Video del Editorial de TV Martí editorial firmado por el director de la Oficina de Transmisiones a Cuba (OCB) sobre el Cardenal Jaime Ortega. Repercusiones en The Washington Post y El Nuevo Herald. Su
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Crece polémica ante críticas al cardenal Jaime Ortega
Analistas destacaron que por ser el Departamento de Estado el coordinador de las políticas de las transmisiones de la Oficina de Transmisiones a Cuba, su visión editorial puede interpretarse como proveniente del Gobierno estadounidense
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Redacción CE
Madrid
07/05/2012
Las fuertes críticas a las declaraciones realizadas recientemente por el cardenal Jaime Ortega Alamino en Estados Unidos se intensificaron con la aparición de un editorial firmado por el director de la Oficina de Transmisiones a Cuba (OCB, por sus siglas en inglés), que califica de “lacaya” la actitud de Ortega hacia el Gobierno cubano, informó El Nuevo Herald.
Según el diario de Florida, el texto fue publicado el pasado jueves en la página de internet de Radio y TV Martí, con sede en Miami —también fue transmitido—, y desapareció el mismo día en que The Washington Post lo citó en un artículo, titulado “Radio y TV Martí, del Gobierno estadounidense, llaman lacayo al cardenal Jaime Ortega”, sobre las recientes críticas al también Arzobispo de La Habana.
“Esta actitud de Ortega sólo pone en evidencia y responde a su contubernio político con el gobierno, a la complacencia de seguir la línea oficial, a no disentir”, escribió Carlos García Pérez, director de OCB, que incluye Radio y TV Martí y es financiada por el gobierno de EEUU. “Esa es una actitud lacaya, además de demostrar una profunda falta de comprensión y piedad con la realidad humana de estos hijos de Dios”.
García Pérez dijo este domingo por la noche a El Nuevo Herald que el editorial no fue retirado en reacción a la nota del diario, sino como parte del cronograma de noticias de la agencia en sus distintas plataformas.
“No estamos escondiendo nada”, afirmó. “No es una cosa que queremos estar machacando todo el tiempo; lo pusimos dos días y lo sacamos”, señaló.
En el editorial, García Pérez le transmite un mensaje directo a Ortega: “Cardenal Ortega, por favor, sea fiel al Evangelio que predica”.
Los comentarios de García Pérez toman relevancia, añade El Nuevo Herald, debido a que Radio y TV Martí es una agencia del Gobierno estadounidense subvencionada por los contribuyentes. Las estaciones están bajo supervisión de la Junta de Gobernadores de Transmisiones (BBG), que son nombrados por la Casa Blanca.
García Pérez confirmó ser el autor del editorial y recalcó que la opinión de Radio y TV Martí no representa la posición del Gobierno estadounidense.
“Estamos financiados por el Gobierno de Estados Unidos, pero tenemos independencia editorial”, explicó García Pérez, director de la OCB desde noviembre de 2010. “Radio y TV Martí tienen su discreción editorial. Nuestra opinión no fue dirigida ni intencionada a faltarle el respeto al Cardenal Ortega”.
No obstante, analistas destacaron que por ser el Departamento de Estado el coordinador de las políticas de las transmisiones de la OCB a Cuba, su visión editorial puede interpretarse como proveniente de Washington.
“Yo diría que esto es equivalente a una declaración de Gobierno de EEUU y que la gente puede concluir, con o sin razón, que esta es una posición de gobierno de EEUU”, expresó a The Washington Post, Phil Peters, experto en asuntos cubanos del Instituto Lexington, en Washington.
Ortega se presentó a finales de abril en un foro sobre el papel de la Iglesia católica cubana en la Universidad Harvard, en Cambridge, Massachusetts. En su ponencia calificó de “delincuentes” a 13 opositores que ocuparon un santuario en La Habana poco antes de la visita el Papa Benedicto XVI a la Isla en marzo, para exigir la mediación del Pontífice en sus demandas políticas.
Añadió que el recientemente fallecido monseñor Agustín Román, obispo emérito de la Arquidiócesis de Miami, le aconsejó en una conversación privada en los años 80 que no mencionara la palabra “reconciliación” durante su primera visita a Miami como cardenal.
