miércoles, marzo 07, 2012

“¿Ir a tanta vergüenza? Otros pueden. ¡¡Nosotros no podemos!!”-José Martí

Nota del Bloguista


Si la visita de Juan Pablo II a Cuba en enero de 1998 fue ampliamente favorable a la tiranía de los Castro; esta lo será mucho más por las características y circunstancias en que la misma se llevará a cabo. Tropezar dos veces con la misma piedra es de humanos, pero no de una Institución que frecuentemente dice, con cierta vanidad, de que tiene la sabiduría de sus 2 000 años de existencia, cuando realmente han sido tantos los errores (hasta horrores ha cometido) que solamente el ser obra divina, por su fundador, Jesús ¨El Cristo¨, y su promesa : ¨... Pedro: Te digo (dijo Él) que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella¨, la han mantenido milagrosamente en pie.

Si la negociación de la Iglesia con la dictadura Castrista respecto a la visita de Juan Pablo II a Cuba fue deficientemente llevada a cabo
por parte de la Iglesia; esta visita del 2012, es simple y sencillamente entreguista por parte de la Iglesia vaticana y por parte de la que peregrina en la Isla, así lo ha decidido gran parte de la jerarquía eclesial. Desde algunos años antes de la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba y desde el comienzo del mal llamado Período Especial, el pueblo cubano acudía a los templos cómo hacía décadas no lo hbía hecho; los bautizos de manera pública se habían incrementado ostenciblemente. Con la visita del Papa se incrementó por unos pocos meses la presencia del pueblo en los templos, pero después de los 6 meses de la visita de Juan Pablo II los niveles de asistencia a los templos retornaron aproximadamente a los niveles anteriores a la visita papal producto de las medidas aplicadas para ¨despapar¨ al país que llevó a cabo el régimen. Lo demás es una manipulación para tratar de justificar aquella mala negociación en que los beneficios para la Iglesia fueron mínimos y consistieron en retornarle, de manera mediatizada y muy controlada, algunos derechos que el Estado Castrista le había prohibido ejercer durante décadas como fueron llevar a cabo fuera de los templos procesiones y/o, en contadas ocasiones y circunstancias, poder hablar por alguna emisora provincial de radio si la diócesis ¨se porta bien¨ respecto a los mandatos de la dictadura. El día feriado de la Navidad fue ¨el gran logro¨ de esa visita, pese a que la dictadura, por motivos económicos, ya vendía en sus tiendas por divisas artículos característicos de la Navidad y hasta en los hoteles de turismo ya eran frecuente los decorados árboles de Navidad, pero sin el nacimiento, al igual que hasta el día de hoy. La tiranía por el llamdo de Juan Pablo II de que el mundo se abriera a Cuba, tuvo el beneficio de que el mundo se abrió a ella mediante múltiples visitas de mandatarios, convenios comerciales, moratoria en las sanciones de organizaciones internacionales de los Derechos Humanos, etc.. La tiranía lejos de abrirse al mundo, como también pidió el Papa Juan Pablo II en esa visita, apenas se movió y en marzo del 2003 lanzó la ola represiva conocida como La Primavera Negra de Cuba contra más de una centena de opositores pacíficos en Cuba, en la cual 75 opositores fueron condenados injustamente a más de 20 años de cárcel como promedio.

No se le pide a la Iglesia Católica que tome posición política alguna, sino que sea fiel a su misión evangelizadora y que acompañe solidariamente al hombre en su camino, ya que que el camino de la Iglesia es el camino del hombre. La Iglesia debe de denunciar todo aquello que vaya en contra de que el hombre ocupe el lugar privilegiado que, desde la Creación, Dios le tiene reservado al hombre al ser lo más valioso de ella al hacerlo a su imagen y semejanza; en particular, semejante en libertad y en dignidad, dos conceptos que el Castrismo durante más de cinco décadas ha agredido, dañado y tratado de erradicar en cada cubano. La Iglesia cubana, y también la Vaticana, lo saben perfectamente bien, pues el daño antropológico del cubano ha sido tal, que ese daño no se puede ocultar ni tampoco dejar de ver.
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Tomado de http://netforcuba.org



