martes, noviembre 15, 2011

La revista católica insta al Partido Comunista de Cuba a encabezar cambios sustanciales en la sociedad cubana

Nota del bloguista

Mientras tanto y nuevamente el Cardenal Jaime Ortega fue a España hace pocas semanas en visita muy discreta y se entrevistó con políticos relevantes del Partido Popular (muy probable ganador de los comicios generales que se celebrarán el próximo domingo 20 de noviembre de 2011) para interceder por la tiranía respecto a la futura postura que tomará el próximo gobierno español respecto a Cuba.
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Tomado de http://www.ddcuba.com/


'Espacio Laical' insta al PCC a encabezar 'cambios sustanciales'


Agencias
La Habana
14-11-2011

El documento de la Conferencia Nacional presenta a un partido 'apegado a dogmas fracasados, y aferrado a una relación muy vertical con la sociedad', dice la revista.

La revista católica Espacio Laical instó este lunes al Partido Comunista de Cuba (PCC, único) a aprovechar su Conferencia de enero para introducir "cambios sustanciales" en la Isla, pues se trata del "último momento" de la generación histórica que encabezan Fidel y Raúl Castro, informó AFP.

"Instamos a que la Primera Conferencia Nacional del PCC, último momento de la llamada generación histórica para aportar cambios sustanciales y convocar al pueblo a realizarlos, no pierda esta oportunidad", dice el editorial de la publicación de los laicos de la Arquidiócesis de La Habana, que encabeza el cardenal Jaime Ortega.

"Sería inconveniente contener la esperanza en los grandes cambios y dejar pasar el tiempo para que otros, más adelante, sean quienes los lleven a cabo", añade.

Tras su sexto Congreso en abril pasado, el PCC celebrará su primera Conferencia Nacional el 28 de enero, en la que, según el documento base de discusión, buscará modernizarse y actualizar su relación con el resto de la sociedad.

El PCC, como el Gobierno, están dirigidos por Raúl Castro y un grupo de la generación fundacional de la revolución, que promedian los 80 años de edad.

En el documento base de la Conferencia "faltan innumerables temas que el pueblo esperaba que aparecieran en la agenda del evento", señala la revista trimestral, publicada primero en diseño digital.

Ese texto "presenta a un PCC apegado a dogmas fracasados en otras experiencias, y aferrado a una relación muy vertical con la sociedad", afirmó.

"En Cuba, cualquier reforma que aspire a trascender tiene que pasar por la innovación política, y esta última no ocurrirá si no comienza por el PCC, organización llamada a liderar los cambios que hemos de realizar", añade.

Señaló que el documento de la Conferencia dejó "preocupados a muchos que poseían alguna esperanza de renovación".

"En Cuba hacen falta importantes cambios económicos, sociales, políticos, espirituales y hasta simbólicos. Estas reformas, como es lógico, tendrán que ser ordenadas y esto exige de cierta gradualidad", dice la revista, en coincidencia con Raúl Castro y el Congreso del PCC.

"No podemos darnos el lujo de confundir tal gradualidad con falta de claridad y de celeridad", pues "sería penoso que las actuales generaciones de cubanos tuvieran que sufrir el dolor de ver sus aspiraciones truncadas por la falta de oportunidades para acceder a una vida plena", añade.

La revista también considera que "ciertos ajustes no deben esperar", como "la institucionalización de las cooperativas de todo tipo, así como la pequeña y la mediana empresa, con lo que esto implica en materia de mercado, de infraestructura y de finanzas; y la autorización para el desempeño autónomo de las profesiones".

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No.153 Noviembre 2011
EDITORIAL
Rectificar el rumbo


Desde hace años la sociedad cubana demanda grandes cambios que puedan hacer más prospera y equilibrada la vida nacional. En ese sentido, el país ha esperado mucho de las autoridades, con bastante generosidad. No obstante -aunque se han logrado cambios importantes, como la entrega de tierra y el establecimiento del cuentapropismo, así como las recientes reformas relacionadas con el traspaso de propiedad de los automóviles y las viviendas-, el pueblo siente que no ocurre algo grande, capaz de renovar la vida y desterrar la desesperanza.