Las organizaciones cubanas en el sur de la Florida y los legisladores cubanoamericanos condenaron a Ortega, quien a menudo es visto por los exiliados como facilitador del régimen de Fidel y Raúl Castro, agrega El Nuevo Herald.
“Condenar a estos trece es contrario a la doctrina de Cristo, es mancillar la emancipación del espíritu que propone el Evangelio, es cercenar el derecho a la libre expresión”, escribió García Pérez en el editorial de Radio y TV Martí.
“Quienes conocimos la vida y obra de Monseñor Román sabemos que es una canallada poner esas palabras en su boca y esas intenciones en su corazón”, agregó.
El domingo, García Pérez explicó que objetivo de Radio y TV Martí no era criticar el papel de Ortega ni emitir un juicio sobre la Iglesia católica en la Isla, que ha mediado con el Gobierno cubano en la liberación de prisioneros políticos.
“Es una crítica a las dos expresiones del cardenal”, precisó García Pérez, abogado cubanoamericano criado en Puerto Rico. “Pero más que eso, lo que queríamos era explicar que hay una jerarquía dentro de la Iglesia Católica, que es universal, no nacional”.
Radio Martí fue inaugurada en 1985 para tratar de romper el monopolio del Gobierno cubano sobre los medios de comunicación. La sección de TV Martí fue aprobada por el Congreso en marzo de 1990.
Jorge Domínguez, el profesor de Harvard que invitó a Ortega a Boston, indicó a The Washington Post que el Cardenal era un buen hombre.
“Llamarlo un lacayo es inverosímil”, afirmó Domínguez. “Es increíble que esto venga de un organismo de radiodifusión del Gobierno de Estados Unidos”.
“¿Quién liberó a los presos políticos en Cuba? No fue la Unión Europea. No fue el Gobierno de EEUU. Ni Radio y TV Martí. Fue Ortega quien convenció a Raúl Castro de dejarlos en libertad”, añadió Domínguez a The Washington Post.
No obstante, el profesor de Harvard agregó que los vituperios utilizados por Ortega contra los disidentes eran injustos.
“Muchas personas tienen abiertos expedientes delictivos en Cuba, pero no hay forma de saber si los tienen sencillamente porque son objetivo del Estado por sus actividades políticas”, explicó Domínguez.
© cubaencuentro.com
Por Pedro Pablo Arencibia Cardoso
Disculpen, pero si no tomo el artículo El Comienzo de un Fin de José Ignacio Domínguez a ¨jodedera ¨ cubana , no visito una Universidad más nunca en mi ¨repuñetera ¨ vida por temor a contagiarme, ¿ La idiotez será el culmen de la sabiduría ?.
- Nerón es más que un personaje de la historia, un mito. Debemos honrar a Nerón.
- Fidel Castro rompió el record mundial de velocidad en Alegría de Pío al correr y dejar abandonados a sus compañeros naúfragos del Granma; el record anterior lo había establecido el propio Fidel Castro en las afueras del Cuartel Moncada dejando también muy atrás a sus compañeros de equipo.
- Las fotos de Fidel Castro son tan conocidas como la de Adolfo Hitler y la de Stalin.
- Su ascendencia lineal más que Quijotesca, es la del Tartufo de Moliere
- En Playa Girón Castro estuvo bien lejos de los escenarios bélicos y por muy breve tiempo. Posteriormente llegó cuando ya la fiesta se había acabado, pero siempre hizo su alarde para no perder la costumbre. El ¨Gallego¨ Fernández y la falta de coherencia, tiene otro nombre que no voy a escribir, de John F. Kennedy lo salvaron de la derrota. En esos días de abril de 1961, Augusto Pinochet aprendió que los stadiums servían no sólo para jugar fútbol o baseball; posteriormente repitiría la experiencia cubana en los stadiums chilenos.
- Acabó con la nación cubana y ¨desperdigó¨ a todo un pueblo por todos los confines del mundo. Por su irresponsabilidad y enfermizo protagonismo puso al pueblo cubano al borde del exterminio atómico en una Crisis donde las dos grandes pötencias ¨lo tiraron a mondongo ¨.
- Fidel Castro modernizó a la sociedad cubana a los niveles económicos y sociales de Haiti y Bangla Desh.
