BARACUTEY CUBANO

Por Esteban Fernández


Para las nuevas generaciones hoy voy a hacer un esfuerzo mental para recordar al abogado cienfueguero- y miembro del P.S.P.- Osvaldo Dorticós Torrado, "presidente de Cuba" por obra y gracia de una cruel burla a nuestra nación. Inmediatamente fue bautizado por el pueblo como "cucharita" porque ni pinchaba ni cortaba.

De una punta a la otra de la Isla lo que estaba de moda eran los "merecimientos revolucionarios": las barbas, los rifles, los uniformes verde olivo, las boinas, los grados militares, los cuentos de las "batallas" del Uvero y de Alegría del Pío.

De pronto, tras darle un golpe de estado a Manuel Urrutia Lleó – quien resultó ser demasiado respondón- el tirano nombra Presidente de Cuba a Osvaldo Dorticós. Es decir, ante la opinión pública cubana e internacional, Dorticós aparecía como el dirigente máximo del país. Desde luego, eso no era nada más que un tremendísimo paquete, una verdadera coña.

En aquel momento, cualquier joven de 17 años, militante del Movimiento 26 de Julio, que en Río Seco -o Madruga- hubiera puesto una banderita roja y negra en un árbol del parque, tenía más "méritos combativos" que Osvaldo Dorticós. Pero donde manda dictador, no mandan los esclavos.

El agradecimiento de Osvaldo a Fidel fue de gigantescas proporciones y con muchísima razón, porque aparentemente era "presidente" de Cuba, se reunía con los ministros, con los comandantes, con gobernantes extranjeros, salía en las fotos de los periódicos, entrevistas en la televisión, vivía en Palacio, y todo esto sin haberle tirado ni una trompetilla a un "casquito" dormido en su posta.

¿Qué tenía que hacer a cambio de esto? Nada, sólo hacer lo que se le ordenara y servirle de títere al amo.

(Osvaldo Dorticós y Fidel Castro)

Si la cosa hubiera sido estrictamente por méritos, a Dorticós lo hubieran tenido que nombrar Secretario del Ayuntamiento de La Perla del Sur, pero como desde el mismo primero de enero de 1959 Fidel hizo lo que le dio su reverenda gana, lo nombró PRIMER MANDATARIO del país.

Y Osvaldo hizo muy bien su papel de marioneta. Se ponía su trajecito de "apéame uno" y gozaba de privilegios, tenía chofer y hasta ayudantes. A su lado estaba su esposa, María de la Caridad Molina, ocupando muy oronda el papel de primera dama. Son pocas las personas que reciben como regalo la "presidencia" de una nación.

Pero una mañana el amo se levantó de mal talante y cambió de idea. Le dio "pirey" a Dorticós, y no conforme con eso, eliminó de cuajo el cargo de Presidente de la República.

¿Se acuerdan ustedes del programa "Reina por un Día" creado por Gaspar Pumarejo en la antigua televisión cubana? Pues bien, Dorticós fue el REY DE LOS CRIADOS DE CASTRO por varios años, hasta que después fuera despojado de su momento de gloria y se hundiera en una intensa depresión.

La decepción de Dorticós fue muy profunda; lloraba a moco tendido. En aquellos momentos hubiera hasta aceptado ser el limpiabotas de Castro con tal de estar postrado a sus pies.

Triste, amargado, viudo, con dolores terribles de espalda, desilusionado, despreciado por todos, no pudo soportar la humillación, se llevó una pistola a la cabeza y se suicidó. Y ahí terminó la historia de un tonto útil que vendió su alma al diablo, se arrodilló ante Lucifer y terminó jugando ajedrez en el infierno junto al Che Guevara.

Lamentable final de quien perfectamente hubiera podido convertirse en disidente, se hubiera exiliado en Praga, hubiera escrito un libro, hubiera hablado por Radio Martí y no hubiera tenido ni que arrepentirse públicamente por su labor de mayordomo principal de Castro durante varios años. Peores que él están aquí en el exilio desde hace mucho rato y nadie les dice nada. Es más, los americanos le hubieran hecho más caso a él que a nosotros.
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Nota del Bloguista

Juan Vives, cuyo verdadero nombre es Andrés Alfaya Torrado, fue sobrino de Osvaldo Dorticós Torrado y en ocasiones, incluyendo en su libro ¨El Magnífico¨, habla sobre la opinión que a partir de cierto momento tuvo su tío respecto a Fidel Castro cuando era aún Presidente. Juan Vives encuentra muy extraño de que su tió se haya suicidado con un arma que no era la suya; también plantea que la muerte de su esposa Hilda Molina no lo llevó a una supuesta depresión que, en la la versión oficialista, lo llevó a su ¨suicidio¨. Juan Vives no cree que su tío se haya suicidado ...

Fragmentos de dos publicaciones donde se escribes sobre Juan Vives y su tío Osvaldo Dorticós Torrado:

http://www.cubaliberal.org

Son muy interesantes las conversaciones del autor con su tío, Osvaldo Dorticós Torrado (en las cuales éste le hablaba de su decepción total a propósito del régimen), con Raúl Castro (descubrí que en privado le gustan los chistes) y Celia Sánchez. Esta última lo enviaba a París de compras, con una lista de artículos de lujo de las mejores marcas galas, que a ella le encantaban.
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Tomado de http://www.univision.com

MElvira Salazar: ¿Por cuánto tiempo estuvo de la Guardia viviendo en Chile como Jefe de Escolta?

Juan Vives: Prácticamente los 3 años de gobierno de Allende
Patricio de la Guardia dijo que había matado a Allende.

MElvira Salazar: ¿Qué pasaba con Tony de la Guardia?

Juan Vives: El se ocupaba de los negocios, trataba de crear unas milicias de negocios, tráfico, con el MIR.
Semanas después del golpe de estado, en el bar Las Cañas, del antiguo Hilton en La Habana, nos encontramos el Chino, Jefe de la Escolta de Fidel; Cachita Abrantes, Capitán del Ministerio del Interior, hermana de José Abrantes, Ministro del Interior durante el caso de Ochoa, fusilado por tráfico de drogas; el Jefe de Despacho del Instituto Nacional de la Industria Turística; dos que venían de la Seguridad; un Capitán de la DGI (Dirección General de Inteligencia), cuyo nombre no recuerdo; Patricio de la Guardia; Amado Padrón, fusilado también en el caso de Ochoa y que había sido Cónsul de Cuba en Panamá y yo.

Lo que se llama Unidad Personal de Dirigentes es la Unidad 49. El Chino había entrenado a un grupo para la seguridad de Allende, que en ese momento la dirigía un individuo del Partido Comunista Chileno que se llamaba Seones, pero realmente, la verdadera seguridad, el primer círculo alrededor de Allende era dirigida por Patricio de la Guardia. El Chino le preguntó a Patricio por el comportamiento de los hombres que él (Chino) había entrenado, ellos, a lo cual Patricio contestó que “metí un ramalazo (a Pinochet) y lo maté por xxxxpendejo, abajo tuve que matar a un periodista que se apodaba el Perro”.

Patricio, que en ese momento también era el Jefe de las Tropas Especiales en Cuba, la punta de lanza de las operaciones cubanas en el exterior, se burló y también dijo que le tiró a Allende cuando dijo que había que exilarse en una embajada.

El Comandante Amado Padrón y el Presidente Osvaldo Dorticós confirmaron el asesinato de Allende a Vives.