En Cuba hacen falta importantes cambios económicos, sociales, políticos, espirituales y hasta simbólicos. Estas reformas, como es lógico, tendrán que ser ordenadas y esto exige de cierta gradualidad. Sin embargo, no podemos darnos el lujo de confundir tal gradualidad con falta de claridad y de celeridad. Las transformaciones deberán ser ordenadas, sin prisa pero sin pausa, o sea, paso a paso y sin perderse el orden, pero con el mayor apremio y hacia la mayor integralidad posible. Sería penoso que las actuales generaciones de cubanos tuvieran que sufrir el dolor de ver sus aspiraciones truncadas por la falta de oportunidades para acceder a una vida plena.

Reiteramos, se han hecho reformas, y suponemos que se efectuarán otras, pero hasta ahora falta la más importante: la refundación de la ciudadanía. Se hace imprescindible que todos los cubanos puedan –y quieran- participar en la promoción de propuestas de cambios nacionales, en el debate sobre los mismos, en la aprobación de los que resulten consensuados y en la ejecución de las políticas que pretendan concretarlos. De esta manera, el cambio se estructuraría sobre la base de la renovación de nuestro pacto social y ambas realidades (tanto el pacto social como el cambio en todos los ámbitos) se fundamentarían en el desempeño de la ciudadanía, en la soberanía popular.

Haciendo ejercicio de dicha ciudadanía, deseamos exponer que ciertos ajustes no deben esperar. Entre ellos se encuentran la institucionalización de las cooperativas de todo tipo, así como la pequeña y la mediana empresa, con lo que esto implica en materia de mercado, de infraestructura y de finanzas; y la autorización para el desempeño autónomo de las profesiones. Estas medidas serían muy efectivas para acelerar la creatividad y el crecimiento de la producción y de los servicios. Sin embargo, con esto no bastaría. Haría falta también promover el desempeño de la sociedad civil y para ello se hace necesario conseguir la autonomía de las organizaciones sociales, así como la apertura definitiva de nuestros medios masivos de comunicación a la diversidad de criterios de la nación. Requerimos de una reestructuración de los mecanismos del poder popular, para que cada una de las instituciones del poder público posea la autoridad que le
corresponda y radique en el pueblo, de forma cada vez más efectiva, la soberanía del país; así como la renovación del Partido Comunista de Cuba (PCC) y el replanteamiento de su relación con la sociedad, el Estado y el gobierno.

Muchísimos cubanos han esperado, con demostrada paciencia y cierta confianza, que sean anunciadas mediadas como estas y que se convoque a institucionalizar la participación ciudadana y el diálogo social. No obstante, han ido pasando los momentos simbólicos que hubieran podido desatar –con la intensidad requerida- un proceso de esta índole, sin que ocurra lo esperado. Han quedado atrás fechas que históricamente sirvieron para convocar al pueblo a reorientar el camino nacional, como por ejemplo las celebraciones por el 26 de julio y VI Congreso del PCC, que aprobó importantes pero limitadas propuestas de cambios. Ahora se organiza la Primera Conferencia Nacional del PCC, que deberá celebrarse el próximo mes de enero. Grandes han sido las expectativas de un sector significativo de la sociedad en relación con este evento, pero la publicación del Documento Base, que pretende orientar las discusiones preparatorias del encuentro y las de la Conferencia misma, han dejado preocupados a muchos que poseían alguna esperanza de renovación.

En dicho Documento Base faltan innumerables temas que el pueblo esperaba que aparecieran en la agenda del evento. Por otro lado, presenta a un PCC apegado a dogmas fracasados en otras experiencias, y aferrado a una relación muy vertical con la sociedad. En Cuba, cualquier reforma que aspire a trascender tiene que pasar por la innovación política, y esta última no ocurrirá si no comienza por el PCC, organización llamada a liderar los cambios que hemos de realizar. Sin una fuerza política que despliegue el quehacer de construir consensos a partir del país real, no hay reforma que pueda tener éxito, aunque la misma sea una convicción de las más altas autoridades del gobierno.

