sábado, abril 16, 2011

Desde Cuba: ¿El último capítulo de la serie “Las razones de Cuba” y los destapes de agentes de la Seguridad del Estado ?

Tomado de http://www.primaveradigital.org




¿El último capítulo?


Por Luis Cino


Arroyo Naranjo, La Habana, 14 de abril de 2011 (PD) Afortunadamente, parece que salió al aire el último capítulo –por ahora, hasta la próxima temporada - del antipático serial televisivo con guión seguroso “Las razones de Cuba” (qué insistencia la de “esta gente” en confundir las razones de una dictadura con las de una nación).

Se imaginarán ustedes que el destape semanal de un topo de la Seguridad del Estado, con el fondo de la bandera que ondea en El Morro, las sonrisas de los pioneros por el socialismo y la música de José María Vitier, ya aburre. Al principio había curiosidad y hasta un poco de morbo, por qué no. Pero ya da ganas de vomitar. “Hasta la belleza cansa”, decía el gran filósofo azteca José José. No es este el caso. Los infiltrados, por feos y pesados (un pecado imperdonable en Cuba), es mejor que los hubieran dejado bajo la manta o el capote verde olivo. Ni siquiera es bonita (al menos no es mi tipo) la capitana Mariana, con su grandes ojos desmesuradamente abiertos para explicar lo que no tiene explicación y su ensayada dulzura represiva.

(Carlos Serpa Maceiras)

Los destapes de “Las razones de Cuba” resultaron decepcionantes. Con tanta bulla y alarde, uno esperaba algo más fuerte. Parece que ¡ay Selena! no les queda más. Porque, oiga, ¡miren que presentar como súper-agente al infeliz de Carlos Serpa y arriba de eso, concederle el carné de periodista emérito! ¿Y qué hay con el heroico masón que chivateaba a sus hermanos de logia?

De Raúl Capote, el último destapado, qué puedo decir. Nunca lo conocí personalmente, sólo lo leí, pero poco. Se comentaba que firmaba como Raúl Soroa las pocas crónicas que publicó en Cubanet. Decían que tenía mucho miedo, que sólo hablaba de literatura y no quería relacionarse con disidentes. Es fácil de explicar que luego del susto que le dieron los de la Seguridad del Estado (¿Daniel en el foso con los leones?), haya pasado del hospital de día, la consulta siquiátrica y los sedantes, al set televisivo, con disfraz de “espía bueno”.

(Raúl Capote)

Según “Las razones de Cuba”, Raúl Capote era la gran esperanza gorda de los yanquis para derrocar la revolución. Capote el Elegido, que era atendido por tantos oficiales de la CIA y que estaba del lado de allá del cristal de la sala de video-conferencias de la SINA, junto a los yanquis, burlándose de los disidentes, debe saber.

Por mi parte, sigo sin entender esa rara manía por las caras nuevas que han cogido los yanquis de un tiempo a esta parte.

(José Manuel Collera Vento)

De seguir por ese camino, Daniel-Capote y David-Collera no serán los últimos encapotados. Espere para la próxima temporada de “Las razones de Cuba”, el destape del ubicuo agente Ramonín del MININT. Ahora que el régimen teme que el gobierno norteamericano pueda convertir en opositores como por arte de magia a jóvenes, escritores, pintores, negros, campesinos, blogueros, abogados, masones, homosexuales, rockeros, raperos o merolicos con o sin licencia de la ONAT, los nombres de guerra bíblicos o rusos no alcanzarán a la Seguridad del Estado para bautizar a sus agentes infiltrados hasta en la sopa de claria.

(Frank Carlos Vázquez Díaz, agente ¨Robin¨)

Y un rebaño de cretinos que llevan el policía y el chivato sembrados en el alma, y sólo entienden de miedos, luego de ver el culebrón seguroso repetirán el sonsonete de que la Seguridad del Estado se las sabe todas. Y las que no, se las imagina. O las inventa. Y por eso no se atreven ni a chistar. “Total, no vale la pena”, explicarán para justificar su cobardía, “si aquí ya no se sabe quién es quién” En un final, esa es la razón de ser de “Las razones de Cuba”.

luicino2004@yahoo.com