentar a una población por lo menos seis veces más considerable».

(La persona que está debajo de Raúl Castro y Augusto Martínez Sánchez se parece a Emilio Aragonés. Nota del Bloguista de Baracutey Cubano)

Sin embargo, la reflexión se torna más interesante por presentar Castro la amalgama historiográfica de que «la URSS no tuvo absolutamente nada que ver con el triunfo de la Revolución Cubana. Esta no asumió el carácter socialista por el apoyo de la URSS, fue a la inversa: el apoyo de la URSS se produjo por el carácter socialista de la Revolución».

Lo primero es cierto. De vez en cuando aparece recalentado el manjar que urdió Salvador Díaz-Versón al conectar a Castro con el Kremlin antes de matricular en la Universidad de La Habana, pero la clave sería dada (abril 26 de 1948) por el embajador interino de los EE. UU. en Cuba Lester Mallory: «Si bien no hay pruebas de que sea comunista, hay más que suficientes de que es un personaje indeseable y gangster en potencia».

Lo segundo es discutible. Antes de que Castro triunfara, Jruschov había aprobado (diciembre 27, 1958) suministrarle armas a través de Checoslovaquia. A la hora del triunfo, el KGBoso Nikolai Leonov se acordó de que había viajado con Raúl Castro en 1953 y conocido en México a Fidel Castro en 1956. No causó mucha impresión en Lubianka, pero Castro haría algo impresionante: hacia julio de 1959 mandaba al ya seguroso Ramiro Valdés a Ciudad México, con la misión secreta de contactar al embajador soviético y al jefe de la estación KGB. Todavía la CIA no había esbozado el plan de invasión con exiliados.

Para octubre de 1959, el KGBoso Alexander Alekseyev estaba en La Habana con vodka, caviar y fotos de Moscú. Tras confesarle Castro que Marx y Lenin se hallaban entre sus guías intelectuales, Alekseyev se quedó aún más sorprendido al proponerle aquel que Mikoyan visitara la Isla. En esa visita Castro le tumbaría a los bolos un contrato comercial de venta de la quinta parte de las exportaciones cubanas de azúcar y compra de petróleo soviético a precio por debajo del mercado mundial, así como un crédito blando de $100 millones. Al regreso de Mikoyan a Moscú, Jruschov envió (marzo 15, 1960) su primer mensaje personal a Castro a través de Alekseyev: ya podía comprar cualesquiera armas en Checoslovaquia e incluso en la URSS, si fuere necesario.

A tal efecto Raúl Castro viajó a Praga y de allí voló (julio 17, 1960) con Leonov a Moscú. Al mes siguiente, la KGB asignaba a Cuba el nombre en clave AVANPOST. Por obra y gracia de Castro y la KGB, el comunismo soviético tenía su primer enclave en el hemisferio occidental.

-Foto: Ramiro Valdés (extrema derecha) parece mostrar ya (1959) su corrimiento al rojo. Hacia la izquierda aparecen en la misma fila los comandantes Juan Almeida, Ernesto Guevara, Augusto Martínez Sánchez y Raúl Castro. © AFP
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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS


Nausea ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Fidel Castro y la hora de hacer algo":

Otra vieja foto qué habla. Fidel luce absolutamente rídiculo vestido de miliciano en ese entorno y con esa gente, cómo alguien disfrazado sin tratarse de "Halloween" ni de un "costume party," pero hay qué hacer el teatro, por burdo qué sea. ¡Dios mío! Tanta payasería barata, quizás no tan cruda y torpe cómo la de Hugo Chávez, pero payasería al fin. Pienso en todos los cubanos qué se la tragaron con anzuelo comunista y todo, y vuelvo a sentir el bochorno de pertenecer a un pueblo tan, pero tan frívolo y superficial, por no decir comemierda.

1 Comments:

At 6:39 p. m., Anonymous Nausea said...

Otra vieja foto qué habla. Fidel luce absolutamente rídiculo vestido de miliciano en ese entorno y con esa gente, cómo alguien disfrazado sin tratarse de "Halloween" ni de un "costume party," pero hay qué hacer el teatro, por burdo qué sea. ¡Dios mío! Tanta payasería barata, quizás no tan cruda y torpe cómo la de Hugo Chávez, pero payasería al fin. Pienso en todos los cubanos qué se la tragaron con anzuelo comunista y todo, y vuelvo a sentir el bochorno de pertenecer a un pueblo tan, pero tan frívolo y superficial, por no decir comemierda.

 

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