“¿Ir a tanta vergüenza? Otros pueden. ¡¡Nosotros no podemos!!”-José Martí

Por Sylvia G. Iriondo
Diario Las Americas



Con motivo de la celebración del Año Jubilar en el 400 aniversario de la aparición de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, en la Bahía de Nipe, Su Santidad Benedicto XVI tiene programado viajar a Cuba entre los días 26 y 28 de marzo.

Nuevamente enfrentamos las acciones de una jerarquía católica en Miami -representada por el Arzobispo Wenski- que se empeña en servir como agente de viaje y catalizador de la falsa proyección de normalidad en un país donde nada es normal, donde nada esencial ha cambiado y donde el poder permanece arbitrariamente en manos de un ilegítimo régimen comunista que continúa violando todos y cada uno de los derechos humanos de sus ciudadanos.‘‘

Anteriormente, cuando la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba en 1998, lanzaron la iniciativa del “crucero”, finalmente cancelado luego de que numerosas voces católicas de nuestro exilio –entre ellas, las nuestras- se alzaran con argumentos irrefutables, y algunos de nosotros sostuviéramos reuniones con el Cardenal O’Connor en Nueva York, entre otros, ante lo incongruente que resultaba dicha peregrinación.

Hoy, catorce años después, el ahora Arzobispo Wenski, máxima autoridad de nuestra Iglesia en Miami –ciudad de víctimas que alberga el dolor y el decoro de la nación cubana exiliada- se ha volcado de lleno en la promoción y organización de la mal llamada “peregrinación de reconciliación” a la isla para coincidir con la visita del Papa, fomentando una vez más la división entre católicos de nuestro exilio.

La aceptación de las condiciones de la peregrinación constituye una humillación y una falta de respeto a la dignidad del cubano. El régimen castrista controla y aprueba a aquéllos que pueden visitar la isla. Obviamente no caben dentro de la “peregrinación” cubanos abiertamente críticos de la dictadura de los hermanos Castro, como tampoco actividades de solidaridad hacia los prisioneros políticos, Damas de Blanco, o activistas de derechos humanos. Todos los que van necesitan una visa de entrada al país donde nacieron, y tienen que someterse a la agenda oficial impuesta por el régimen ante la mirada complaciente del Cardenal Jaime Ortega y Alamino.

(Arzobispo Thomas Wenski)

El nombre dado a la gestión -“peregrinación de reconciliación”- constituye de por sí una distorsión de la triste realidad cubana, cuyo problema no radica en la “reconciliación” entre cubanos del exilio y de la isla –que somos un solo pueblo– sino que emana de la imperiosa necesidad del establecimiento de un estado de derecho, con justicia y libertad, que tenemos el deber de defender y el compromiso de lograr.

Mientras esto sucede de este lado del Estrecho de la Florida, allá en la isla, bajo un clima de brutal represión, la actitud de la jerarquía eclesiástica, con honrosas excepciones, ha sido una de acomodo con los victimarios y no con las víctimas de la dictadura más longeva de nuestro Hemisferio.

A cambio de algunas concesiones que ratifican precisamente la naturaleza totalitaria del régimen, han antepuesto intereses por encima de sagrados principios. Resulta incompatible con los valores cristianos de la religión por la cual murieron tantos mártires cubanos ejecutados en el paredón de fusilamiento exclamando “Viva Cristo Rey”, la forma en que autoridades eclesiásticas se han pronunciado o dejado de pronunciar en la isla, prefiriendo el silencio cómplice a la proclamación de la verdad.