Instamos a que la Primera Conferencia Nacional del PCC, último momento de la llamada generación histórica para aportar cambios sustanciales y convocar al pueblo a realizarlos, no pierda esta oportunidad. Sería inconveniente contener la esperanza en los grandes cambios y dejar pasar el tiempo para que otros, más adelante, sean quienes los lleven a cabo.

La revista Espacio Laical puede ser vista en www.espaciolaical.org o adquirida en la Casa Laical, sita en Teniente Rey #152 (tercer piso) e/ Bernaza y Villegas, La Habana Vieja.

CRÉDITOS:
Equipo de redacción: José Ramón Pérez, Roberto Veiga, Lenier González y Alexis Pestano.

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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS

Nausea ha dejado un nuevo comentario en su entrada "La revista católica insta al Partido Comunista de...":

Cómo si no supieran que el comunismo es lo que es y NO PUEDE ser otra cosa sin derrumbarse. Pregunten a Gorbachov. Este tipo de "ingenuidad" da pena. Y eso de aceptar que todo dependa y se acople al liderazgo del PCC da asco. El PCC no puede resolver el problema porque ES el problema.
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Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "La revista católica insta al Partido Comunista de...":

Los cambios necesarios estan ahi a la vista de todos, a saber:1/ "el respeto a la dignidad plena del hombre"...2/ convocar a elecciones libres con el pluripartidismo que impone el mundo libre y la democracia...3/separacion inmediata de poderes...4/ carta constitutiva nueva con valores propios de una republica digna e independiente...5/plena libertad de expresion...6/ licenciamiento de las FAR y creacion de una policia nacional capaz y profesional solo para el orden interior...7/liberar la economia donde se premie y pague el talento y laboriosidad del individuo... y otras semejantes a la vista de todos.. Asi se salvaria Cuba y nos ahorrariamos sangre y sufrimientos. Por que esperar por el conflicto social al que vamos de cabeza pudiendo evitarlo con seriedad y un poco de verguenza? Los que ostentan el poder son responsables absolutos del desastre por venir... y solo pediran clemencia desde un hueco donde ya estan y no quieren darse cuenta... Ricardo Rodriguez Bosch.

3 Comments:

At 8:36 p. m., Anonymous Anónimo said...

cambios substanciales...Chavez le queda poco de vida y estan tratando de inventar para darle a la gente iluciones de cambio, ya que si se repite la crisis de 1994, esta vez si se calle la robolucion. Por que la gente ya esta hablando en la calle contra el sistema. Si 1994 se repite, va ser casi insobstenible quedarse en el poder, y Raul tirara los tanques a la calle.

 
At 4:14 p. m., Anonymous Nausea said...

Cómo si no supieran que el comunismo es lo que es y NO PUEDE ser otra cosa sin derrumbarse. Pregunten a Gorbachov. Este tipo de "ingenuidad" da pena. Y eso de aceptar que todo dependa y se acople al liderazgo del PCC da asco. El PCC no puede resolver el problema porque ES el problema.

 
At 4:50 p. m., Anonymous Anónimo said...

Los cambios necesarios estan ahi a la vista de todos, a saber:1/ "el respeto a la dignidad plena del hombre"...2/ convocar a elecciones libres con el pluripartidismo que impone el mundo libre y la democracia...3/separacion inmediata de poderes...4/ carta constitutiva nueva con valores propios de una republica digna e independiente...5/plena libertad de expresion...6/ licenciamiento de las FAR y creacion de una policia nacional capaz y profesional solo para el orden interior...7/liberar la economia donde se premie y pague el talento y laboriosidad del individuo... y otras semejantes a la vista de todos.. Asi se salvaria Cuba y nos ahorrariamos sangre y sufrimientos. Por que esperar por el conflicto social al que vamos de cabeza pudiendo evitarlo con seriedad y un poco de verguenza? Los que ostentan el poder son responsables absolutos del desastre por venir... y solo pediran clemencia desde un hueco donde ya estan y no quieren darse cuenta... Ricardo Rodriguez Bosch.

 

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