El Che Guevara y su confidente en Chalco, México , durante el entrenamiento de los futuros expedicionarios del Granma
Tomado de http://www.eluniversaledomex.mx
El Che Guevara y su confidente en Chalco
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La discreción de Eulogio Ruiz Pozos de poco sirvió a los rebeldes, a los pocos días, decenas de hombres llegaron al poblado, eran de la extinta Dirección Federal de Seguridad, dirigida por Fernando Gutiérrez Barrios
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Por Josué Huerta
20 de febrero 2012
11:31
Eulogio sabía dónde escondían Ernesto “Che” Guevara, Fidel Castro y sus hombres, pero no se lo dijo a los agentes de policía cuando lo interrogaron, al contrario, los despistó para que no dieran con ellos.
Hizo esto no por creer en los ideales revolucionarios, sino para protegerse pues durante cuatro meses él les llevó provisiones hasta el cerro del Ayaquemetl, ubicado en la comunidad de Ayotzingo, Chalco, donde practicaban tácticas de guerrilla para derrocar a Fulgencio Batista.
La discreción de Eulogio Ruiz Pozos de poco sirvió a los rebeldes, a los pocos días, decenas de hombres llegaron al poblado, eran de la extinta Dirección Federal de Seguridad, dirigida por Fernando Gutiérrez Barrios. Capturaron a todos.
A 56 años de aquellos acontecimientos el cerro del Ayaquemetl se llena de casas, los pobladores dicen que la mayoría de los árboles y la fauna que existían en la década del 50 han sido depredados, el rancho San Miguel, rentado por Fidel y Guevara en esta comunidad para refugiarse se desmorona. No hay una ruta que explique que los cubanos estuvieron aquí, esta historia, incluso para los habitantes, va quedando en el olvido.
Eulogio se resiste en dar esta entrevista, apenas se recupera de una embolia y la hernia de su abdomen lleva mucho tiempo sin sanar. Dice que de todo eso hace ya mucho tiempo. Narra que Fidel prometió reparar la iglesia del pueblo pero no lo hizo, que Fidel miraba “feo” a Ernesto cuando éste hablaba de más, que Guevara le pagaba con botellas de whiskey por subir las provisiones hasta el cerro.
¿Cómo llegaron Fidel y Ernesto al Rancho San Miguel?
Pedro Elizalde, habitante de Ayotzingo, se ha encargado de recopilar la fragmentada historia de Fidel Castro, Ernesto Guevara en este poblado. Empieza por explicar que el propietario del Rancho San Miguel era Erasmo Rivera, quien en la década del 50 se trasladaba hasta la ciudad de México para vender los quesos que producía.
Elizalde cree que de esta forma Erasmo conoce a los rebeldes que en aquel entonces se reunían en la capital para fraguar el derrocamiento de Batista. Supone que en algún momento Rivera los lleva al rancho y ellos ven que el cerro de junto, es decir el Ayaquemetl, es conveniente para sus planes toda vez que se parece a Sierra Maestra en Cuba, lugar desde el cual iniciarían la revuelta en contra del dictador en turno.
Eulogio, en 1956 de aproximadamente 22 años de edad, poseía vacas y algunos terrenos en el cerro de Ayotzingo. Él tenía amistad con Erasmo Rivera, dueño del Rancho San Miguel.
Cuenta que fue el único que vio a Fidel Castro y al “Che”, quienes le parecieron tan extraños con radios de largas antenas, uniformes de tipo militar y abundante barba que lo único que atinó a decirle a Erasmo fue que les diera 20 pesos para que se compraran unas navajas y se afeitaran.
“Erasmo se rió un poco, me dijo que así eran, aunque prácticamente no quería hablar de ellos, para al final me terminó diciendo qué hacían aquí, me hizo prometerle guardar el secreto”, comenta Eulogio.
El estado actual del rancho Santa Miguel es crítico, en el lugar vive la viuda de Erasmo Rivera quien se niega a hablar. Los torreones de la construcción están deteriorados, las puertas oxidadas, un muro fue sustituido por una lámina de metal.
Al rancho San Miguel también se le conoció como Santa Rosa, según Eulogio fue Guevara quien lo rebautizó de ese modo con el fin de despistar a quienes los persiguieran.
La lista de los rebeldes capturados
Eran tantos los hombres que estaban en el cerro que ni siquiera Eulogio recuerda sus nombres.
Un documento firmado por Gutiérrez Barrios sobre la captura de los revolucionarios cubanos el 24 de junio de 1956 en Ayotzingo yace en el Archivo General de la Nación (AGN). En éste se menciona que el denominado grupo “26 de julio”, era encabezado por Fidel Castro y proporciona los nombres de la gente que estaba a su mando, mismo que fueron capturados.
Ellos fueron: Tomas Electo Pedroza Pinto, Horacio Rodríguez Hernández, Calixto García Martínez, Santiago Hirzel, Eduardo Roig, Luis Crespo Castro, Félix Agucar Rodríguez, Rolando Santana Reyes, Arturo Charmont, Celso Marazoto, Oscar Rodríguez Delgado, Ricardo Bonachea, Ernesto Guevara y Víctor Trapote, este último escultor y ex combatiente de la Guerra Civil Española.
Solo 10 de ellos aparecen en la lista creada por la Dirección Federal de Seguridad en 1962 sobre los 64 tripulantes del yate Granma que partieron de Tuxpan, Veracruz, hacia Cuba el 2 de diciembre de 1956.
La captura de estos personajes el 24 de junio del 56 se deriva de la detención del 21 de junio de ese mismo año de Fidel Castro, Ciro Redondo García, Universo Sánchez Álvarez, Ramiro Valdez Menéndez y Reynanldo Benitez Nápoles en calles de la ciudad de México. Ellos viajaban a bordo de un Packard 1950 color verde con placas IW55655 de Miami, según se indica en el documento del AGN.
Las armas encontradas
El documento de la Dirección Federal de Seguridad señala que las armas encontradas a los rebeldes en la capital mexicana y en Ayotzingo, el 21 y el 24 de junio respectivamente, fueron un rifle Sesska 30.06 y 980, pistola Star calibre 38, fusiles Winchester 30.06 de mira telescópica, machetes, oses, botes de pólvora...
Gutiérrez Barrios señala que estos artículos se compraron en armerías del centro de la ciudad de México, nunca menciona a Antonio del Conde quien se le conoce como el proveedor oficial de armas y el yate Granma a Fidel Castro. Mientras que la pólvora la adquirieron en el Pedregal de San Ángel.
Los rebeldes estuvieron poco tiempo en prisión, Gutiérrez Barrios permitió que se fueran, cinco meses después partieron a la isla, el resto de la historia es conocida.
El olvido
En la plaza central de Ayotzingo hay diminuto obelisco que recuerda los personajes que aquí estuvieron en 1956, lo construyeron Pedro Elizalde, Antonio del Conde y Eulogio Ruiz Pozos, de vez en cuando alguien se detiene a ver a quién está dedicado.
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