- La soberanía cubana, defendida por la inmensa mayoría de nuestro políticos de la anterior República, incluyendo a Don Tomás Estrada Palma antes de la Guerrita de Agosto, se convirtió en un ¨apéndice ¨del ego y el voluntarismo del Comandante en jefe. José Martí dijo: ¨Y no quiero a mi patria ¡no! víctima de capataces. La prefiero esclava de los demás a verla esclava de sus hijos.¨ ¿ estaría hablando del hijo loco del colono Ángel Castro ?
- Gracias a Fidel Castro, Cuba perdió a la mitad de todos los médicos cubanos y luego los incrementó hasta tener Cuba la posición privilegiada en medicina que siempre tuvo entre las repúblicas latinoamericanas en cuanto a médicos por habitantes y camas hospitalarias por habitantes. Siempre hemos sido hipocondriacos: Cuba en 1958 tenía casi el doble de médicos por habitante que Estados Unidos; el índice de camas por cada 100 000 habitantes que Cuba tenía en 1958, sigue siendo mejor que el que tiene Latinoamerica en estos días. Las enfermedades psicosociales y el suicidio entre los cubanos han aumentado gracias a la participación activa y constante de Fidel Castro, a veces conocido por el nombre de: Armando Guerra Solo.
-La Educación cubana, fruto de la mejor tradición cubana y española y las mejores experiencias norteamericanas de las universidades de Princenton y Yale, ha sido tan buena que pese al ¨promocionismo¨sugerido e impuesto por Fidel Castro a principios de los años 70s y del adoctrinamiento ideológico, que favorecen un proceso de instrucción escolásticamente repetitivo y no modernamente creativo, todavía goza de prestigio internacional pese a los disparates cometidos.
-Fidel Castro, el machista por excelencia, nos enseñó que antes de 1959 viviamos en una realidad virtual, vaya, una Matrix, cuando todos los niños cubanos del aquel entonces teníamos acceso libre a la educación y a la salud pública. Fidel nos ayudó a comprender que Juan Gualberto Gómez, Martín Morúa Delgado, Jesús Menendez, etc, eran verdaderamente blancos pintados de negro. En la Constitución de 1901 solamente por un voto no se aprobó el voto de la mujer. Si hubiera estado Fidel en esa reunión, se hubiera aprobado 33 años antes dicho voto. En 1934 el voto femenino cubano antecedió al de muchos países europeos del primer mundo de hoy y de casi todos los países latinoamericanos. Con Fidel en esa reunión de 1901 hubiéramos sido los primeros en el mundo.
- Gracias a Fidel Castro nos metimos en luchas de facciones africanas e impedimos que Sudafrica eliminara los campamentos de la SWAPO que habían en Angola, cuyos integrantes incursionaban bélicamente en Namibia. Gracias a las tropas cubanas en Angola se instauró un régimen corrupto y nepotista como el de Dos Santos que aspira a gobernar vitaliciamente como lo ha hecho su Gran Mercenario Blanco.
- En resumen: respetemos y honremos a Fidel, a Hiler, a Stalin, a Lenin,a Mao,a Kim Il Sung,a Polt Pot, a Ieng Sari, a Osama Bin Laden, a Sadam Hussein, etc. pues han sido verdaderamente las únicas personas en la historia de esos países con trascendencia mundial. Ámensele, u ódiensele, merecen respeto. :-)
El Comienzo de un Fin*
Por Jorge I. Domínguez**
Resumen: A pocos días de cumplir 80 años comenzó el ocaso de la vida del presidente del Consejo de Estado de la República de Cuba, Fidel Castro Ruz. Tras una hemorragia intestinal delega sus poderes políticos y militares. Así, resulta factible considerar que Raúl Castro pueda llegar a ser presidente, no por encargo de su hermano sino por sus propias capacidades. Al promover la transición económica, aumentará las probabilidades de una eventual apertura política.
Pocos días después de la celebración pública del 53 aniversario de su entrada en el panteón histórico de Cuba, mediante el ataque que encabezó contra el cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, y a pocos días de cumplir 80 años, comenzó el ocaso de la vida del presidente del Consejo de Estado de la República de Cuba, Fidel Castro Ruz. Tras una hemorragia intestinal delega sus poderes políticos y militares.