La jerarquía eclesiástica ha emprendido una campaña mediática avalada por un pequeño grupo, encaminada a que los cubanos se “reconcilien” con sus verdugos y transiten en el camino que señala el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba y Arzobispo de Santiago, Dionisio García, en declaraciones recientes a un medio europeo, de que ve necesario fomentar una actitud de “aceptar al otro, aceptar lo que piensa, lo que dice, lo que es, cómo ve la realidad de las cosas”…

¿Aceptar a los asesinos que continúan asesinando impunemente? ¿Aceptar a los torturadores que continúan torturando a prisioneros políticos cubanos y a los agentes de seguridad del estado que continúan golpeando salvajemente a las Damas de Blanco y mujeres de la resistencia? ¿Aceptar la infamia del mal que continúa avanzando sin arrepentimiento alguno a lo largo de una tierra sedienta de derechos y libertad? ¿Aceptar la mordaza y la esclavitud? ¿Aceptar la realidad de una dictadura totalitaria que por más de medio siglo ha reprimido y continúa reprimiendo al pueblo cubano? ¿Aceptar viajar a nuestra Patria renunciando a ser parte de ella y renunciando al encuentro con nuestros hermanos víctimas de la opresión?

Parafraseando a Martí: ¿Ir a tanta vergüenza? Otros pueden. ¡¡Nosotros no podemos!!
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El padre José Conrado Alegre hablando en la TV de Miami sobre la muy próxima visita del Papa Benedicto XVI a Cuba




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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS

Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "“¿Ir a tanta vergüenza? Otros pueden. ¡¡Nosotros n...":

Excelente tu introducción, amigo Pedro Pablo. Admiro y bendigo tu claridad en torno a un asunto tan controversial como lo es la próxima visita papal a Cuba, a nuestra sufrida isla. Más no voy a decir, puesto que tú lo has dicho todo y todo muy dicho. Con lógica rigurosa, con argumentación insuperable y, sobre todo, con sencillez cristiana. Gracias, amigo, por hacer honor a los dos nombres apostólicos que llevas. Y por esclarecerme la última duda que me quedaba. Dios te bendiga. Fray Franelo
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Comentario del Bloguista

Gracias a tí Fray Franelo y bienvenido nuevamente usted y sus comentarios a este blog de alguien cuyo mayor obstáculo para dedicarse a la vida consagrada, al igual que a la vida militar, era, y es, el compromiso o mandato de la obediencia.

Bendiciones!
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eddy0155 ha dejado un nuevo comentario en su entrada "“¿Ir a tanta vergüenza? Otros pueden. ¡¡Nosotros n...":

lo que el papa va ha hacer a cuba es lo que le aconsejo su acolito el cardenal comunista ortega a legitimizar la dictadura el padre conrado solo quiere tratar de tapar el sol con un dedo,otra verguenza mas para la iglesia y no se equivoquen este papa es un pelele y un paticorta nada que comparar con el difunto juan pablo ll

2 Comments:

At 11:29 p. m., Anonymous Anónimo said...

Excelente tu introducción, amigo Pedro Pablo. Admiro y bendigo tu claridad en torno a un asunto tan controversial como lo es la próxima visita papal a Cuba, a nuestra sufrida isla. Más no voy a decir, puesto que tú lo has dicho todo y todo muy dicho. Con lógica rigurosa, con argumentación insuperable y, sobre todo, con sencillez cristiana. Gracias, amigo, por hacer honor a los dos nombres apostólicos que llevas. Y por esclarecerme la última duda que me quedaba. Dios te bendiga. Fray Franelo

 
At 10:19 p. m., Anonymous eddy0155 said...

lo que el papa va ha hacer a cuba es lo que le aconsejo su acolito el cardenal comunista ortega a legitimizar la dictadura el padre conrado solo quiere tratar de tapar el sol con un dedo,otra verguenza mas para la iglesia y no se equivoquen este papa es un pelele y un paticorta nada que comparar con el difunto juan pablo ll

 

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