BARACUTEY CUBANO

Cómplices y corifeos

Por Juan Gonzalez Febles


Lawton, La Habana, 1ro de septiembre de 2011, (PD) El paso de la fórmula totalitaria del socialismo real a la nueva forma fascista-populista-antiimperialista, viene aparejada de un complejo entramado conspirativo y un sofisticado trabajo de enmascaramientos.

Los experimentos exitosos de China, Viet Nam y Rusia, parecen inspirar a la élite verdeolivo. La nueva receta combina una élite tecnocrática, artística y empresarial surgida como subproducto de la élite político-militar. Si a esto sumamos un necesario periodo de reformas ya estarán dadas las condiciones. Entonces, muy pronto habrá comenzado “el cambio”, o estarán creadas las premisas para este.

Lo primero será replicarlo todo con sosias preparados por la policía de Seguridad del Estado o por la Inteligencia o la Contrainteligencia militar. Quizás se logre sustituir mediáticamente a las Damas de Blanco y puede que sus sosias hasta logren “¡vencer el miedo del pueblo!”, pero bueno, esto es sólo una especulación infundada.

Personas muy ilustradas con el toque y la imagen adecuada y por supuesto “al servicio de la revolución”, se encargarán de caracterizar las más caras fantasías políticas disidentes de cubanólogos y tanques pensantes europeos.

Si a esto sumamos algunos “héroes” de la producción primada de la industria anti castrista de Miami, ya está el café. Pero mientras, se hace necesario el aporte de artistas y figuras reconocidas que aporten la sazón de creadores e intelectuales que de repente se lanzan al vacío político para opinar en la forma en que nunca se habían atrevido a hacerlo antes.

Por citar un ejemplo de lujo, ahí tenemos al actor Jorge Perogurría. Recientemente declaró en España que, "Cuba está abocada a cambios y el propio gobierno tiene la voluntad política de realizarlos". ¡Qué cosa! Perogurría pertenece por derecho propio a la élite artística y estará en condiciones de asumir los “cambios”. El talentoso actor quizás sea uno de los favorecidos con las nuevas medidas que anuncia el régimen. De seguro dispondrá de los medios económicos para adquirir una vivienda o un nuevo automóvil (ya tiene ambas cosas) y bueno en sus condiciones, se puede.

Otros como él que reciben sus tarjetas blancas y viajan dispuestos a decir cualquier tontería para que nunca les falte la tarjeta servirán de cómplices y corifeos para que la envejecida élite verdeolivo vista su camisa fascista de estreno.

Por lo pronto, el actor Perogurría afirmó, (siempre en España) que el gobierno se dispone a "hacer un país mejor, con un socialismo más democrático y participativo, para desarrollar el país".

Como primicia obligada, falta saber si el “socialismo más democrático y participativo” del señor Perogurría, incluye en su paquete golpizas a Damas de Blanco y muertes nunca aclaradas de disidentes. Quizás nos perdemos algo y en la receta del actor está la respuesta que justifica o al menos explica la discriminación política, la criminalización del pensamiento, las censuras y los amarres totalitarios que pesan sobre todos.

El paisaje político cubano avanza hacia nuevos escenarios en que todo cambiará, para que todo continúe igual. Cuando esto suceda, unos mantendrán “la lucha antiimperialista” alineados con Rusia y China, en caso que les falte Venezuela, mientras otros continuarán la misma “lucha por la democracia” de hace más de cinco décadas a la sombra acogedora de Washington. En fin, cómplices, corifeos y comparsas de todos los colores bailan la extraña coreografía de estos tiempos turbulentos que corren.

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