En el momento en que escribo, no sé cuál es su estado de salud. Según los partes oficiales, se recupera. Su educación en colegio de jesuitas quizás le permita pensar en su resurrección una y otra vez: después del Moncada, después del naufragio del barco Granma (que inició por accidente la guerra revolucionaria), después de la victoria asombrosa en Playa Girón, después de la crisis de octubre de 1962, después de...
Fidel Castro hace rato dejó de ser meramente parte de la historia, y se convirtió en un mito mundialmente compartido de la segunda mitad del siglo XX. ¿Quién no reconoce su foto? ¿Quién no le reconoce como un descendiente lineal de Don Quijote que se enfrenta a gigantes? ¿Y, quién, aún, en su Buró Político, en su Consejo de Ministros, en su equipo personal, no sabe que esos gigantes fueron a veces imaginarios, a veces molinos de viento?
Honrar honra: frase noble de José Martí que ingresó al vocabulario cultural cubano hace más de un siglo. Honremos, pues, a Fidel Castro mientras observamos el sol poniente de su vida, no sólo quienes lo apoyaron, sino también quien, como yo, no lo hicimos. Él fue el transformador de un pueblo en una nación; quien modernizó decisivamente esa sociedad; quien mejor entendió que los cubanos querían "ser gente," no sólo apéndices de Estados Unidos. Fue él quien comprendió que ese pueblo hipocondríaco requería más médicos y enfermeros por centímetro cuadrado que cualquier otro en la faz de la tierra. Fue él el arquitecto de una política de inversión en capital humano, que convierte a los niños cubanos en los campeones olímpicos de la educación latinoamericana y que, por tanto, permite vislumbrar un mejor futuro para Cuba. Fue el diseñador de una política que permite a los cubanos de todas las características raciales tener acceso a la salud pública, a la educación, a la dignidad que le corresponde a todo ser humano, al derecho a pensar que yo, mis hijos, y mis nietos, cualquiera que sea el color de la tez, merecemos el respeto y las mismas oportunidades que los demás. No fue él quien inventó que las mujeres tenían derechos igualitarios en la sociedad, pero sí un promotor de la igualdad de género en el desempeño ciudadano.
Fue el responsable de un gesto que la humanidad agradece: poner en riesgo la sangre de sus soldados por la causa noble de contribuir poderosamente a impedir que el régimen racista del apartheid sudafricano se expandiera sobre Angola. Fue él, igualmente, quien se merece el reconocimiento por contribuir al fin del apartheid en Sudáfrica, a la independencia de Namibia y a defender la independencia de Angola. El día que Fidel muera, las banderas de esos países africanos deberán reflejar duelo nacional.
¿Fue cruel? Sí. ¿Fue dictador? Sí. ¿Atropelló el poder público? Sí. ¿Cometió crímenes en nombre de la revolución, la patria, la soberanía nacional y el socialismo? Sí. ¿Fue un obstáculo para la prosperidad de los cubanos, el ejercicio de los derechos humanos de ese pueblo, y la realización de una democracia plena? Sí. Y, la historia, ¿lo absolverá, como dijo en 1953 que así sería? No. Pero no entremos en más detalles. Honrar honra, y es preciso que en este artículo más renglones se dediquen a honrar a la figura más importante de la historia de Cuba, a la única persona en la historia de ese país con trascendencia mundial. Ámesele, u ódiesele, merece respeto.
¿Qué pasó, entonces, el 31 de julio de 2006 cuando, por primera vez, se comprendió que, en algún momento, habrá una Cuba sin Fidel? El gobierno de Estados Unidos confesó públicamente su desconocimiento de lo que estaba ocurriendo en Cuba. Jorge Más Santos, figura clave de la Fundación Nacional Cubano Americana, una de las más políticas y económicamente poderosas organizaciones de la diáspora cubana, instó a la población en Cuba a sublevarse con las armas en la mano. Raúl Castro fracasó en su primera prueba de fuego como el sucesor de su hermano. En vez de comparecer en televisión, escoltado por la bandera nacional, una palma real y la foto de su hermano, para garantizar a sus conciudadanos que la patria se salvaría, brilló por su ausencia.
Hubo un solo héroe en ese interludio del verano de 2006: un pueblo que ponderaba su futuro, honraba, inclusive quienes no lo querían, a su presidente, y demostraba su preferencia por la paz y una Cuba para los cubanos, no para Miami ni Washington.
Con Fidel en el hospital, los sucesos no permiten atisbar la realidad futura de Cuba sino uno de sus futuros posibles. Fidel designa a quien quiere que gobierne Cuba: no es George W. Bush, ni tampoco algún cubano que no viva en Cuba; es su hermano, pero no sólo su hermano, quien ya tiene 75 años, sino una dirección colegiada que incluye a dos grupos de personas. En el primero, con responsabilidad ejecutiva, se encuentran los siguientes miembros del Buró Político del Partido Comunista de Cuba (PCC): José Ramón Balaguer, Carlos Lage, Esteban Lazo y José Ramón Machado. En el segundo grupo, con responsabilidades financieras, encontramos de nuevo a Lage y a Francisco Soberón, y a Felipe Pérez Roque. Con la excepción de Soberón, presidente del Banco Central, quien asume responsabilidades financieras importantes en este escenario de sucesión, todos los demás son designados por sus características políticas, no por sus destrezas profesionales.
Si bien es cierto que se transfiere a Balaguer, actual ministro de Salud Pública, la responsabilidad principal sobre ese tema, no es menos cierto que Balaguer ha sido principalmente un político y que su especialidad es la ortodoxia ideológica y el entorno internacional de Cuba. Machado y Lazo puede que sepan de educación, pero son especialistas, respectivamente, en la organización interna del partido y el gobierno de las provincias. Lage, médico por entrenamiento al igual que Balaguer y Machado, es responsable de los asuntos económicos desde hace 15 años y ahora se encarga de los temas energéticos. Pérez Roque, líder juvenil del partido en su juventud, ha sido el canciller. Es decir, a todos, menos a Soberón, se les ha seleccionado por razones políticas, no por su conocimiento profesional del asunto que ahora se les asigna.
Ese gobierno colegiado, sin embargo, lo encabeza Raúl Castro. ¿Quién es este hombre poco conocido? En cualquier otro país del mundo, si no hubiera vivido bajo la sombra de su hermano mayor, reconoceríamos que es una figura de grandes logros profesionales. Es Raúl Castro el arquitecto de la institución más eficaz en la historia de Cuba, es decir, las Fuerzas Armadas Revolucionarios (FAR). Fue Raúl Castro quien transformó a un puñado de semianalfabetos en una fuerza profesional, disciplinada, muy bien entrenada, fiel y eficaz, capaz de lograr tres veces en África lo que Estados Unidos no logró en Vietnam, lo que la Unión Soviética no logró en Afganistán: las FAR de Raúl Castro ganaron las tres guerras que pelearon en el continente africano. No hubo ningún otro ejército de país comunista, durante la Guerra Fría, que lograra desplegarse, con éxito, a miles de kilómetros de su patria.
Sin embargo, Raúl Castro no ha sido un mero "militarote". Fue Raúl, y no Fidel, quien se dedicó a la cuidadosa y pertinente construcción, núcleo por núcleo, del PCC, institución civil hermana de las FAR, cuyo buen funcionamiento se requerirá para gobernar Cuba. Fue Raúl, y no Fidel, quien intentó con esmero mejorar el mediocre funcionamiento de los ministerios del gobierno. Fue Raúl, en medio de la grave y desesperante crisis de 1994, quien rompió públicamente con Fidel y abogó por la liberalización de los mercados agrícolas porque, como claramente indicó en aquel momento en su calidad de ministro de las FAR, la principal amenaza a la seguridad nacional de Cuba era la incapacidad en aquella coyuntura de alimentar al pueblo.
Raúl Castro conoce, por lo tanto, personalmente y de cara a cara, a toda la plana mayor de las fuerzas armadas, del Comité Central del partido y de la burocracia gubernamental; es decir, las mil personas, más o menos, que son miembros de la élite cubana con poder de influir en esta primera transferencia de mando después de Fidel. Es la suma de sus logros profesionales, su capacidad de trazar y ejecutar una estrategia, su reputación de ser alguien que logra lo que se propone y su participación en las redes de poder en Cuba, lo que constituye las bases políticas para encabezar esta sucesión presidencial.
Raúl Castro también ha sido innovador. A principios de la década de 1990 supo hacer frente a la crisis que golpeó a la Cuba comunista por el derrumbe de la Unión Soviética: redujo el personal de las fuerzas armadas, reorganizó su forma de actuar y redujo su presupuesto. La reducción del peso de las fuerzas armadas sobre la economía y la sociedad cubana no es un tema importante de la agenda del futuro, es ya un logro de Raúl Castro.
En ese tiempo, también desarrolló las empresas militares para lograr que las fuerzas armadas fueran económica y productivamente autosuficientes. Y desarrolló empresas para promover y servir al turismo que emplean a los jubilados de las fuerzas armadas y generan fondos para su dueño, es decir, el Estado cubano.
Raúl Castro es, sin embargo, un pésimo político en la palestra pública. No sabe siquiera cómo leer un discurso. Su estilo es aburrido o chillón, pero nunca convincente. Reconoce no ser una figura pública, sino el engendro de un régimen. Quizás por eso evitó comparecer en público durante tanto tiempo después de recibir la delegación de poderes de su hermano el 31 de julio pasado.
¿Cómo gobernar a una Cuba que no le conoce, a una Cuba que nunca le otorgará el galardón de líder carismático? Prosperidad. Cuando Raúl Castro ha visitado China, ha dedicado gran tiempo a intentar comprender cómo se explica y se produce el auge de esa economía. Crecimiento, crecimiento y crecimiento de la economía, son sus tres principales conclusiones para diseñar la estrategia para su posible futura presidencia, por derecho propio y, por supuesto, para retener, como en China y Vietnam, un sistema unipartidista bajo la égida de un partido comunista. En esta hipótesis, un Raúl Castro presidente cambiará los elementos fundamentales de la política macroeconómica en Cuba, rumbo a una rápida aproximación a una economía de mercado, pero retendrá las estructuras políticas que impidan un tránsito del régimen político a una democracia pluralista y representativa en que se respeten los derechos humanos.
Sus "aliados" incluirán aquellos en la diáspora cubana quienes, al exigir la lucha armada, alentarán a la gran mayoría cubana a rechazar una opción sangrienta. Un gobierno estadounidense, tan torpe como el actual, será también su aliado. Señalemos algunos ejemplos de esa torpeza. En el informe de gobierno de Estados Unidos publicado, precisamente, en julio de 2006, días antes de la delegación de mando de Fidel a Raúl, que prevé la asistencia que el gobierno brindaría a Cuba en el futuro, se menciona una asistencia para impedir las enfermedades infecciosas, sin darse cuenta de que el sistema de salud cubano puede brindar mejor tales lecciones al estadounidense.
Más asombroso es que Estados Unidos propone asistir a Cuba para hacer frente a los desastres naturales, sin tener en cuenta que Cuba es el país más eficaz del Caribe y del Golfo de México para enfrentarse con las depredaciones de los huracanes -- a diferencia del comportamiento de la administración Bush cuando el huracán Katrina destruyó Nueva Orleáns en 2005 -- . La diáspora cubana y el gobierno de Estados Unidos podrán desempeñar, en un futuro democrático de Cuba, un papel útil e importante, pero por el momento, entre el extremismo y la torpeza, contribuyen a postergar el momento de esa transición, generando más miedo de Estados Unidos que esperanza en la población cubana.
Así pues, resulta factible considerar que Raúl Castro puede llegar a ser presidente, no por encargo de su hermano sino por sus propias capacidades. Será una presidencia que evite la transición política pero, al promover la transición económica, aumentará las probabilidades de una eventual apertura política.
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* Foreign Affairs En Español, Octubre-Diciembre 2006
** Jorge I. Domínguez es profesor de la cátedra Antonio Madero Professor of Mexican Politics and Economics, y vicerrector para los asuntos internacionales, en Harvard University. Ha sido presidente de Latin American Studies Association (LASA). Entre otras publicaciones, es autor de Cuba: Order and Revolution y To Make a World Safe for Revolution, ambos editados por Harvard University Press.
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